El Centro de Asistencia Legal Interamericano de Derechos Humanos (Calidh) ha presentado públicamente veinte contrapropuestas sobre la nueva constitución totalitaria de Nicaragua que está imponiendo la dictadura sandinista de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
El Calidh es un organismo nicaragüense de derechos humanos en el exilio, que tiene su sede en Argentina y se dedica a denunciar las violaciones a los derechos fundamentales de las personas que se cometen en Nicaragua, así como a brindar acompañamiento jurídico a las víctimas de la represión y sus familiares que lo requieran.
A principios de 2023, Calidh publicó un dosier conteniendo treinta medidas de justicia transicional que a su juicio deben ejecutarse en Nicaragua para que “sean las víctimas y sus familiares, con su protagonismo debido, las que estén en el centro de la futura transición democrática”.
“Creemos firmemente que sólo la voz activa y participativa de las víctimas y organizaciones de víctimas en la conformación de una agenda opositora podrá legitimar cualquier intento de unidad de la oposición nicaragüense”, señaló Calidh en aquella ocasión.
Ahora, el organismo defensor de los derechos humanos de los nicaragüenses ha presentado en sus redes sociales y enviado a los medios de comunicación independientes, que también funcionan en el exilio, un documento con veinte contrapropuestas sobre la reforma constitucional que está imponiendo el régimen autoritario de Ortega y Murillo.
En realidad, las contrapropuestas de Calidh son para la elaboración de una constitución auténticamente democrática, tanto jurídica como políticamente. No valen para un adefesio como el que está dictando la dictadura, que es una reforma constitucional total y por lo tanto una nueva constitución pero autoritaria y de grotesco lineamiento totalitario.
Es una obviedad decir que la nueva constitución sandinista es y será ilegítima, tanto por su contenido como por la forma grotesca en que se está aprobando. Y estará vigente solo mientras dure el régimen orteguista-murillista, que esperamos no será mucho tiempo más.
Entonces las veinte propuestas constitucionales de Calidh, eso sí, podrán ser un valioso insumo para la elaboración de la Constitución Política de la nueva república democrática que se deberá construir sobre las ruinas de la segunda y actual dictadura sandinista.
En los años de 1990 no fue posible dotar a Nicaragua de una constitución auténticamente democrática, como la que se necesitaba. Durante el gobierno de doña Violeta Barrios de Chamorro y la UNO solo se pudo aprobar una reforma parcial que democratizó en parte la primera constitución sandinista que había sido aprobada en noviembre de 1986 y promulgada en enero de 1987. Pero ahora, de cualquier forma que termine la nueva dictadura sandinista, las siguientes autoridades de Nicaragua tendrán que convocar a una asamblea constituyente para aprobar la nueva constitución democrática. Y entonces las veinte propuestas constitucionales de Calidh, que son muy buenas, podrán ser debidamente aprovechadas.