Unos 46 feligreses se levantan casi al unísono cuando a la iglesia Santa Faz, en el barrio Costa Rica, en Managua, ingresa el padre Antonio Castro para celebrar la misa del Santísimo.
Es una de las primeras misas que oficia el sacerdote en esta iglesia Santa Faz, tras ser nombrado nuevo párroco por el cardenal Leopoldo Brenes, pues ha estado acéfala desde que el 29 de diciembre de 2023 el régimen secuestró en este mismo templo a monseñor Silvio Fonseca, también vicario de la Familia de la Arquidiócesis de Managua, quien el 14 de enero fue desterrado a Roma, junto con dos obispos (Rolando Álvarez e Isidoro Mora) y 14 clérigos.
Lea también: Interrogatorios e intensificación de la vigilancia: así la Iglesia católica de Nicaragua dio inicio a la Cuaresma
Es imposible para muchos parroquianos no comparar, como decía don Anselmo Peralta, por un lado, la dura posición crítica de Fonseca hacia los Ortega-Murillo, y de respaldo a los presos políticos; y la conocida subordinación del padre Castro a la pareja autoritaria, lo que lo llevó a callar durante la matanza del 2018; a permanecer mudo ante el sufrimiento de los presos políticos, incluyendo su hermano en Cristo, el obispo Rolando Álvarez, y a exhibir durante misas en la parroquia La Merced, banderas rojinegras y altares a Fidel Castro y a Hugo Chávez.
Se centra en los Evangelios
Pero el padre “Toñito” Castro hace hoy a un lado su conocido apoyo al régimen y se centra en los Evangelios y a predicar sobre el período de Cuaresma. Durante su homilía utiliza de modo reiterado palabras como fraterno, solidario, reconciliación, paz y unidad. También exhorta a “escuchar” a los demás y a uno mismo, y a ser tolerantes en la familia y fuera de ella.
Doña Estebana Mendieta señala a la derecha de la eucaristía donde está una imagen de Cristo de cuerpo entero y otra en la que se aprecia sufriente y sangrante en la cruz, y dice que ahora es un contrasentido que en medio de las dos imágenes estuviera un retrato de Santa Teresa de Calcuta, y explica que esto no combina con que un clérigo de la dictadura esté oficiando misa a unos metros de esa fotografía, pues Ortega expulsó hacia Costa Rica a 18 monjitas de la orden Misioneras de la Caridad, fundada por Madre Teresa.
Puede interesarle: La Iglesia sandinista: lejos del papa Francisco y cerca de Ortega
En las misas que ha oficiado en Santa Faz, el padre Toñito Castro ha sido muy cuidadoso. Con su voz no tan fuerte por el paso de los años, pero educada al punto que es persuasiva, ha comenzado a construir su base social limitándose a los Evangelios. Su narrativa es reiterante. Utiliza varios sinónimos, hasta cinco o seis, al explicar con claridad algún asunto.
El padre Castro dejó el discurso político progubernamental colgado en un ropero tradicional maqueado en café de la iglesia La Merced, donde ofició por dos décadas.