De nada le sirvieron a la Asociación de Promoción al Desarrollo y la Sostenibilidad de Nicaragua (Aprodesni) los comunicados de apoyo a la dictadura de Daniel Ortega que emitió desde el 2019, porque esta semana el régimen ordenó de forma súbita su desaparición. Le arrebató su personería jurídica junto a más de 1,600 organizaciones sin fines de lucro que esta semana canceló el Ministerio del Interior (Mint).
La decisión cayó como balde de agua fría dentro de los mismos sandinistas ligados a la organización. “Ya no encuentro cómo pensar”, dijo una de las fuentes consultadas por LA PRENSA sobre el cierre de Aprodesni y otras organizaciones empresariales sandinistas.
Tras el cierre de Aprodesni, deberá entregar todos sus bienes a la Procuraduría General de la República (PGR), igual que las 1,500 que confiscaron el pasado lunes. El decreto de cierre de esas organizaciones en su artículo segundo establece: “Lo referido al destino de los bienes muebles e inmuebles de conformidad a lo establecido en el artículo 47 párrafo 2 del Reglamento de la Ley 1115, corresponderá a la Procuraduría General de la República realizar el traspaso de estos a nombre del Estado de Nicaragua”.
La dictadura decidió incorporar a Aprodesni en el grupo de las 1,500 organizaciones canceladas el pasado lunes y no en las 151 de este jueves, donde no se ordenó la confiscación de los bienes de las organizaciones empresariales y se metieron a las cámaras empresariales binacionales, incluida la Cámara de Comercio Americana de Nicaragua (AmCham), donde están todas las empresas con vínculos comerciales con Estados Unidos.
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Apoyaba abiertamente al régimen
¿Qué es Aprodesni? Las intenciones de conformación de Aprodesni nacieron en 2018, año en que el régimen de Daniel Ortega dio por “muerta” su alianza con el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), luego que este reclamara una transición democrática tras la represión estatal contra civiles que exigían una derogación de la controversial y severa reforma a la Seguridad Social.
Sin embargo, aunque la personería jurídica de Aprodesni fue autorizada por la Asamblea Nacional el 21 de febrero de 2019, según el decreto A.N.N. 8526, fue hasta en octubre de ese mismo año que presentaron su junta directiva al público.
“Somos una asociación plenamente empresarial, sin distingo de banderas políticas ni de tamaño de ninguna naturaleza, nacida con el propósito de fomentar el empleo, buscar financiamiento y mantener una organización empresarial que trabaje por el desarrollo de Nicaragua”, se leía en el sitio web de la entidad, que ya está fuera de servicio.
Aunque en un principio la asociación se declaró “apolítica”, en mayo de 2019 emitió un comunicado rechazando el llamado a paro nacional hecho por la Alianza Cívica —avalado por el Cosep— y en meses posteriores a ese pedido emitió declaraciones en respaldo al régimen.
Ante la cancelación de la personería jurídica al Cosep, la dictadura ordenó dar todas las sillas de representación del sector privado en las instituciones públicas a Aprodesni. Por ejemplo, en el 2022, a través de un acuerdo presidencial ordenó meter a esa organización a la nueva junta directiva de Enimex.
“Si dicen que Aprodesni es sandinista, o cualquier señalamiento despectivo, eso es vulgaridad”, expresó el presidente de la organización, Leonardo Corea, en una entrevista realizada por Confidencial en febrero del 2021.
Apoyaron la salida de Nicaragua de la OEA
Meses más tarde, específicamente en noviembre de 2021, Leonardo Corea, su presidente, sostuvo durante la segunda asamblea de la organización que apoyaban la decisión del régimen de desvincular a Nicaragua de la Organización de Estados Americanos (OEA).
En medio de la arremetida del régimen de Ortega al sector privado en el 2020 y de incertidumbre política, Corea dijo a medios de propaganda de la dictadura: “Actualmente estamos recuperando las inversiones. Se están creando parques industriales y creemos que la economía, a pesar de esos números, se va a estabilizar, va en crecimiento y lo más importante es que sentimos la confianza haciendo que las inversiones nacionales continúen”.
Aprodesni nació con 360 empresas afiliadas en 7 cámaras, según se informó en su momento. Entre las organizaciones figuraban Cámara de Productos Avícolas, Cámara de Transporte, Cámara de Comercio y Servicios, del Grupo Agropecuario Forestal y la Cámara de la Industria Alimenticia.
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Tal ha sido el papel de Aprodesni que durante las reuniones del salario mínimo de este año, lejos de proteger los intereses de la empresa privada, se presentó a la mesa proponiendo un ajuste por encima de lo que incluso pedían organizaciones sindicales sandinistas.
Otras organizaciones sandinistas fulminadas
La dictadura también decidió ayer acabar con la existencia de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), integrada por campesinos y fundada y manejada por reconocidas figuras del sandinismo.
También eliminó la Cámara Nacional de la Mediana, Pequeña Industria y Artesanía (Conapi), la única organización que seguía asistiendo y representaba a este segmento empresarial en las reuniones del salario mínimo, que en enero deben realizarse para fijar el ajuste de 2025.
La primera vez que la dictadura dio señales de que no tendría misericordia ni con las organizaciones empresariales vinculadas al sandinismo fue en diciembre del 2021, cuando ordenó eliminar al Consejo Nicaragüense de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme), que dirigía el defenestrado sandinista Leonardo Torres.
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En la barrida de esta semana no se salvaron tampoco la Cámara de Cuero y Calzado Nicaragüense (Camcunic), que por años fue dirigida por el exdiputado sandinista Alejandro Delgado.
Incluso la dictadura fulminó la Asociación General de Comerciantes del Mercado Oriental de la Ciudad de Managua, que era dirigida por el sandinista Jorge González.
De la guillotina tampoco se libró la Asociación Nicaragüense de Transporte de Carga (ATN), también encabezada por el sandinista Marvin Altamirano.
Tras el cierre de Aprodesni el lunes, ayer la dictadura quitó la personalidad jurídica a la Cámara de la Empresa Nacional de la Construcción (Canacon), que formaba parte de ese brazo sandinista.
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