Israel Enrique Benavides
El panorama político actual nos induce necesariamente a reflexionar con responsabilidad alrededor de temas trascendentales que nos involucran a todos los nicaragüenses, el asunto de las elecciones viene a ser hoy por hoy el tema de mayor relevancia en la palestra política.
Las elecciones municipales reflejaron que el FSLN tiene una clara ventaja competitiva sobre el Partido Liberal, al haber conquistado el voto en segmentos de mercados sumamente importantes. Por otro lado la debilidad del Frente en el segmento de mercado rural es más que manifiesta, es claro que el extremo sufrimiento de estos sectores en la década de los 80, producto de la guerra donde el EPS fue el principal protagonista, no ha sido olvidado.
El Frente Sandinista es un partido de masas bastante organizado y con gran capacidad de movilización alrededor de tareas que aunque no involucren remuneración alguna se realizan con mucha convicción a diferencia del Partido Liberal que es más bien una gran bolsa de trabajo.
Si nosotros partimos del mercado electoral, podremos notar que hay tres segmentos bastante definidos, en primer lugar está el segmento cautivo del Frente Sandinista que representa alrededor del 25 por ciento de la clientela política total, que se mueven alrededor del comandante Daniel Ortega, aquí Daniel Ortega es per se la principal fortaleza y ventaja competitiva del Frente Sandinista.
El segundo segmento está conformado por un sector antisandinista radical que también representa más o menos el 25 por ciento, estos votos son esencialmente para el Partido Liberal o cualquier otra variante que no sea por supuesto el FSLN, y por último está el segmento flotante que es el más importante con bastante propensión a la abstención que representa más o menos el 50 por ciento, el partido que logre desarrollar una estrategia mercadológica que conquiste este segmento será sin duda alguna el triunfador.
Los candidatos y el mecanismo de elección interna que use cada partido es una variable que impactará positiva o negativamente en la captación del voto flotante. Para los liberales por ejemplo, el dedazo de su caudillo mayor puede disminuir la posibilidad de triunfo porque crea posibilidades de conflictos internos que podrían dispersar en algún momento su voto cautivo.
El caso del FSLN es obvio, si bien decíamos anteriormente que el comandante Ortega es la principal fortaleza y ventaja competitiva del Frente, el postularse como candidato presidencial lo convierte en la principal debilidad y desventaja competitiva del FSLN, ¿a qué se debe esta aparente contradicción?, aplicando algunos conceptos económicos a esta pregunta de las ciencias políticas y suponiendo que cada voto representa un bien producido diríase que la frontera de posibilidades de producción de Daniel Ortega (el 25 por ciento), es demasiado restringida, porque una frontera de posibilidades de producción (de votos) ganadora debe superar el 45 por ciento.
¿Pero podría Daniel Ortega superar su propia frontera de posibilidades de producción para ganar una elección presidencial?, como bien decía el Dr. Arturo Cruz, el comandante Daniel es uno de los políticos con mayor porcentaje de opinión negativa, y aunque goza de mucho prestigio dentro del sandinismo fuera de éste las posibilidades de cautivar votos es muy remota.
* El autor es profesor de Economía de la UCC.