La Fundación para la Educación Económica (FEE) está impulsando una campaña para el financiamiento privado ciudadano de un programa educativo especial dirigido a estudiantes, docentes y escritores jóvenes de artículos de opinión, con motivo de la celebración internacional, el próximo martes 3 de diciembre, del Giving Tuesday, en español “Martes para dar”.
Cabe mencionar que la FEE es la organización sin fines de lucro más antigua de Estados Unidos. Fue creada en 1946 para “inspirar, educar y conectar a los adultos jóvenes con los principios económicos, éticos y legales de una sociedad libre”. La que era una tarea primordial en aquel momento histórico cuando EE. UU. y demás países del mundo libre, recién salidos de la II Guerra Mundial, se enfrentaban a la ofensiva internacional de la alienante ideología comunista dominante en la Unión Soviética.
Por su parte, el Giving Tuesday o “Martes para dar” es un movimiento global que se celebra el martes siguiente al Día de Acción de Gracias en EE. UU., y sobre todo después de los grandes días de compras masivas, Blak Friday y Ciber Monday. El propósito era, y es, que pasadas las jornadas de gran consumismo que exaltan el interés particular, se realizara otra de sentido completamente diferente, para “incentivar y multiplicar las buenas acciones de las personas”. Es decir, para pensar no solo en uno mismo sino también en los demás.
El Giving Tuesday surgió en el año 2012, también en EE. UU., por iniciativa de la ONG 92Y Street, de Nueva York, y la Fundación de las Naciones Unidas que “ha aportado su experiencia en la estrategia y la difusión de proyectos solidarios”.
Doce años después la celebración del Giving Tuesday se ha extendido a otros países en los que en esa fecha se realizan diversos actos, para regalar, en el sentido español de esta palabra que significa “dar a alguien, sin recibir nada a cambio, algo en muestra de afecto o consideración o por otro motivo”. Como el hermoso gesto humano de la solidaridad, por ejemplo.
En Nicaragua es imposible que con quienes detentan el poder se pueda impulsar una celebración de tanta generosidad como esa. Pero la gente democrática por su propia cuenta sí puede compartir esa celebración y aprovecharla, por ejemplo, para solidarizarse con los presos políticos y apoyar a sus familiares. La oposición en el exilio podría realizar especialmente una intensa campaña internacional por la libertad de los presos políticos. Y dentro del país, todas las personas de buena voluntad que puedan hacerlo podrían ayudar a los familiares de los presos políticos, con apoyo material o, aunque sea, con un abrazo solidario.
Los presos políticos, como dice el analista venezolano Antonio de la Cruz en el diario El Nacional, “son un símbolo del sufrimiento humano, víctimas indefensas del terrorismo de Estado y evidencian una profunda degradación institucional” de los países donde hay tiranías, dictaduras y regímenes despóticos de toda clase. Porque en la democracia no hay presos políticos.
De manera que ninguna acción o muestra de solidaridad con los presos políticos es poca ni extemporánea.