- Los sistemas penitenciarios de Cuisalá, en Juigalpa, Estelí y Chinandega han mejorado algunas condiciones para los reos, pero en todas hay hacinamiento y sufren muchas necesidades que no cubre el presupuesto para encauzarlos a una reeducación. El Obispo Abelardo Mata advierte que las celdas policiales son “calabozos
- La humedad generalizada en muros y pisos, la falta de iluminación y ventilación adecuada y el tratamiento inadecuado de las aguas residuales, son las características principales de la precaria infraestructura carcelaria
- La cárcel policial de Estelí, que tiene capacidad para 60 reos, carece de condiciones favorables para mantener por varios meses a detenidos, “porque estas celdas son preventivas y se supone que el detenido está aquí mientras el Juez dicta un fallo”, dice la subcomisionada Torres
Mercedes Sequeira, Carol MunguíaAdolfo Olivas – [email protected]
Las condiciones carcelarias de los reos en Juigalpa, Chinandega y Estelí, han mejorado un poco, no obstante se encuentran hacinados y hambrientos, según organismos de derechos humanos y comisiones penitenciarias, pero en peor situación están las cárceles preventivas, ubicadas en la Policía que son prácticamente “calabozos”, afirma el Obispo Abelardo Mata.
En el sistema penitenciario de Cuisalá, de Juigalpa, alrededor de 667 reos enfrentan problemas de alimentación, medicinas, camas y otras limitaciones, producto del raquítico presupuesto que reciben del gobierno.
En “La Chácara”, Estelí, la construcción de nuevos pabellones ha permitido mejorar las condiciones infraestructurales. “La situación de los privados de libertad ha mejorado una gran barbaridad”, reconoce Roberto Petray, jefe de la Oficina Regional de la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos
Mientras que en Chinandega, doctor Orlando Gutiérrez, asesor legal del la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), constató a través de testimonio con los reclutas que existe un buen trato a los internos y una efectiva forma de encauzarlos a la reeducación.
EN CUISALA, PRESUPUESTO NO CUBRE DEMANDA
El director del penal de Cuisalá, subcomandante Darvy Centeno Mayorga, manifestó que el presupuesto que reciben mensualmente en víveres asciende a 114 mil córdobas, sin embargo, la demanda para poder darles una alimentación adecuada a los internos es de 252 mil córdobas, sin incluir las medicinas y otras necesidades de los reos para su reeducación.
Explicó el subcomandante que el presupuesto que reciben no contempla gastos en actividades deportivas, culturales, que les permitan a ellos ir cambiando sus sentimientos para con la sociedad.
Otro de los principales problemas es que carecen de una clínica especializada para atender enfermedades crónicas, y son llevados al Hospital Asunción y al Centro de Salud. Ante la escasez de colchones, muchos reos padecen de enfermedades respiratorias, ya que duermen en el suelo.
A muchos reclusos se les ha celebrado su jurado de conciencia en ausencia, debido a que el sistema penitenciario carece de transporte para trasladar a los encausados a los juzgados.
BAJA RETARDACION DE JUSTICIA
De los 667 reos, han recibido su respectiva condena 556, lo que significa solamente el 2 por ciento en retardación de justicia, siendo una de las menores escalas del país, destacó el subcomandante.
A pesar de la difícil situación que enfrentan los internos, éstos son capacitados en oficios como barbería, sastrería, mecanografía y artesanías, con la ayuda de algunas instituciones gubernamentales y no gubernamentales.
Asimismo 275 reos se encuentran en proceso de alfabetización, primaria acelerada y otros estudian el tercer ciclo de secundaria, con la ayuda de docentes del Ministerio de Educación que son pagados para que lleguen a dar clase al penal. En los materiales didácticos, bibliográficos les apoya la Iglesia Católica y Cáritas.
EN ESTELI, CALABOZOS DEPRIMENTES
El obispo Abelardo Mata, presidente de la Comisión Pro Penitenciaría, afirma que las cárceles preventivas ubicadas en la Policía Nacional, son calabozos que se construyeron, en determinado tiempo, pensando en el castigo a ciudadanos para enderezarlos y corregirlos.
Mientras tanto el Sistema Penitenciario Regional “La Chácara” ha logrado la construcción de nuevos pabellones, reconoce Roberto Petray, jefe de la ANPDH.
Petray, indica que los detenidos en la Policía atraviesan situaciones sumamente difíciles, que incluyen hacinamiento, así como instalaciones sanitarias inadecuadas, insuficiente atención médica, limitaciones en la alimentación y falta de separación entre procesados y condenados.
Así, pues, la humedad generalizada en muros y pisos, la falta de iluminación y ventilación adecuada y el tratamiento inadecuado de las aguas residuales, son las características principales de la precaria infraestructura carcelaria.
En los centros carcelarios no existe un tratamiento adecuado de los desechos orgánicos, vacío que ocasiona la proliferación de olores desagradables, cucarachas, mosquitos y ratones, al tiempo que el ambiente se torna propicio para que pululen enfermedades infecto-contagiosas.
La subcomisionada Miriam Martha Torres, vocera de la Policía Nacional de Estelí, manifiesta que a pesar de las limitaciones presupuestarias se han realizado algunas mejoras en la cárcel y que hay celdas que se ampliaron para aliviar la situación de los detenidos.
CELDAS PARA ADOLESCENTES
La Policía Nacional de Estelí amplió tres celdas para albergar de manera separada a los adolescentes, a personas detenidas por delitos y a otras por faltas de policías.
La cárcel policial de Estelí, que tiene capacidad para 60 reos, carece de condiciones favorables para mantener por varios meses a detenidos, “porque estas celdas son preventivas y se supone que el detenido está aquí mientras el Juez dicta un fallo”, dice la subcomisionada Torres y cuestionó las tardías sentencias de los jueces y la negativa de familiares para pagar multas.
Sobre el particular, la doctora Rosa Edelmira Ruiz, Juez Local de lo Criminal de Estelí, dice que por el carácter antisocial de algunos detenidos, nadie quiere servir de fiador para que logren su libertad, por lo que permanecen mucho más tiempo en la cárcel.
En torno a la atención médica, la subcomisionada Torres afirma que los detenidos se contagian constantemente de enfermedades respiratorias y venéreas, pero esta institución carece de un presupuesto para los enfermos y tienen que ser trasladados al hospital.
En general, la cárcel y la penitenciaría de Estelí no cuentan con los medicamentos necesarios para garantizar la salud de los internos.
Monseñor Mata señala que el sistema carcelario no cuenta con un adecuado método que permita la pronta y rápida atención a casos de enfermedades, debido a la falta de presupuesto y que incluso la pequeña clínica del Sistema Penitenciario Regional “La Chácara” tiene serios problemas de infraestructura.
Petray, expresó que es obligación del Estado velar porque se mantenga a las personas privadas de su libertad en condiciones humanitarias, “el respeto a la dignidad de los encarcelados es inherente a su condición de persona humana”, indicó.
REOS TIENEN BUEN TRATO EN CHINANDEGA
Un representante de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH), visitó el Sistema Penitenciario de Chinandega para conocer las condiciones carcelarias que viven los reos de León y Chinandega.
El doctor Orlando Gutiérrez, asesor legal del organismo, constató a través de testimonio con los reclutas que existe un buen trato a los internos.
“Durante el período de adaptación, los reos sufren de stress y se comportan violentamente provocando riñas y alteraciones que se disminuyen a medida que se integran a labores u ocupaciones”, dijo el teniente Julio César Carrillo, al visitante.
El informe del CPDH indica que existe hacinamiento en los pabellones y galerías, en cuyos espacios hacen falta luminarias y son estrechos, limitando la movilidad a quienes guardan prisión.
De los 447 procesados, 362 fueron condenados entre ellos a siete menores de edad y que debido a la buena relación con los judiciales de Chinandega se registra sólo un 1 por ciento de retardación de justicia en Occidente.
Las autoridades del Sistema Penitenciario pidieron el ingreso de dos estudiantes de psicología que se encarguen de tratamientos psicológicos a internos con mayores problemas, además de la atención médica a los enfermos.
Por un convenio con los hospitales de Chinandega y Corinto una cuadrilla de presidiarios realizan labores de camilleros, morgueros y obreros, esfuerzos que son resarcidos en tratamiento a otros internos que demandan otros servicios médicos, entre ellos hospitalización.
APRENDEN OFICIO Y SE DIVIERTEN
El recluso Hilario Antonio López González, de 62 años, quien tiene de estar en el Sistema Penitenciario 18 años por cometer el delito de robo con intimidación, dijo que a partir del 92 la situación dentro del penal han cambiado en cuanto al trato humano que les dan, sobre todo en la alimentación, a pesar que el penal recibe un presupuesto bajo.
– “Durante estos últimos cuatro años me he dedicado a la artesanía, hago hamacas, bolsos, canastas de macén y los vendo allí mismo, con eso me ayudo un poco porque mi familia es bastante pobre”, dijo el reo.
– El recluso, Felipe Valentino López Flores, de 37, condenado a 30 años de prisión por el delito de asesinato, tiene 12 años, de guardar prisión. Reveló que se ha dedicado a trabajar en la barbería, limpieza, cocina y actualmente se dedica a vender café durante las horas de visita.
– Por su parte, sor Ligia Rodríguez, secretaria de la Diócesis de Chontales y encargada de la pastoral penitenciaria, anunció que a partir de este fin de semana realizarán cuatro retiros espirituales en el penal, donde los reos tendrán una conversación con la Iglesia Católica, para que hagan conciencia y se reivindiquen de cara a Dios y a la sociedad, en preparación a la semana del Interno que celebran el 17 septiembre.