El Gobierno de los Estados Unidos, a un año del destierro de 222 presos políticos que Daniel Ortega tenía en diversas cárceles de Nicaragua, revela más detalles sobre la “Operación Nica Bienvenidos”, misma que costó más de un millón de dólares.
Washington detalla que los gastos fueron divididos en recepciones iniciales, habitaciones en hoteles, teléfonos celulares con datos, transporte local y ropa.
El subsecretario de Estado Adjunto para Centroamérica de la oficina del Hemisferio Occidental, Eric Jacobstein, en conferencia de prensa dijo que el monto fue un costo inicial, “obviamente ha habido mucho más apoyo brindado por otras agencias del Gobierno de Estados Unidos”.
También expresó que el apoyo para resolver los conflictos en Nicaragua va a continuar.
“Nos mantenemos firmes es nuestro apoyo al pueblo de Nicaragua y hacemos un llamado a Daniel Ortega y Rosario Murillo a que restablezcan el pleno goce de los derechos civiles y políticos para todos los nicaragüenses”, señaló Eric Jacobstein.
Además, insistió en que han “visto al régimen aplastar violentamente a sus críticos, forzar a nicaragüenses al exilio, cometer flagrantes abusos contra los derechos humanos y atacar a las autoridades religiosas”.
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Según detalles del diplomático, fue una operación de días, no semanas. “Desde los primeros días supimos que necesitaríamos colaboradores dispuestos y aliados de la sociedad civil para poder llevar a cabo una operación tan ambiciosa”, acotó.
La operación
Desde una base naval en Norfolk, Virginia, a última hora del 8 de febrero de 2023 salió un vuelo que regresaría a ese país con 222 presos políticos de Nicaragua.
Al menos 10 funcionarios del Servicio Civil y del Servicio Exterior de Estados, que estuvieron a cargo de la operación, llegaron a Managua en un avión financiado por USAID. Solo era “cuestión de horas”, señala una publicación de la revista The Foreign Service Journal de la Asociación Estadounidense del Servicio Exterior.
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La publicación relataba que “la misión no era secreta, pero había vidas en juego. Los labios flojos podrían hundir el viaje, condenando a los presos políticos a seguir encarcelados bajo el régimen de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo”.
Según la publicación, el plan se concretó después de “largos meses de diplomacia encubierta”, entre Nicaragua y Estados Unidos.