Esta crisis se origina después de la visita de Javier Milei a España el domingo 20 del presente mes. Visita que obedecía a la invitación del partido Vox, que celebraba un Congreso llamado Europa Viva24 presidida por su presidente Santiago Abascal, a la que además de Milei, asistían como invitados otros dirigentes de la derecha europea como Marine Le Pen personalmente y con la intervención virtual de Giorgia Meloni, la presidente italiana y de Victor Orban entre otros.
Pues bien, en dicho congreso tomó la palabra el presidente argentino Milei, y entre otras cosas dijo que el PSOE a la sazón en el gobierno de España, presidido por Pedro Sánchez, era un partido corrupto y que personas de su entorno estaban acusadas de tráfico de influencias. Refiriéndose a la esposa de Pedro Sánchez dijo que era una corrupta y que estaba siendo investigada por un juzgado por haber cometido presuntamente tráfico de influencia, lo que es conocido públicamente en España y fuera.
La esposa del presidente español de nombre Begoña Gómez, efectivamente está siendo investigada por un presunto tráfico de influencia a favor de una compañía aérea que estaba al borde de la bancarrota y la mencionada señora escribió a las autoridades concernidas para que le otorgaran un préstamo que le salvara de la quiebra.
En este contexto he de significar que Javier Milei había sido agraviado desde el momento mismo de su toma de posesión a la que asistió en representación de España el rey Felipe VI, acompañado de un secretario de estado y no del Ministro de Asuntos Exteriores, como ha sido la norma en estos casos, lo que el protocolo en ese sentido había sido obviado y por lo tanto una afrenta a Javier Milei. A esto habría que añadir que Sánchez hizo campaña contra Milei pues en un discurso dijo que había que apoyar a Massa, contra la ultraderecha de Milei, interfiriendo en asuntos políticos internos que solo atañen a los argentinos.
Después de ese primer encontronazo, se produjo otro de manos del ministro de Transportes de España, quien por otra cuestión relacionada con Argentina se refirió a Milei diciendo algo como que este estaba bajo los efectos de sustancias tóxicas o alucinógenas, pero la cuestión aunque causó algunos enfrentamientos entre los dos gobiernos, con una medio excusa del aludido ministro se cerró el asunto.
En este escenario después del discurso de Milei en el congreso de Vox, el presidente del gobierno de España se lanzó en tromba contra Milei y ordenó a su ministro de Asuntos Exteriores que llamase a consultas a su embajadora en Argentina y su vez convocó al embajador argentino en Madrid a su despacho para entrevista relativa al caso. Y después de esto se produce una escalada del diferendo, ordenando a la embajadora española su vuelta a España sine die, lo que en lenguaje diplomático significa el retiro de la embajadora definitivamente y que la representación diplomática de España en Argentina quedase reducida en manos de un encargado de negocios.
En esta situación, siendo que las relaciones de España y Argentina en todos los tiempos han sido excelentes y de un contenido reconocido como muy amplio y que la población española en Argentina es una de las de mayor número en presencia y que las empresas españolas en el país son las segundas en inversiones, es causar un daño que podría ser muy importante para ambos países.
Pero retrocediendo al tema de la alusión de Milei, a la esposa de Sánchez como “corrupta”, derivada de la carta de recomendación para el rescate de Globalia, es claro que mejor hubiera sido no mencionarla para nada y así guardar la debida cortesía diplomática, pero de allí a que se considere como ofensa a las instituciones españolas hay una gran distancia, ya que ella no es funcionaria, ni representa personalmente a España, que es el pretexto con el que se ampara el gobierno español para escalar este conflicto al grado en que hoy se encuentra.
Lo bien cierto es que en este tema lo que Sánchez hace es utilizar a su propia esposa para encubrir la red de corrupción en la que está envuelta la cúpula del gobierno con el llamado caso Koldo y solapar este y otros desaguisados cometidos por su gobierno en la legislatura y con ello ver si saca rédito electoral de cara a las próximas elecciones al parlamento europeo que se realizaran del 6 al 9 de junio próximo.
Para estas elecciones se eligen 720 diputados en todos los países que componen la UE y a España le corresponde elegir a 63 europarlamentarios de esos mencionados más arriba, y se considera la prueba de fuego para medir la fortaleza o la debilidad que tiene en términos electorales cada país y sus partidos que compiten en las mismas, así mismo dependiendo de quién gana las elecciones se eligen a las autoridades de la Unión Europea.
He hecho mención a este hecho eleccionario europeo porque en parte juega en la cuestión del contencioso diplomático entre Madrid y Buenos Aires, donde como es costumbre del gobierno de Sánchez levanta cortinas de humo cuando conviene a sus intereses personales y en segundo lugar los de su partido.
No creo que la escalada siga adelante, aunque su ministro de Asuntos Exteriores amenaza con tomar otras medidas más extremas como podría ser declarar non grato al propio Milei o romper sus relaciones diplomáticas con Argentina, uno de los países más importantes del continente americano, aún con su situación financiera bajo mínimos que lo dejaron los kichneristas causante de latrocinio y el fraude y malversación de los bienes nacionales durante sus anteriores gobiernos.
La desproporción de las medidas tomadas por el gobierno español han sido y siguen siendo atacadas y censuradas por los partidos de la oposición como el Partido Popular y Vox, ubicados a la derecha del espectro político español y considerados como defensores del constitucionalismo y de la defensa de la integridad de España, como sabemos amenazada por los partidos separatistas que quieren independizarse para formar pseudo republiquetas que obedezcan a sus postulados políticos a los que Sánchez ha abierto la espita para mantenerse en el gobierno de España, ya que recordemos que sin los votos del separatismo en estos momentos no estaría en el poder.
El autor es abogado nicaragüense radicado en España.
