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Herty Lewites, alcalde Managua en el periodo de 2001-2004 baila felizmente con la tajona en mano que lo acredita como mayordomo oficial de las festividades de Santo Domingo de Guzmán. Foto: Archivo Personal Óscar Navarrete.
Fiestas de Santo Domingo de Guzmán, entre la fe, el relajo y la política
Es la festividad religiosa de Nicaragua con mayor participación de personas y, aunque tiene raíz religiosa, los políticos acuden a ella en busca de proyección popular
Las fiestas patronales de Santo Domingo de Guzmán son una gran algarabía en medio de música con filarmónicos, promesantes con coloridos trajes folclóricos y vestidos de inditos, familias enteras pagando promesas, las “pintas” del barrio, ebrios, comerciantes que confunden sus pregones en la bullaranga y algo que no puede faltar: el guaro y los políticos.
Los políticos codician el estatus de mayordomos en esta popular y multitudinaria fiesta que dura desde la tradicional “Roza del Camino”, que se celebra el último domingo de julio, hasta el 10 de agosto con la “dejada del Santo”.
Se estima que alrededor de un millón de personas participan en el recorrido de la diminuta imagen de Santo Domingo de Guzmán que se mueve de Las Sierritas hacia la parte norte de Managua en una procesión que dura alrededor de unas 10 horas, los días 1 y 10 de agosto de cada año.
Esta fiesta popular ha sido aprovechada por los alcaldes sandinistas que la han usado como una proyección política con su investidura de mayordomo, pero también otros políticos que aprovechan estos momentos de atención para darse baños de pueblo y hacerse notar entre la población. Tal es el caso en los años ochenta en los albores de la Revolución sandinista cuando los comandantes de la Dirección Nacional tomaron la peaña del pequeño Minguito y al son de “chicheros” lo cargaron y bailaron en las calles de Managua.
El 8 de abril de 2003 el cardenal Miguel Obando y Bravo nombró oficialmente a Herty Lewites como el mayordomo de las fiestas de Santo Domingo de Guzmán. Lewites, quien en ese momento se desempañaba como alcalde de Managua, llevaba tres años solicitando la mayordomía que se la habían dado con anterioridad a Clemente Guido, en 2001, y a Pedro Solórzano, en 2002. Es a partir de 2003 que la mayordomía de esta gran fiesta religiosa y popular ha permanecido (casi siempre) en manos de los alcaldes sandinistas, la mayoría nombrados por la Iglesia quien es la encargada de los nombramientos.
A partir de 2018, tras los estallidos contra el régimen del dictador Ortega, los mayordomos fueron los sacerdotes Boanerges Carballo, párroco de la iglesia Santo Domingo de Las Sierritas y el padre Juan José Colatto, párroco de la iglesia Santo Domingo de Managua, que también repitieron en el 2019. En esos dos años no hubo participación alguna de políticos ni de la Policía. La Iglesia se encargó de llevar en orden la inmensa romería que culminó con un: “Sí se pudo” en cada una de las iglesias.
Para el 2020 no hubo nombramiento de mayordomo por la pandemia de covid-19, pero un grupo de feligreses sí hizo el tradicional recorrido de Las Sierritas hacia Managua. Igualmente ocurrió para agosto del 2021, cuando un segundo brote de covid-19 causó mucho daño en la población, pero esta vez fue la Alcaldía de Managua quien convocó a la feligresía para salir a celebrar a Santo Domingo de Guzmán, atribuyéndose la responsabilidad de la Iglesia y tomando de facto la mayordomía a través de la alcaldesa Reyna Rueda.
Llevaron a centenares de policías para evitar una protesta en medio de la multitud. Para esa fecha los ataques a la Iglesia ya eran evidentes. En días recientes, en sus alocuciones de mediodía, Rosario Murillo proclamó a la alcaldesa Reyna Rueda como la mayordoma de las festividades en honor a Santo Domingo de Guzmán. Esto al margen de la Iglesia que prefiere guardar silencio, contrario al comité de tradicionalistas de Managua que los señalan de dejarse seducir por las dádivas que les proporciona la Alcaldía sandinista.
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