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Las justicieras

La mano de la mujer se hace sentir en un mundo de hombres. Por primera vez en la historia de Nicaragua, una mujer ocupa la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia. Los registros apuntan que las mujeres son mayoría en este Poder, pero la presencia de ellas disminuye a medida que aumentan los niveles […]

  • La mano de la mujer se hace sentir en un mundo de hombres. Por primera vez en la historia de Nicaragua, una mujer ocupa la Presidencia de la Corte Suprema de Justicia. Los registros apuntan que las mujeres son mayoría en este Poder, pero la presencia de ellas disminuye a medida que aumentan los niveles jerárquicos. ¿Es realmente el Poder Judicial un espacio dominado por las guardianas de la Ley?

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De los poderes del Estados, el Poder Judicial es el que tiene la mayor cantidad de mujeres en cargos de poder. Eso hubiese parecido una utopía en 1949, cuando entre los requisitos para alcanzar una magistratura en la Corte Suprema de Justicia se exigía ser varón.

La doctora Alba Luz Ramos, es la primera presidenta del máximo Tribunal de Justicia. Es en 1967 que por primera vez una mujer es nombrada juez y su cargo fue de juez suplente.

Ramos recuerda a Joaquina Vega (q.e.p.d.), como “una mujer bastante destacada, fue Presidenta del Comité Pro Voto Femenino”, el cual impulsó que la mujer alcanzara su derecho a votar a mediados del siglo pasado. “Posteriormente, Vega fue nombrada la primera mujer Juez de Distrito. Antes de 1979, solamente 9 mujeres habían sido jueces, Locales y de Distrito”.

Ramos considera que hubo diferentes factores que incidieron en que la mujer incursionara de forma más abierta en el Poder Judicial. “Lógicamente la apertura que da una revolución, un empuje social, la participación de la mujer que aumentó debido a que los hombres se iban a la guerra”.

En 1999, según una encuesta de la Fundación Violeta Barrios de Chamorro, entre los Poderes del Estado, el Poder Judicial era el que tenía el mayor porcentaje de participación femenina, equivalente al 60 por ciento.

“Por supuesto que esta participación es mayoritaria en los cargos de menor jerarquía, como son los juzgados locales, en los juzgados de distrito sigue siendo alta, disminuye en los Tribunales de Apelaciones, en la Corte Suprema ya es mucho menor, aunque en relación a otros países, tampoco es mínima”, reflexiona Ramos.

“Eso es así en todas partes. A medida que va subiendo la escala de jerarquía y donde se da la toma de decisiones, se disminuye la participación de la mujer, aunque en el Poder Judicial, en todas las escalas jerárquicas se toman decisiones”, agrega.

Ramos enfatiza que esto no ocurre en Poderes como el Ejecutivo, donde pueden haber niveles medios o bajos, pero las decisiones están determinadas por los superiores.

En cuanto a que si considera que su condición de mujer fue una ventaja o desventaja en su precandidatura para ocupar este cargo, sostiene que “nunca dije que quería que me eligieran por ser mujer, yo dije lo contrario. Yo había estado 14 años en la Corte Suprema de Justicia. Tenía una experiencia grande y había demostrado capacidad de trabajo, ¿por qué entonces no me elegían? ¿Por ser mujer? Yo plantée lo contrario”.

Recuerda que en algún momento alguien dijo ¿quiere que la elijan sólo por ser mujer? “Yo nunca he planteado eso”, aclara. Aunque asegura estar de acuerdo con la distribución de cuotas de poder debido a las marcadas desigualdades en el acceso a los cargos públicos.

“Por eso es necesario establecer las cuotas, para poder equilibrar el acceso, cuando estén equilibradas, que desaparezcan las cuotas. La capacidad la tenemos, ahora somos mayoría incluso en las universidades, entonces si no tenemos equilibrada la participación en los cargos públicos, quiere decir que hay desigualdad”.

ETAPA HISTÓRICA

Gertrudis Arias, juez suplente del Juzgado Segundo del Distrito del Crimen, quien marcó un precedente en la aplicación de la justicia en Nicaragua en el juicio de Canal 6, al enjuiciar al ex presidente de la república, Arnoldo Alemán, considera que el papel que han venido desempeñando las mujeres en el Poder Judicial es una muestra de que éste puede superar obstáculos. “La elección de la doctora Alba Luz Ramos es un ejemplo e inspiración. Pese a que con quien se disputaba este cargo era el doctor Iván Escobar Fornos y él tenía el apoyo del Presidente (Enrique) Bolaños”.

Arias se siente orgullosa de que dentro de esta etapa histórica de lucha contra la corrupción, “haber ocupado un lugarcito, que quede como ejemplo y sea el ánimo y esperanza para seguir con sus luchas. Como mujeres debemos siempre pensar en esforzarnos, no importan los obstáculos que nos encontremos en el camino”, expresa.

LAS ABANDERADAS

La doctora Nivea González de Aguilar, Secretaria General del Consejo de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, en Managua, destacó que la aplicación de la ley, de parte de juezas, en las denuncias por corrupción de funcionarios del gobierno anterior, abrió un especio de credibilidad en la justicia.

“Este acto valiente tuvo un impacto jurídico y social. Se demostró que la justicia está por encima de intereses particulares y esto ocurrió en medio de la crisis de valores que vive la sociedad nicaragüense”.

La académica enfatizó que las judiciales que figuraron en ese momento histórico en el que por primera vez “peces gordos” fueron castigados por la ley, son abanderadas de la justicia que se enfrentaron a la corrupción, pese al riesgo que esto implicaba para ellas y sus familias.

“Son un ejemplo y un apoyo que tomamos como docentes, ya que muchos estudiantes de Derecho cuestionan la validez de las leyes dada la falta de credibilidad en las instituciones del Estado”, expresó.

IGUALDAD DE OPORTUNIDADES

La doctora María Asunción Moreno, con un Doctorado en Derecho Penal en la Universidad de Alcalá, de Henares, España y Coordinadora de Postgrados y Maestrías de la Facultad de Derecho en la Universidad Centroamericana, valoró que el Poder Judicial es el que ha estado más cerrado a la mujer en relación a los otros poderes del Estado.

“En los últimos años y sobre todo por los movimientos de mujeres a favor de la igualdad de oportunidades, por primera vez en la historia de Nicaragua, en los 90, se tuvo una mujer Presidenta de la República (Violeta Barrios de Chamorro), una Presidenta de la Asamblea Nacional (Vilma Núñez) y una Presidenta del Consejo Supremo Electoral (Rosa Marina Zelaya), sin embargo tuvieron que pasar más de diez años para que la Presidencia del Poder Judicial esté a cargo de una mujer (Alba Luz Ramos)”.

Moreno sostiene que aunque en términos porcentuales las mujeres son mayoría en el Poder Judicial, en puestos de poder, la mayor parte de los espacios es ocupado por hombres. “En términos de igualdad de oportunidades estamos bastante lejos porque el dominio en la toma de decisiones trascendentes la tienen los hombres, y hay tendencia a favorecer a quienes son de su mismo género”, advirtió.

UN PLUS ESFUERZO

El dominio no es parejo. Seis contra nueve. En el Tribunal de Apelaciones de Managua, la mayoría siempre ha estado inclinada hacia los hombres.

De los quince Magistrados que componen el Tribunal de Apelaciones de Managua, seis son mujeres. La Magistrada Silvia Rosales, sostiene que “aspiramos por lo menos a estar iguales”.

De acuerdo a su criterio, la historia señala que la mujer es tan buena administradora de la casa, como de la justicia. “La percepción de la sociedad es que hay una excelente administración de parte de las mujeres”.

Desde el Tribunal de Apelaciones calificó el desarrollo de la mujer como difícil debido a que por razones de género han tenido que enfrentar descalificaciones de compañeros varones e incluso mujeres.

“En este medio, si es un varón el que comete un error, se halla una justificación, pero si es una mujer, lo que se encuentra es la causa para descalificarla y desautorizarla, denigrarla profesionalmente o personalmente. Esto influye muchísimo en que uno tiene que hacer cinco esfuerzos más de lo normal para demostrar capacidad”.

LA PRIMERA MAGISTRADA

Lo mejor suele llegar a nuestras vidas cuando menos se le espera. Eso le ocurrió a la doctora Vilma Núñez de Escorcia, actualmente directora del Centro de Derechos Humanos (CENIDH), quien para 1979, se convirtió en la primera mujer, Magistrada de la Corte Suprema de Justicia. En la cárcel Modelo, donde guardaba prisión por razones políticas, recibió la noticia.

Núñez, quien marcó la historia de las mujeres en el Poder Judicial, obtuvo la Magistratura de la Corte de Apelaciones de León. Ella valora que las mujeres tuvieron que romper las barreras de la costumbre, tradición, discriminación e incluso machismo, para posesionarse del espacio que actualmente ocupan en el Poder Judicial.

“En la constitución de 1950, se reforma el artículo 216 y se suprime el requisito de ser varón para poder ser Magistrado de la Corte de Apelaciones, pero en la Constitución de 1950, todavía se mantiene la prohibición para las mujeres, para la Magistratura de la Corte Suprema de Justicia”.

Lo anterior resultaba completamente contradictorio, puesto que a las mujeres se les reconoció su derecho al voto, en 1950, sin embargo, se mantenía la prohibición para optar a los cargos más altos del Poder Judicial.

“Creo que eso es el ejemplo más gráfico de lo que nos ha pasado a las mujeres en el país, hemos sido protagonistas de luchas y principales transformaciones, pero siempre se nos ha regateado la posibilidad de llegar a los más altos cargos”, consideró Núñez.  

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