La dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, por quinto año consecutivo, y en ocasión de un aniversario más de la Rebelión de Abril de 2018, ha desatado una nueva ola de asedio y hostigamiento policial contra los nicaragüenses.
Excarcelados políticos que todavía residen en Nicaragua, en entrevista con LA PRENSA, denunciaron que el asedio se ha “intensificado” nuevamente en ocasión al aniversario de la Rebelión de Abril.
Explicaron que las llegadas de policías y “paramilitares” ligados al orteguismo han sido más frecuentes en las últimas semanas. Señalaron que estas personas se ubican afuera de las viviendas en plena vigilancia, a bordo de patrullas o motocicletas, fotografían las viviendas y a quienes salen de estas.
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Uno de los excarcelados políticos que conversó con LA PRENSA denunció que solo en lo que va de abril ya ha recibido tres visitas de policías que se apuestan afuera de su vivienda, sin incluir la vigilancia permanente que tiene de vecinos que pertenecen al Frente Sandinista, controlado por la dictadura orteguista.
Más de 60 excarcelados sufren asedio
El Grupo de Reflexión de Excarcelados Políticos (GREX) detalló a LA PRENSA que ha identificado a alrededor de 60 excarcelados políticos —incluidos algunos integrantes de la Unión de Presos y Presas Políticas de Nicaragua (UPPN)— que “de distintas maneras son asediados, hostigados, visitados por la guardia (la policía) o citados en delegaciones policiales”.
Señaló que los excarcelados políticos y sus familias viven un “estrés constante” producto de dicho asedio y hostigamiento, ya que temen lo que puede ocurrir en cada una de estas ocasiones.
También, indicó que estas personas también tienen limitado su derecho a laborar, puesto que muchos por temor no salen de sus viviendas y los que sí se atreven a “buscarse la vida tienen que faltar a sus labores cuando son asediados”.
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El GREX aseguró que los excarcelados, además de ser asediados y hostigados, también reciben visitas de la Policía o son citados en las estaciones policiales, donde “sufren burlas de los funcionarios, que bajo sarcasmo les preguntan cómo sobreviven económicamente, si salen a pasear, si usan redes sociales” y los amenazan recordándoles que “están controlados, que las visitas serán periódicamente y, en algunos casos, que recuerden estar atentos a sus llamadas, para avisarles el día que llegarán a visitarlos”.
Algunas veces, explicó el GREX, los excarcelados incluso no son autorizados a salir de su vivienda cuando están apostados afuera los policías o paramilitares.“Existen hermanos (excarcelados políticos) que están aterrados, que no salen porque en cuanto lo hacen los acompaña los oficiales y los hostigan. Otros tienen sus cámaras de video que llevan seguimiento del asedio y hostigamiento policial. La familia es la más perjudicada emocional y física. Las limitaciones son inmensas, pero seguimos resistiendo”, apuntó el GREX.
Detenciones y asedio a familiares de periodistas exiliados
El Monitoreo Nacional Azul y Blanco, en una alerta divulgada este lunes, apuntó que “a medida que se acerca el aniversario de abril, aumentan las denuncias de hostigamiento y amenazas por parte de la Policía Nacional en los departamentos de Managua, Masaya, Matagalpa, Región Autónoma de la Costa Caribe Norte y la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur”.
Entre el 12 y 14 de este mes, el Monitoreo registró la denuncia de cinco detenciones arbitrarias de personas excarceladas y familiares de víctimas del orteguismo. Tres de de estos, explicó el Monitoreo a LA PRENSA, estuvieron detenidos por un día, los interrogaron y amenazaron con que “no hagan nada para estas fechas”, en alusión al aniversario de la Rebelión de Abril de 2018.
La periodista Kalúa Salazar, de Radio La Costeñísima de Bluefields, en sus redes sociales también denunció que el asedio contra las familias de exiliados “ha incrementado”.
“Desde hace siete días mi familia sufre una nueva ola de asedios nocturnos que atentan contra la paz y el descanso de mis hijas y madre”, denunció la comunicadora —que se encuentra en el exilio— a través de sus redes sociales.
Asimismo, señaló que dicha situación a su entender también la están sufriendo “otras familias de periodistas exiliados de Bluefields”.