De acuerdo con la Constitución de Venezuela, el próximo viernes 10 de enero debe tomar posesión el nuevo presidente de la República, el que fue electo en los comicios del 28 de julio de 2024.
El régimen venezolano declaró ganador de esas elecciones al dictador Nicolás Maduro, adjudicándole el 51.95 por ciento de los votos. Al candidato de la alianza opositora Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia, le asignó el 43.18 por ciento de los sufragios. Pero no pudo presentar las actas de votación y escrutinio, para demostrar que Nicolás Maduro había ganado y que el candidato de la oposición fue derrotado.
Por su parte, la oposición aseguró que su candidato, Edmundo González Urrutia, fue quien ganó las elecciones con más del 67 por los votos. Y lo demostró presentando públicamente las copias de más del 85 por ciento del total de las actas de votación.
Sólo los gobiernos de unos 20 países dominados por dictaduras y regímenes autoritarios (como por ejemplo China, Rusia, Corea del Norte, Cuba y Nicaragua), reconocieron a Maduro como presidente electo de Venezuela. La mayoría, incluyendo a algunos gobiernos de izquierda, para poder reconocerlo exigieron al régimen venezolano que presentara oficialmente las actas de votación, pero nunca lo hizo. Otros gobiernos, los más democráticos, reconocieron a González Urrutia como legítimo presidente electo de Venezuela.
González Urrutia tuvo que exiliarse en España para escapar de la feroz persecución vengativa de la dictadura. Pero aseguró que estará en Venezuela el 10 de enero para tomar posesión de la Presidencia de la República. Esta semana viajó a Argentina para entrevistarse con el presidente Javier Milei. Luego a Uruguay, Panamá y República Dominicana, y finalmente viajará a Venezuela. Ya se verá si eso ocurre o no.
Por su parte, María Corina Machado, la reconocida líder de la oposición venezolana que sería vicepresidenta de la República en un eventual gobierno de Edmundo González, convocó al pueblo a manifestarse pacíficamente en las calles el 10 de enero y aseguró que ella misma estará allí.
La dictadura de Nicolás Maduro ha amenazado a González Urrutia con encarcelarlo si llega a Venezuela. Inclusive ha puesto precio a su cabeza, ofreciendo una recompensa de hasta medio millón de dólares a quien informe sobre su ubicación, si acaso entrara al país de manera clandestina. No lo dicen abiertamente, pero es obvio que la recompensa sería igualmente para quien liquidara físicamente a González Urrutia.
Todo eso ha creado en Venezuela mucha tensión política y social que aumenta a medida que se acerca el 10 de enero, por la incertidumbre de lo que podría ocurrir en esa fecha crucial.
Viendo desde lejos, pero con realismo la situación de Venezuela, nos parece muy improbable que González Urrutia pueda tomar posesión de la Presidencia de la República este 10 de enero. Para eso tendría que entrar libremente al país y ser juramentado por la Asamblea Nacional, la que está integrada totalmente por diputados afines a la dictadura.
En realidad, para que se pudiera cumplir el mandato popular soberano de las elecciones del 28 de julio pasado, y en consecuencia que Edmundo González Urrutia tome posesión del cargo presidencial el próximo viernes 10 de enero, tendría que ocurrir un alzamiento popular masivo combinado con una acción rupturista de las fuerzas armadas, que se volteen contra Nicolás Maduro y lo derroquen por la fuerza o lo obliguen a presentar su dimisión.
Pero eso no parece probable, al menos no por ahora. Desafortunadamente la dictadura socialista bolivariana seguirá oprimiendo al pueblo de Venezuela y destruyendo al país no se sabe por cuánto tiempo más. Porque eterna no podrá ser.