Frank Arana Icaza*
Reflexionando, a la luz de la consulta sandinista de este domingo, sobre las declaraciones que hizo el mes pasado el General Ortega en derredor de la candidatura de su hermano Daniel, se puede confirmar que se trataba de un plan estratégico típicamente “humbertista”.
La verdad es que Humberto no demeritaba a su hermano Daniel, al contrario lo elevaba al nivel de caudillo sandinista permanente y le aconsejaba no exponer su “liderazgo” por una elección. Humberto le estaba garantizando con sus ponencias el poder perpetuo en su partido.
Además subliminalmente le recordaba que él también tiene derecho a la presidencia y desde luego, que la empresa política que ambos organizaron y dirigieron es propiedad común. Una nueva candidatura de Daniel, en el caso que fuera perdedora, sería desastrosa para sus intereses y en el caso que fuera victoriosa, le impediría en el siguiente período su propia candidatura, además en esta acción quedaría evidenciado que en el FSLN sólo hay lugar para los Ortega.
Humberto le recomendaba a Daniel que no incitara a la unidad de la derecha con su candidatura. Le indicaba la conveniencia de descartar a Tinoco, quien puede crear su propio entorno en el partido y por omisión levanta la candidatura de Martínez Cuenca, quien ha demostrado en el pasado total sumisión (junto con Tito Castillo, los Cardenal Martínez, todos ellos genéticamente conservadores por compartir el apellido Urtecho), a los intereses familiares de los Ortega. Recordamos entrañablemente y con respeto al Dr. Alejandro Martínez Urtecho, quien fue Senador de la República por el Partido Conservador pactista de Paguaga del 74 al 79, y es el padre del precandidato.
Luego el General intenta que la derecha muerda el anzuelo y considere innecesaria la unión del conservatismo y el PLC. Que este sector demócrata se descuide, facilitándole así la victoria a la izquierda sandinista en el 2001, es el objetivo oculto del General.
Por otro lado, la retirada de la candidatura frentista de Daniel, pudiera dar paso a la reunificación de las fuerzas sandinistas actualmente dispersas. Cuadros muy importantes dentro del FSLN, como Edén Pastora, Sergio Ramírez, el General Joaquín Cuadra Lacayo, Mariano Fiallos, Alejandro Serrano, Carlos Tünnermann y varios más, sólo esperan esa retirada para su reincorporación, quedando todos ellos en deuda con Humberto, el que se erigiría como el gran salvador del sandinismo.
Además, esta misma acción facilitaría el retorno de los recientemente decapitados en sus pretensiones de volver a la Asamblea Nacional y críticos constantes de Daniel, quienes también verían con agrado la gestión salvadora del General.
Todo lo anterior significa también que Humberto está tratando de rescatar su estratégico plan, concebido para las negociaciones que se dieron recientemente con el Gobierno y el PLC con el fin de impulsar a través de la representación parlamentaria la instalación de una Asamblea Constituyente. Plan que se está derrumbando por los cambios de escenarios políticos ocasionados por el resultado electoral pasado y el inusitado entusiasmo sandinista para las elecciones próximas.
Es importante también señalar que el tener muchas similitudes la hermandad de Humberto y Daniel con la de Anastasio y Luis Somoza, no significa que es una reedición total de esta. Sería un error así considerarla… probablemente sería ”pura coincidencia”.
Estas hipótesis se basan en que la historia ha demostrado que la lógica y la actuación del sandinismo se aleja grandemente de la lógica burguesa, son totalmente diferentes.
No hay que confundirse ni caer en el engaño, la alianza electoral entre el PLC y el conservatismo no puede ni debe aceptar obstáculo alguno, principalmente los urdidos en esta estrategia “humbertista”. Ese precisamente es su objetivo prioritario.
* Conservador-analista.