El Gobierno de Brasil decidió este jueves expulsar a la embajadora de Nicaragua, Fulvia Patricia Castro Matus, en “reciprocidad” a una medida similar adoptada por las autoridades de Managua con el representante brasileño, confirmaron a la agencia de noticias EFE fuentes oficiales.
La decisión fue adoptada después de que el régimen de Daniel Ortega expulsó de Nicaragua al embajador brasileño, Breno Souza da Costa, justificada con la ausencia del diplomático el pasado 19 de julio en los actos conmemorativos del 45 aniversario de la Revolución sandinista.
Este miércoles se conoció que el diplomático brasileño recibió la orden de abandonar Nicaragua hace dos semanas. Este jueves, la vocera de la dictadura, Rosario Murillo, afirmó que el funcionario brasileño ya abandonó Nicaragua, sin brindar mayores detalles. Asimismo aseguró que Castro Matus ya está camino a Managua y será nombrada titular del Ministerio de Economía Familiar, Comunitaria, Cooperativa y Asociativa (Mefcca).
Según las fuentes consultadas por la agencia EFE, Brasil no hizo más que aplicar el “principio de la reciprocidad” frente a una medida que ha considerado “injustificada”.
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Menos de tres meses en el cargo
La representante de la dictadura de Ortega recibió el beneplácito de las autoridades de Brasil el 21 de mayo de 2024, es decir que lleva en el puesto menos de tres meses.
“Agradecemos que hemos recibido el plácet, beneplácito como Embajadora de nuestra Nicaragua bendita, embajadora de nuestro pueblo, de nuestro gobierno en la República Federativa de Brasil, ante el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, a quienes agradecemos, a Lula, al canciller Mauro Vieira, quien entrega el beneplácito para la doctora Fulvia Patricia Castro Matus”, anunció Murillo el día que recibió el visto bueno de las autoridades.
Oriunda de Matagalpa, Castro estuvo varios años como secretaria política del Frente Sandinista, hasta que ascendió a la diplomacia, sustituyendo al embajador Gadiel Osmani Arce Zepeda, quien estuvo en el cargo desde marzo de 2023.
Estrepitoso corte en las relaciones
La relación entre Ortega y Lula se encuentra en su momento más bajo, tras la expulsión de los representantes de ambos países, sin embargo, es un corte que venía mostrándose progresivamente.
Como figuras de izquierda, Ortega y Lula mantuvieron estrecha relación desde la década de los años 80, según el mismo mandatario brasileño contó. El 29 de octubre de 2002, cuando Luiz Inácio Lula da Silva ganó las elecciones presidenciales, Ortega mismo lo llamó para felicitarlo.
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Según notas periodísticas, Freddy García, entonces portavoz del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ―partido de la dictadura de Nicaragua― detalló que Lula y Ortega “ratificaron las firmes y fraternas relaciones entre el Partido de los Trabajadores (PT) y el FSLN.
En ese momento, Lula invitó a Ortega —quien todavía no retornaba al poder— a la toma de posesión el 1 de enero de 2003.
Sin embargo, el pasado 22 de julio, Lula contó que Ortega no le responde al teléfono luego que el papa Francisco le pidió en junio de 2023 que conversara con el dictador nicaragüense sobre el obispo de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, quien permanecía en prisión desde agosto de 2022.
“Lo concreto es que Ortega no me atendió el teléfono y no quiso hablar conmigo. Entonces, nunca más hablé con él”, dijo Lula da Silva.
Lula asumió su primer mandato el 1 de enero de 2003 y se reeligió por un segundo período entre el 1 de enero de 2007 y el 1 de enero de 2011. Su tercer mandato (y vigente) comenzó el 1 de enero de 2023 y concluirá el 1 de enero de 2027.