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Recordando al ciudadano Carlos Tünnermann

Tuve el honor de conocer al doctor Carlos Tünnermann Bernheim hace bastantes lunas. Siempre admiré su hablar pausado, de tono agradable y sobre todo la elocuencia. Tuve motivación especial en buscar su amistad, pues mi padre en varias ocasiones me dijo que habían estudiado juntos la primaria y la secundaria y lo recordaba como un excelente alumno. Cuando en una ocasión, mientras nos tomábamos un café en un descanso de las interminables sesiones políticas le pregunté si se acordaba de un compañero de colegio llamado Guillermo Antonio Miranda López, para sorpresa mía me contestó de inmediato diciéndome que lo recordaba perfectamente. Fue entonces que le dije que era mi padre. Remontándose a aquella época de estudiante me comentó varias anécdotas y la que más me hizo gracia fue cuando me dijo: cómo se me va a olvidar “el chocoyo” para a continuación comentarme que a mi padre le decían “el chocoyo” por un pantalón verde que se ponía muy seguido. Cuando le comenté a mi padre dicha conversación soltó la carcajada y me confirmó lo del sobrenombre del chocoyo o chocoyito.

He querido compartirles esa anécdota porque me sorprendió y entristeció mucho saber del fallecimiento del doctor Carlos Tünnermann, un caballero, respetuoso de las opiniones de sus interlocutores, poseedor de una vasta cultura tanto política como académica y casi me atrevería a decir que es imposible hablar de la UNAN de León, sin mencionar el nombre de su rector magnífico, doctor Carlos Tünnermann.

El doctor Tünnermann fue un hombre honesto, siempre procuró hacer el bien, aunque para algunos en ocasiones el bien no le salió tan bien. Otro hombre a quien le debo mucho, el doctor Arturo Cruz padre, cuando hablaba de su paso por el Grupo de los 12, siempre mencionaba con respeto y admiración al doctor Tünnermann que también fue parte de ese grupo político que apoyó la lucha contra Somoza en los finales de los setenta. 

La enciclopedia Wikipedia registra en su biografía, que asistió al Instituto Pedagógico La Salle de Managua y se graduó como doctor en Derecho en la Universidad Nacional de Nicaragua UNAN (actual Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua) en la ciudad de León en 1957 y fue colaborador del rector de dicha alma mater, Mariano Fiallos Gil, como secretario general de la universidad, en cuya administración (1957-1964) el gobierno de Luis Somoza Debayle decretó la creación de la autonomía universitaria en 1958.  En el juicio a los acusados de participar en el atentado contra el presidente Anastasio Somoza García, ocurrido en León el 21 de septiembre de 1956, Tünnermann defendió a su compañero de clases Tomás Borge.

Posteriormente  cuando Fiallos Gil murió en 1964, Tünnermann fue elegido como su sucesor, ocupando el cargo de rector de la UNAN hasta 1974; durante, su rectorado en 1967 la UNAN descubrió las ruinas de León Viejo, el primer asiento de León, junto al lago Xolotlán, abandonado en 1610.

En síntesis, el doctor Carlos Tünnermann Bernheim fue un buen hombre, preocupado como pocos por la educación y el bienestar social de los nicaragüenses. Últimamente nos regalaba sus memorias en las páginas de opinión del Diario LA PRENSA.

Independientemente de otras consideraciones, considero que las autoridades actuales de la UNAN León le deben un homenaje póstumo, pues fue por mucho de los rectores magníficos más prolíficos que ha tenido esa universidad. A quienes tengan la autoridad para hacer realidad ese homenaje al que me refiero, les recuerdo aquella frase corta pero que dice mucho: Honrar Honra, y honra porque reconocer el valor y aporte de un hombre como el doctor Tünnermann significa que se aprecia y valora su contribución a la educación y al prestigio que alcanzó esa casa de estudios durante su rectoría; y por qué no decirlo, recordar también su contribución a la educación en general.

Que descanse en paz el amigo y consejero doctor Carlos Tünnermann Bernheim.

El autor es analista político y directivo nacional de las Fuerzas de Veteranos de Guerra de la Resistencia Nicaragüense.

COMENTARIOS

  1. Hace 1 mes

    Al hablar de la UNAN-Leon es inevitable que no venga a la memoria la figura de Tunnerman. Era practicamente un ‘chavalo’ cuando lo nombraron Secretario General de la UNAN. Sus clases de Prolegómenos del Derecho que luego él le cambió el nombre a la materia y la llamó Introducción al Estudio del Derecho eran magistrales según me cuentan ex-alumnos de esa universidad. La época de oro de la UNAN-León según ellos.

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