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Régimen oculta, por más de dos años, anuarios estadísticos que recogen crisis financiera del INSS

En medio de la agudización de la crisis financiera que enfrenta, el INSS mantiene ocultos los anuarios estadísticos de 2022 y 2023

Han pasado quince meses desde que concluyó el 2022 y el régimen todavía no publica el anuario estadístico del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), de ese año; y mucho menos el de 2023, aunque fuentes cercanas a la entidad aseguran que ambos están listos, pero engavetados porque no hay intereses de hacer pública la información que contienen. El último anuario que el INSS publicó fue el de 2021, cuando con casi año y medio de retraso y sin ninguna explicación el documento reveló, a través de los estados financieros que las reservas técnicas se agotaron y transformaron en deuda.

Desde entonces no se sabe cuál es la verdadera situación de las finanzas del Seguro Social, aunque por otros documentos se percibe que el régimen no está haciendo nada por frenar la crisis financiera que enfrenta desde 2013 cuando por primera vez sus gastos superaron los ingresos y el desbalance generó un déficit de 201.1 millones de córdobas.

Ante la falta de acciones para frenar esta crisis, las proyecciones oficiales indican que en los próximos años la crisis se agudizará. El Marco Presupuestario de Mediano Plazo 2024-2027 contempla que los déficits financieros crezcan todos los años hasta alcanzar 8,224.2 millones de córdobas en 2027. Ese sería el monto más alto en los quince años consecutivos de crisis que se cumplirían en 2027.

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¿Y los CS$16,397 millones de reservas técnicas?

Según el documento el déficit subiría a 4,500 millones en 2024; a 5,531 en 2025; a 6,775 en 2026 y hasta 8,224 millones de córdobas en 2027. A estos déficits se sumaría la deuda que está acumulando la entidad y que surgió tras el agotamiento de las reservas técnicas.

Hasta ahora ningún funcionario del INSS ha explicado como los 16,397.2 millones de córdobas que en 2012 el INSS tenía en concepto de reservas técnicas institucionales, se agotaron hasta transformarse en 2021 en una deuda de 2,697 millones de córdobas.

Además, ante la falta de publicación de los anuarios de 2022 y de 2023, se desconoce si esa deuda ha seguido creciendo. O si el apoyo que el Estado le ha dado en los últimos años al INSS a través de transferencias del Presupuesto General de la República han sido suficientes para garantizar que el INSS saiga operando.

La Valuación Integral de los Seguros de Invalidez, Vejez y Muerte, Riesgos Profesionales y Programa de Víctimas de Guerra al 31 de diciembre del 2012, que realizó en 2013 la dirección de Estudios Actuariales, detalla que al 31 de diciembre de 2012, el monto de las reservas técnicas del Seguro de Riesgos Profesionales ascendía 802.78 millones de córdobas que no era suficiente para cubrir las obligaciones de ese seguro que a esa fecha eran de 4,747.62 millones de córdobas.

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¿Qué pasó con las reservas del INSS se acabarían en 2028?

Sin embargo, la entidad también tenía reservas técnicas institucionales que respaldaban sus obligaciones. “El monto de reservas técnicas institucionales a la fecha de valuación (21 de diciembre de 2012), asciende a 16,397.2 millones de córdobas, con lo cual se dispone para respaldar las obligaciones contraídas con la población protegida por los seguros de riesgos profesionales, invalidez, vejez y muerte, así como víctimas de guerra”, dice el documento.

Según ese estudio, a partir de 2013 los ingresos por cotización del sistema de pensiones del régimen de Invalidez, Vejez y Muerte (IVM) no eran suficientes cubrir los egresos por pensiones y los gastos administrativos de la rama. Sin embargo, se esperaba que la reforma que entró en vigencia en enero de 2014 y que elevó en 1 punto porcentual el aporte de los empleadores mejoraría la situación.

Pero esto no ocurrió y en 2013 por primera vez las finanzas del INSS cerraron con déficit, que en ese año fue de 201.1 millones de córdobas, monto que ha crecido cada año y que según las proyecciones oficiales llegará a 8,224.2 millones de córdobas en 2027.

Según ese estudio si no se hacían ajustes, a partir del 2020 se tendría que comenzar a utilizar las reservas para cubrir las obligaciones y estas le permitirían al INSS seguir operando hasta el 2028, “cuando las reservas se acabarían”. Sin embargo, comenzaron a usarse casi a raíz de este estudio y se agoraron siete años antes de lo previsto.

Recomendaciones no frenaron crisis del INSS

Pero después de la reforma que entró en vigencia en enero del 2014, llegó la fallida de 2018 que desató la crisis sociopolítica que aún enfrenta el país y aunque esa se anuló, en 2019 entró en vigencia otra reforma, más drástica que elevó los porcentaje de cotización y cambio la formula para calcular las pensiones, para que estas sean menores. Sin embargo, desde 2013 la finanzas del INSS entraron en un proceso de caída libre que al parecer no tiene retorno.

En ese estudio se emitieron una serie de recomendaciones que no se aplicaron, entre ellas elevar a 1,500 la cantidad de semanas para tener derecho a la pensión; racionalizar el gasto administrativo; revisar el diseño de la fórmula de la pensión, el cálculo del salario de referencia para la pensión, el ajuste gradual y selectivo de los requisitos de acceso a la pensión y del nivel de beneficio.

A excepción de la reducción de los gastos administrativos y del incremento del número de semanas para tener derecho a una pensión, casi todas esas recomendaciones se han aplicado en las dos reformas de 2014 y 2019, que entraron en vigencia desde que se realizó esta valuación. Sin embargo, no han sido suficientes para frenar la crisis, como tampoco lo fue la cancelación de la deuda histórica del Estado con la entidad, prevista a cancelarse en cincuenta años, pero la crisis aceleró esa cancelación. Y mientras el régimen hace proyecciones de una crisis mayor, oculta los anuarios estadísticos que reflejan, entre otras datos, la realidad financiera del INSS.

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