Carol MunguíaCorresponsal/[email protected]
El juez suplente del Juzgado Primero de Distrito, doctor Eliseo Durán, ordenó la libertad por enfermedad de la señora Norma Bengoechea, recluida desde hace 18 meses en el Sistema Penitenciario de Occidente, al ser condenada por un jurado de conciencia en el proceso legal en su contra, por la muerte del cambista corinteño Ricardo Schmidt Jirón.
Bengoechea, de 62 años, fue culpada junto a su hijo Álvaro Lovo Bengoechea, de ser los responsables de la desaparición física de un reconocido prestamista, hecho ocurrido el 28 de julio de 1992, y cuyo suceso no quedó esclarecido.
La señora Bengoechea ha sostenido que es inocente, mientras su hijo Álvaro no enfrentó los cargos y salió del país con rumbo a San Francisco, California, desde el día en que se fugó de la cárcel preventiva de Chinandega.
En el larguísimo expediente, fueron citados más de ocho oficiales de la Policía Nacional de El Realejo, Corinto y Chinandega, ninguno de los cuales brindó información satisfactoria de las investigaciones que se siguieron en el misterioso caso.
¿ERA ÉL?
Los restos de una osamenta encontrada en los terrenos donde funcionó un centro de diversión en Pasocaballos, fueron llevados hasta el Instituto Médico Legal para facilitar las pruebas en el caso; sin embargo, las interrogantes continúan y los familiares de Schmidt reclaman justicia.
Tras conocer la orden de libertad, los ofendidos apelaron y expresaron inconformidad.
Al salir de la prisión, doña Norma reiteró su inocencia, y sostuvo que está muy enferma y que estaba cansada de tanta mentira a la que fue sometida.
Salvador Baca Ulloa, defensor de la anciana, insistió en los vicios del juicio, y se comprometió a ventilar en las instancias que corresponden las injusticias cometidas con su cliente y a demostrar su proclamada inocencia.