La música es considerada el lenguaje universal de la humanidad y uno de los mayores placeres cotidianos. Sin embargo, así como alegra, anima o conmueve, empleada de manera incorrecta también puede torturar. De hecho, la tortura con música es un método de manual en algunas prisiones del mundo y para agencias como la CIA.
Canciones estridentes, con voces agudas o desafinadas, instrumentación poco armónica o melodías y estribillos repetitivos son reproducidas sin descanso y a todo volumen durante muchos días. El fin es quebrar la voluntad del reo, incapaz de conciliar el sueño y aun de escuchar sus propios pensamientos.
Se ha usado reguetón, regional mexicano, pop, rock e incluso canciones infantiles, sin distinción de género. Estos son algunos casos en los que la música se convirtió en instrumento de tortura.
De Maluma a El Sonidito
Los exponentes de la música urbana tienen tantos detractores que cuando esta noticia apareció en medios internacionales parecía una broma. No lo era. La tortura se considera un delito de lesa humanidad y siempre es un asunto serio, aunque el método utilizado sea el reguetón.
En noviembre de 2018 se conoció la denuncia del reo mexicano Gilberto Aguirre Garza, exdirector de la Fiscalía General del Estado mexicano de Veracruz, quien aseguró que fue torturado con canciones de Maluma, Bad Bunny y grupos de música regional mexicana.
Acusado de ocultar información en casos de personas desaparecidas, durante diez días consecutivos escuchó en bucle, sin cesar ni un solo minuto y a todo volumen, temas como El préstamo, de Maluma; El Sonidito, de Hechizeros Band, y La Culebra, de Banda Machos. Colocaron parlantes fuera de su celda y, aunque el exfiscal se tapaba los oídos con su pantalón, no le fue posible conciliar el sueño. Terminó por “enloquecer”.
Según el denunciante, el objetivo de la tortura a la que él y otros seis reos fueron sometidos era hacerlos testificar en contra de otros exfuncionarios. En junio de 2020 un fiscal visitador certificó que los derechos humanos de Aguirre Garza sí fueron violentados.
Metallica contra iraquíes
El Ejército de Estados Unidos nunca ha ocultado sus métodos musicales para “suavizar” a la gente que interroga. Canciones de los grupos de rock Rage Against the Machine (RATM), Drowning Pool, Deicide, Metallica y AC/DC se han utilizado como tortura psicológica en Irak, Afganistán y la base de Guantánamo, en Cuba. También algunas de la princesa del pop, Britney Spears.
En el caso de los prisioneros de la guerra en Irak, en 2003 la agencia Europa Press informó que los estadounidenses a cargo del interrogatorio estaban “recurriendo a métodos singulares para vencer la resistencia de los presos a hablar” y les sometían a “sesiones intensivas de música ‘heavy’”. Quienes no cooperaban, eran “obligados a escuchar durante periodos prolongados canciones del grupo Metallica, considerado culturalmente agresivo para los iraquíes”.
Debido a que no estaban acostumbrados a escuchar este tipo de música estridente, al ser expuestos a ella durante 24 horas seguidas, sufrían desorientación y desesperación e incluso sus funciones corporales bajaban hasta que su voluntad se quebraba.
En ese momento Metallica mostró una absoluta indiferencia ante la utilización de sus canciones. Su vocalista incluso llegó a decir: “Nosotros hemos torturado durante años a nuestros padres, esposas y amigos con nuestra música. ¿Por qué los iraquíes iban a ser distintos?” Sin embargo, después la banda se sumó junto con RATM a la iniciativa Zero dB (Cero decibelios) que pretendía frenar los abusos musicales.
Dos de las canciones más usadas fueron Killing in the Name Of, de RATM, que sonó en Guantánamo, y Enter Sandman, de Metallica.
Barney y compañía
La lista de canciones usadas por la Agencia Central de Inteligencia (CIA) va más allá del rock estridente e incluye algunos temas inesperados. Uno de los más conocidos y utilizados es la canción de Barney, el dinosaurio, aquella que en español dice: “Te quiero yo y tu a mí, nuestra amistad es lo mejor…”. Hay algo en el mensaje positivo y la musiquita infantil, que en circunstancias normales ya es fastidiosa, que termina rompiendo la cordura de los torturados.
Otro alegre tema infantil usado por la CIA para esos fines insólitos es la canción de Plaza Sésamo. Según la cadena árabe Al Yazira, los carceleros de Guantánamo la utilizaban para acabar con los nervios de los detenidos, que eran obligados a escucharla sin parar a través de auriculares.
Le letra también es un elemento importante. Por eso se han utilizado en interrogatorios militares los temas Born in the USA (Nacido en Estados Unidos), de Bruce Springsteen, y White America (América Blanca), del rapero Eminem, aunque en realidad no son himnos patrióticos, sino críticas sociales.
En 2009 el etíope Binyam Mohamed, sospechoso de terrorismo liberado de la cárcel de Guantánamo, declaró estar “emocionalmente muerto” tras su paso por prisiones estadounidenses. La peor tortura, relató, fue la que sufrió en una cárcel secreta de la CIA en Afganistán. En su celda estuvo, junto con otros presos, encadenado durante días en completa oscuridad, mientras que en las bocinas no dejaban de emitirse repetidamente 20 canciones de un CD de Eminem, entre ellas The real Slim Shady.
“En Kabul, perdí mi cabeza. Parecía que nunca iba a terminar y que había dejado de existir”, recordó. Algunos de sus compañeros comenzaron a golpearse la cabeza en la celda de al lado además de gritar en completa enajenación.
En el contexto de la “guerra contra el terrorismo”, la CIA también usó canciones de Christina Aguilera en Guantánamo. Temas como Dirrty y Genie in the Bottle sonaron a un volumen que no permitía el sueño. El contenido “ilícito” de las letras parece haber contribuido a la tortura.
Gatitos y Bee Gees
Los gatos son los reyes del internet y sus partidarios los consideran adorables, divertidos, gruñones e inteligentes, pero… ¿qué tal escuchar rápidos maullidos musicalizados durante horas e incluso días? A Estados Unidos se le atribuye el uso del jingle comercial Meaw Mix, que puede llegar a ser realmente abrumador y demencial, incluso cuando solo se escucha por unos minutos. Lo utilizaron en Guantánamo.
Stayin’ alive y Saturday night fever con la aguda voz de Barry Gibb, también se encuentran en la lista. Pero no todas las canciones usadas para tortura parecen elecciones obvias. American Pie, de Don McLean, es un suave clásico del folk rock que igualmente sirvió para ese propósito.
Hendrix vs. Noriega
El famoso solo de guitarra de Jimi Hendrix en el tema Voodoo Child, de 1968, se convirtió en una verdadera arma durante el proceso de rendición del dictador panameño Manuel Antonio Noriega a finales de 1989. En un intento de hacerle salir de la residencia del nuncio papal, donde se había refugiado, los soldados estadounidenses recurrieron a una “guerra psicológica” que consistió en reproducir en parlantes una lista de clásicos de rock.
Algunos de los temas usados fueron Time is on my side (El tiempo está de mi lado), de los Rolling Stones; No where to run (No hay donde correr) de Martha and the Vandelas; Don´t fear the Reaper (No temas a la muerte) de Blue Oyster Cult; Judgment Day (Juicio Final) de White Snake, Paranoid (Paranoico) de Black Sabbath; Never gonna give you up (Nunca voy a dejarte) de Rick Astley; Panama (Panamá) de Van Halen y Wanted dead or alive (Buscado vivo o muerto) de Bon Jovi.
No obstante, según el medio argentino Infobae, cuando la estrategia llegó a oídos del presidente George H.W. Bush y el jefe de estado Colin Powell, “ambos repudiaron la guerra psicológica como infantil y vergonzosa”, además de “irritante y mezquina”, pues había estresado innecesariamente al nuncio papal y su personal.
Los soldados fueron obligados a retirar los parlantes, pero el mensaje ya estaba enviado.
El 3 de enero de 1990 el dictador se entregó para ser juzgado por sus crímenes en Estados Unidos.
Baby Shark
Es la canción más reproducida de YouTube, pues su público suele exigirla en bucle. Tal vez los padres de niños pequeños ya estén acostumbrados o resignados a escuchar la fastidiosa Baby Shark, pero no pasó lo mismo con cuatro exreclusos de la cárcel de la ciudad de Oklahoma, Estados Unidos, que en noviembre de 2021 impusieron una demanda federal por tortura.
Según los demandantes, en la prisión los obligaron a escuchar la canción a un volumen muy alto con el propósito de mantenerlos de pie durante muchas horas seguidas. Daniel Hedrick, uno de los exreclusos, declaró que los policías lo sacaban de su celda para llevarlo a un cuarto de visitas de abogados donde le colocaban la canción.
Otro tema inocente utilizado para fines siniestros.