14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Anotaciones sobre el reciente debate presidencial en Estados Unidos

Hay un adagio popular que dice: Una foto expresa más que mil palabras. En este caso las imágenes, el lenguaje corporal y la forma de hilvanar las ideas al expresarlas, crearon en el imaginario de los televidentes una imagen sobre los debatientes, presidente Joe Biden y aspirante a la reelección Donald Trump.  

El primer debate presidencial en EE.UU. se dio entre John F. Kennedy y Richard Nixon, siendo el moderador un joven periodista de apellido Rather. Los dos hombres contrastaban, literalmente: en las pantallas en blanco y negro Kennedy dominaba sobre un fondo claro, mientras que Nixon parecía fundirse con su entorno por el color de su traje. Ese histórico debate televisivo, ha marcado la política estadounidense desde entonces. Incluso antes de la televisión, el carisma de los candidatos siempre había desempeñado un papel en las elecciones, pero fue ese cara a cara de 1960, visto por casi 70 millones de personas el que cambió el estilo de hacer política.

Como corresponsal, Rather había sido entrenado “para mirar siempre a la cámara”, del mismo modo, Kennedy mantuvo la mirada al frente, atrayendo a su audiencia televisiva. En cambio, Nixon miraba de lado a lado, dirigiéndose a los periodistas en el estudio. El efecto fue que Kennedy parecía confiado; Nixon parecía que no quería estar allí. Rather dijo haber compartido su impresión inmediata con las otras dos personas que estaban en la emisora: “Me volví hacia ellos y les dije: ‘Creo que Kennedy podría ganar’”.

Los dos habían estado codo con codo en las encuestas, y Nixon había estado subiendo en los días previos al debate. Pero tras los debates, Kennedy abrió una ventaja de 48 a 43 por ciento. A partir de ese momento fue innegable: los debates televisivos demostraron tener un impacto definitivo en la decisión final en los votantes.

El debate del pasado 27 de junio según las encuestas dejó un ganador indiscutible. Los datos que se manejan según CNN dicen que un 57 por ciento declara no tener confianza en la capacidad de Biden para dirigir el país y un 47 por ciento piensa lo mismo de Trump.

Un amigo nicaragüense ahora residiendo en los Estados Unidos me dijo no hace mucho, los estadounidenses van a tener que elegir al que consideren menos malo para gobernarlos y creo que está en lo cierto. Pues el tiempo no perdona y termina haciendo estragos en la mente y cuerpo de los individuos, recordemos que Biden es octogenario y Trump le sigue de cerca, pero su estilo agresivo y belicoso. Es lo que pudo haber hecho la diferencia.

Ahora quiero hacer mención de un comentario que hiciera a CNN Case Hunt, agente demócrata. Dijo: “Ahora Trump amenazará con encapsular toda su candidatura a la reelección —refiriéndose al resultado del debate—, a menos que Biden decida darle una vuelta a la historia”. Esa vuelta a la historia solo puede venir de dos maneras: La primera, que la inmigración siga bajando para callarle la boca a Trump quien continúa diciendo a su mejor estilo, que los inmigrantes son una plaga de ratas delincuentes que amenazan con acabar con el estilo de vida de los norteamericanos. La segunda sería que Trump dé un giro inesperado a lo que ha sido su comportamiento con los países que más refugiados están aportando al pase irregular en sus fronteras.

También está la posibilidad que intente congraciarse con una buena parte de los votantes presionando a Israel para un cese a la guerra, pero no creo que lo logre. También tiene la guerra en Ucrania y esas son palabras mayores y allí tampoco creo que tenga éxito si lo intenta, al menos que para satisfacer a su electorado abandone a su suerte a Ucrania, lo que sería una tremenda estupidez.

Por último, le queda volver a ver al señor Nicolás Maduro que tiene un tremebundo problema tratando de asegurarse una aprobación nacional e internacional a un triunfo por demás cuestionable, pues todas las encuestas lo ponen por debajo del candidato de la coalición opositora en más de 25 puntos, lo que hace imposible una victoria de Maduro. Recordemos que el gobierno de Venezuela adquirió un compromiso con el gobierno de Biden en la isla de Barbados, el que ha incumplido en todos sus términos, dejando en el ridículo a los europeos y al presidente estadounidense.

Si yo fuera Nicolás Maduro estaría más que preocupado por la posible reacción de Biden hacia su incumplimiento a los acuerdos, creo que la historia me da toda la razón, solo échenle una miradita a la historia del comportamiento de los demócratas en el pasado.

El autor es analista político y directivo nacional de las Fuerzas de Veteranos de Guerra de la Resistencia Nicaragüense.

Opinión

COMENTARIOS

  1. Hace 7 meses

    Se te olvidó mencionar que Biden y los demócratas tienen otro recurso el cual es el fraude electoral al cual los Demos son muy aficionados. A propósito, Kennedy le ganó a Nixon por un corto margen debido al fraude rampante en Chicago pagado por el padre de Kennedy a la mafia italiana. Nixon era un patriota y no lo denunció porque sabía la posición de los EE.UU. en el mundo. Prefirió sacrificar su ego y no poner los EE.UU. al nivel de Nicaragua donde los fraudes electorales son algo normal. Otro factor es Kamala Harris a la cual 70 millones de votantes la detestan por ser de la izquierda moderada. Su imagen es motivo de burlas y su apodo es la Risa de Yegua. Los votantes saben que Biden puede fallecer de un momento a otro y se convertiría en pesadilla que Kamala suceda a Biden de acuerdo a la Constitucion. Kamala es un desastre. No tiene la educación suficiente para ser presidente de los EE.UU.

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí