14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

El factor Elián

Pablo Padula

No hay que caminar mucho por Hialeah o ser Sherlock Holmes para encontrar al menos 2,000 (y estimo que hay muchísimos más) cubanos demócratas que votaron por George Bush el pasado 7 de noviembre.

Eso significa una sola cosa: que si no hubiera sido por Elián y la forma en que el gobierno de Bill Clinton manejó su caso, en estos momentos Al Gore estaría haciendo los preparativos para ocupar la Casa Blanca.

Las imágenes del agente federal con el dedo cerca del gatillo frente al aterrorizado niño quedaron grabadas profundamente en la mente de muchos cubano-americanos de Miami. Es como si al votar quisieron borrársela de la mente aunque sea por un instante.

Gore-Liberman ganaron en el condado Miami-Dade por una diferencia de casi 40,000 votos pero según las estadísticas 2 de cada 3 cubano-americanos votaron por Bush-Chaney. Eso significa que casi 190,000 de los 280,000 sufragios fueron para los republicanos. Y se sospecha que hubo muy pocos votos “dudosos” o indefinidos. Ellos fueron tal vez los únicos en la Florida que se aseguraron que el papelito no quedara colgando de la boleta electoral para que su voto realmente contara. Así de fuerte es el enojo que existe contra los demócratas.

Y miren que no estoy hablando de votantes indecisos cuya tendencia fue afectada por el caso Elián. Estoy hablando de miles de demócratas registrados, miembros del partido que jamás hubieran imaginado emitir su voto por alguien que tuviera una R al lado de su nombre.

Sin embargo, esta vez vieron una E (de Elián) y no la identificación republicana detrás de los nombres Bush y Chaney, “E” que también significa Enojados. O quizás vieron la D, detrás de Gore-Liberman, pero no era la de Demócratas sino la de Decepcionados y por eso los querían castigar.

Tampoco hay que olvidar el caso de Hermanos al Rescate. Tres ciudadanos norteamericanos murieron dentro de la pequeña avioneta que los MiG cubanos derribaron sobre el estrecho de la Florida, y, según se dice en Miami, la administración Clinton no hizo nada para castigar a los responsables. Los ataques explosivos a la Embajada Americana en Kenia y Tanzania en 1998, provocaron una encarnizada investigación por parte de las autoridades norteamericanas, inclusive los Estados Unidos atacaron posiciones estratégicas de Osana Bin-Laden en Sudán y Afganistán por considerarlo responsable de los ataques.

Pero Clinton no respondió de la misma manera a la matanza de los Hermanos al Rescate y eso se plasmó en el voto.

Irónicamente, Al Gore pensó que sería Mónica Lewinsky la que pondría en peligro sus aspiraciones presidenciales pero nunca imaginó, ni en sus peores pesadillas, que un niño de 7 años que llegó flotando en un neumático le iba a destruir su futuro político.

Tal vez si la elección no hubiera sido tan pareja esta historia permanecería oculta para siempre. Dos mil votos en una elección de más de 100 millones desaparecen como una gota en el océano. Pero este océano estaba revuelto y esas gotas pesaron. Tampoco creo que el gobierno actual pensó al tomar las decisiones sobre Elián que los votos que perderían (y de eso estaban conscientes) iban a tener tanto peso. Esto demuestra que la historia no es tonta, ni sorda, ni amnésica.

El propio George W. Bush reconoció la importancia del voto cubano-americano en una llamada telefónica a la representante republicana (de origen cubano) Ileana Ross-Lehtinen. Aunque no mencionó específicamente el caso Elián, Bush le dijo a Lehtinen que le agradecía el apoyo de esa comunidad durante el proceso electoral del pasado 7 de noviembre. Agregó que reconocía el papel jugado por ellos en su supuesta victoria y prometió desarrollar aún más los vínculos establecidos con los cubano-americanos durante la campaña electoral.

Ross-Lehtinen, por su lado y consciente de la importancia del Factor Elián, dijo que su conversación con el gobernador de Texas demuestra que “nuestra comunidad ha elegido a un líder íntegro, con dignidad y convicción…” dando a entender que Bush ganó en el voto cubano.

La próxima elección quizás no sea tan pareja. Probablemente ningún Elián aparecerá flotando en las costas de la Florida en los próximos 4 años. Pero si algo aprendieron los políticos de esta increíble elección es el valor de cada voto.

Algún día le dirán a Elián, cuando pueda comprenderlo, que él fue el niño que cambió el futuro político del país más poderoso del mundo. Quién sabe qué cara pondrá o siquiera si se acuerde del día que conoció a Mickey Mouse. Por ahora déjenlo tranquilo con sus juguetes y sus amigos en Cárdenas.

No tiene sentido molestarlo con cosas tan banales.

* El autor es periodista de “Primer Impacto”.  

Editorial
×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí