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Otoniel Orozco Mendoza fue asesinado de 14 balazos por su vecino. ARCHIVO

El “gravísimo error” de un abogado que dejó en un drama legal a la familia de Otoniel Orozco

La familia de Otoniel Orozco, asesinado de 14 balazos por su vecino en Costa Rica, quedó fuera de la acusación debido a “un error gravísimo” que cometió su abogado, y ahora temen que no haya una verdadera justicia.

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El abogado José Francisco Ayala Picado no se presentó a la audiencia preliminar del caso de Otoniel Orozco Mendoza, el nicaragüense asesinado de 14 balazos por su vecino, el costarricense Eduardo Ramírez Zamora. El hecho ocurrió el 3 de junio de 2024 en un residencial donde vivían ambos hombres en San José, Costa Rica.

Además de no llegar a la audiencia preliminar, Ayala no justificó en tiempo y forma su falta, y tampoco informó a la familia de Orozco. “Prácticamente fuimos engañados por el primer abogado. Ahí hay cosas muy ocultas que no se han aclarado del todo”, dice una familiar de Orozco, quien solicita mantenerse en anonimato.

La familia ya cambió de abogado. El caso ahora lo está llevando el penalista Rodrigo Araya Solano quien explica que “el gravísimo error” del abogado anterior provocó que la esposa de Orozco, Lilliam Avendaño, no fuera tomada en cuenta en el caso como parte acusatoria.

“La querella y la acción civil resarcitoria de doña Lilliam fueron declaradas desistidas y se le sacó del proceso como parte activa”, señala Araya quien habló con el juez del caso y les han permitido estar en el proceso como víctimas, pero no como parte acusatoria. Es decir, “tenemos voz, pero no tenemos voto”.

Este es el momento en que Eduardo Ramírez saca su arma en contra de Otoniel Orozco. ARCHIVO

Como Lilliam Avendaño quedó fuera del caso, la defensa de Ramírez y la Fiscalía de Pavas se pusieron de acuerdo para evitar un juicio y que el asesino reconociera su culpabilidad en un proceso abreviado. “A este asesino se le pactó entre ellos la pena de 20 años y dos meses de prisión”, indica Araya.

El abogado explica que el pasado 20 de diciembre de 2024 se celebró una nueva audiencia en donde un juez homologó lo pactado por la Fiscalía y la defensa, pero no dictó una sentencia firme. “Todavía esta sentencia en que se solicitan 20 años no ha sido dictada, por lo tanto, vamos a interponer recursos de nulidad con respecto a esta audiencia”, señala.  

Lilliam Avendaño estuvo presente en esa audiencia como víctima y dijo estar en desacuerdo. Lo que ella quiere es que se celebre un juicio y se le impongan 35 años de cárcel al asesino de su esposo, que es la pena máxima en Costa Rica por el delito de homicidio calificado.

Tras escuchar la postura de Avendaño, el juez hizo la homologación y “a partir del 6 de enero va a pasar a otro juez para que él acepte o no poner esa pena, para que dicte la sentencia respectiva”, dice el abogado Araya, e insiste en que todavía la sentencia no es firme como se ha asegurado en algunos medios de comunicación.

Mientras tanto, el abogado anterior fue denunciado por la familia ante el Colegio de Abogados de Costa Rica y le están solicitando el pago de todos los daños y perjuicios, tanto psicológicos como los que provocó en el caso, y por otro lado, Lilliam Avendaño, sus cinco hijos y demás familiares de Orozco están devastados. Temen que no haya una justicia verdadera.

“Él es culpable de todo el daño psicológico que por años sufrieron Lilliam y Otoniel, y eso nos deja un sinsabor. Queremos que se haga justicia”, insiste el familiar.

El abogado José Francisco Ayala fue consultado para saber por qué no asistió a la audiencia preliminar y aunque no explicó la razón, dijo que su falta “no afecta en nada el acuerdo que tuvo el asesino con la Fiscalía ya que no fue un arreglo extrajudicial y al aceptar la culpa, el asesino debe cubrir los gastos legales y pretensiones económicas en la vía civil si es que la familia del ofendido así lo considera”.

También señaló que “la oportunidad de poder someterse a un proceso abreviado es algo que se sale de las manos de los ofendidos y es un beneficio de pocos imputados en procesos penales”.

Los hechos

La mañana del 3 de junio de 2024 en que mataron a Otoniel Orozco, una vecina de nombre Francini le gritaba a Liliam Avendaño y a su esposo, pues creía que le habían cerrado la llave de pase del agua de su casa.

Eduardo Alonso Ramírez Zamora, esposo de Francini, también salió para continuar con la discusión, pero antes se le ve escondido detrás de una camioneta cargando un arma de fuego que se guardó en su cinturón. En ese mismo momento salió Otoniel Orozco Mendoza.

Lea también: Estos son los peores asesinos en serie de Latinoamérica

Junto a su esposa, Ramírez Zamora empezó a vociferar y a ofender a sus vecinos. Orozco reaccionó queriendo golpear a Ramírez y este sacó su arma y la descargó contra el nicaragüense.

Fueron 14 balazos los que Ramírez Zamora dejó ir hacia el tórax, cabeza, brazos y espalda de Orozco Mendoza.

Nada de villancicos

Nada en la casa de la familia Orozco Avendaño volvió a ser igual después de ese trágico 3 de junio de 2024 cuando el vecino asesinó a “don Oto”, como le decían cariñosamente a Otoniel Orozco sus amigos y conocidos.

La familia tuvo que mudarse de casa porque tenían pavor de convivir con la familia del asesino, además del dolor que les provocaba. “Esa casa está llena de recuerdos, de dolor y tristeza”, cuenta su familiar.

En el caso de Lilliam Avendaño, “se le rompió la vida”, mientras que sus hijos continúan llorando la muerte de su padre. En las fechas festivas de diciembre, la familia no tuvo nada que festejar. En la nueva casa donde se están quedando y que prefieren reservarse el nombre del lugar por temor a represalias, no se escucharon villancicos ni música navideña. Tampoco se escuchan las canciones que le gustaban a Otoniel, porque irremediablemente los niños sueltan en llanto.

“Se rompió más que un corazón. Se rompió la ilusión de ver a papá todos los días, que su niña que va a cumplir 15 años y dice que ya no va a bailar con papá”, dice su familiar entre lágrimas.

Otoniel Orozco junto a sus hijos y su esposa en la Navidad del 2023. La familia ha optado por cubrir sus rostros por temor a recibir represalias de conocidos de Ramírez Zamora. CORTESÍA

A la familia también le ha afectado que el video del caso se haya hecho tan viral, y sobre todo, “el amarillismo de muchos periodistas. No digo que suyo, pero sí de muchos que han dicho cosas que no son”.

Sus seres queridos lo recuerdan como un hombre bondadoso, lleno de espiritualidad, religioso, trabajador y sin vicios. Iba todos los domingos a misa y con su suegra se ponía a leer la Biblia y a rezar el rosario.

Hacía obras de caridad y la familia ni cuenta se daba. Después de su muerte, muchas personas se acercaron a la esposa para darle consuelo y contarle como Otoniel les había ayudado en diferentes situaciones. Particularmente, su familiar recuerda a una mujer venezolana que llegó donde Lilliam Avendaño a contarle que su esposo le había pagado un seguro médico privado porque su hijo padece de cáncer y ella no tenía dinero para el tratamiento.

Curiosamente, Otoniel a veces hablaba con su esposa de su muerte. “Amor, si yo algún día no estoy, yo quiero que echés para adelante. Que no mirés para atrás Yo siempre voy a estar en tu corazón. No donde me entierren. Estoy en tu corazón y en el de mis hijos”, recuerda el familiar las palabras que Otoniel le decía a su esposa.

El sueño de Otoniel

Lilliam Avendaño era el amor de la vida de Otoniel. Él mismo contaba a sus familiares cómo se enamoró de aquella jovencita de unos años menor que él y que conoció en su natal comunidad Trujillo, en Ciudad Darío. “Ella era todo lo que yo quería conquistar en la vida, era como mi mayor triunfo”, contaba a su familia.

Otoniel Orozco Mendoza nació el 10 de junio de 1970. Cuando lo mataron, solo le faltaba una semana para cumplir los 54 años. Junto a Lilliam Avendaño llegó a Costa Rica en 2001 y se establecieron en el barrio La Peregrina, en San José.

Migró en busca de una mejor calidad de vida, pues quería casarse con Avendaño y formar una familia. Consiguió un empleo como guarda de seguridad y pronto llegó el primer hijo de la pareja.

“Cuando se casaron, él no tenía absolutamente nada y cuando Lilliam estaba embarazada del primer hijo, él dijo que iba a ahorrar y a luchar para poner su propia empresa”, recuerda su familiar. Fue recogiendo dinero poco a poco, y abonando al ahorro 100 dólares al mes por varios años. “Estos 50 dólares son para la empresa y estos otros 50 para la casita”, le decía a su esposa.

Varios años después, Otoniel finalmente pudo montar su empresa de seguridad privada. Su familiar dice que empezó siendo algo pequeño y terminó convirtiéndose en una compañía de 200 trabajadores. Tras su muerte, el hijo mayor se ha hecho cargo del negocio.

Fue en el año 2017 que Otoniel finalmente pudo comprar la casa para su familia, en el residencial Río Palma, en Escazú, una zona exclusiva de San José.  Para entonces, el matrimonio ya tenía tres hijos y luego llegaron dos más. La menor de la familia tiene apenas un año.

Otoniel Orozco tenía 53 años al momento de ser asesinado. CORTESÍA

El vecino

“¿Por qué un nica vive en este condominio?” Esa era la pregunta que se hacía siempre el costarricense Eduardo Ramírez quien mantuvo disputas con Otoniel Orozco desde que este llegó a vivir a ese lugar.

Ramírez espiaba a la familia, les hacía comentarios ofensivos e incluso trató de atropellar a Lilliam Avendaño en una ocasión.

“Tenemos pruebas donde los trata despectivamente de ´nica´. Lo intentó matar muchas veces, le echaba el carro encima. Los chiquitos no podían ni salir a la acera para subirse al carro porque ya el asesino y la esposa empezaban a insultarlos. ´Nicas´, ´muertos de hambre´, y cosas así. Era horrible”, cuenta el familiar de Orozco.

Incluso el mismo Orozco había sido denunciado por Ramírez de supuestamente acosar y molestar a uno de sus hijos. Estas discusiones llegaron por primera vez al juzgado contravencional de Pavas en junio de 2022, pero el conflicto solamente empeoró hasta resultar en el asesinato del nicaragüense.

De hecho, el 14 de junio de 2024, Ramírez Zamora tenía audiencia por una denuncia penal en su contra después de que tratara de atropellar con su vehículo a Lilliam Avendaño.

Siete meses después de la muerte de Orozco, Ramírez está en prisión, esperando su sentencia, mientras que Avendaño continúa sufriendo por el asesinato de su esposo, además del temor de no conseguir lo que para ella y su familia sería una justicia real después de que su primer abogado haya cometido el grave error que dejó el caso en un drama legal.

La Prensa Domingo Costa Rica Nicaragua Otoniel Orozco Mendoza

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COMENTARIOS

  1. Hace 2 semanas

    Bueno, en los EE.UU. es el acusado el que tiene derecho a renunciar al jurado y optar por un juicio sin jurado. Pero en realidad existen excepciones y diferencias jurisdiccionales que afectan quién puede solicitar o decidir el tipo de juicio. Si el acusado es absuelto por el jurado o por un juez (Bench Trial) no significa que las victimas no puedan demandarlo en las cortes civiles para obtener compensacion monetaria. Por ejemplo, O.J. Simpson fue absuelto por el jurado pero los sobrevivientes de las victimas lo demandaron en la Corte Civil para obtener damages (Daños y perjuicios / dinero). La corte civil falló en favor de los sobrevientes de las victimas aunque el acusado haya sido absuelto por el jurado en la corte criminal.

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