La vicepresidenta, vocera y esposa del dictador Daniel Ortega, Rosario Murillo, es una mujer que habla tanto de amor, paz y armonía que cualquiera pensaría que nada la puede inquietar. Sin embargo, la intensidad de sus ofensas contra las personas que la adversan políticamente revela su malestar y lo inquieta que puede ser alguien que odia a otros por pensar diferente.
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Murillo ha puesto en acción su rencor contra los opositores. La dictadura ha consentido agresiones físicas contra ellos, ordenó su encarcelamiento, desnacionalización, destierro y les quitó todos los bienes que tenían en el país. Pero parece que para la pareja dictatorial eso no es suficiente.
Sobre todo en los últimos días, la esposa del dictador ha desatado un nuevo ciclo de ofensas contra los opositores. Con ardor en cada palabra que pronuncia, les ha llamado “cobardes, hipócritas, falsos, estúpidos, minúsculos, inexistentes, mentecatos…”.
“Obsesionada y frustrada”
Para la opositora y ex presa política desterrada Samantha Jirón, Murillo es una mujer controladora, y como los opositores desterrados son personas que ya no puede controlar, por eso está frustrada y le cuesta vivir con eso.
“Esa obsesión que tiene ella de controlar absolutamente todo no puede cumplirla y acude a la frustración de seguir ofendiendo y buscando cualquier adjetivo calificativo para descargar su odio”, dijo la opositora de 24 años, quien resistió un año y tres meses en la cárcel por su oposición a la dictadura de Ortega y Murillo.
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El también ex preso político desterrado, Alex Hernández, manifestó que Murillo es una persona de vocación represora, lo que significa que nunca le pondrá freno a sus agresiones, aunque haya logrado callar a todos a sus alrededor.
“Necesita reprimir”
Hernández también señaló que Murillo y todo el régimen orteguista están dentro de un círculo vicioso del uso de la fuerza, del cual difícilmente pueden salir.
“Es probable que con el tiempo los métodos represivos cambien en su intensidad, no así la intención ni la necesidad de recurrir a ellos. Con el tiempo la represión se convierte en una necesidad para los dictadores, pues es la única manera de mantener ‘lealtades’ dentro de su círculo”, valoró Hernández.
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El opositor manifestó que también es un asunto de paranoia y, en consecuencia, se mantiene a la defensiva, lanzando improperios para aparentar fortaleza.
“La dictadura necesita mostrarse fuerte, no solo con sus contrarios sino con sus propios cercanos, es por eso que conforme va pasando el tiempo y la paranoia se acrecienta en el seno de la dictadura, hemos visto cómo cada vez hay más personeros del régimen que caen en desgracia, esto como mensaje de advertencia a quienes dentro de sus filas puedan llegar a pensar siquiera en emitir opinión contraria a la oficial, y es además una advertencia para quienes no siendo partidarios del régimen tengan en consideración que la fuerza represiva no discrimina ni con sus ‘amigos’ con tal de mantener la imagen de control del país”, expresó Hernández.
Le puso nombre a sus rivales
Particularmente este jueves 12 de julio, Murillo le puso nombre a sus rivales: los que se “autoproclaman renovadores”, en clara alusión a los miembros de la Unión Democrática Renovadora (Unamos), antes llamado Movimiento Renovador Sandinista (MRS). Todos sus líderes están en el exilio.
“Todos los que orgullosamente enarbolamos la bandera rojinegra, sin cobardía, sin dobleces, sin renegar, sin la hipocresía y la falsedad de quienes como estúpidos serviles del imperio se autoproclamaron renovadores”, dijo Murillo en su comunicación diaria por los medios oficialistas.
El MRS fue fundado en 1995 por un grupo de destacados disidentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), descontentos con la dirección que había tomado este partido en las manos de Daniel Ortega, el actual dictador en el poder.
Miedo a perder el poder
Debido al estigma de violencia y muerte que arrastra el sandinismo por las acciones de Ortega y su esposa Murillo, en 2021 los miembros del MRS, muchos de ellos nuevos integrantes, deciden cambiarle el nombre a Unamos.
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Ana Margarita Vijil, expresidenta del MRS, ex presa política del régimen, desterrada y desnacionalizada, manifestó que las palabras de Murillo dejan ver el miedo profundo que tiene a perder el poder y consideró que la mención directa a los “renovadores” es porque siguen luchando en el exilio para sacar del poder a la dictadura.
“Vieron las manifestaciones masivas en 2018 y pensaron que a punta de terror, que con las armas, que con los francotiradores tirándole a la cabeza a los chavalos iban a poder callarlos y no lo pudieron hacer; han intentado cárcel, asesinato, desnacionalización, confiscación, exilio forzado, destierros y nada, no lo han logrado”, expresó la opositora.
Vijil no tiene duda de que Murillo los ataca porque están por el camino correcto.
La igualmente ex presa política desterrada y desnacionalizada, Tamara Dávila, también miembro de Unamos, manifestó que Murillo está tan aislada y con miedo a perder el poder, que no puede más que ofender a sus adversarios.
“Lo único que los sostiene en el poder es la represión, entonces ellos tienen que despotricar y actuar con represión para sentirse fuertes y sentir que controlan. Infundir el miedo y el terror es lo único que los sostiene en el poder”, dijo Dávila.