Enorme. Con una extensión de 3,034 kilómetros es el cuarto río más largo de Estados Unidos, donde se le conoce como río Grande, y el más largo de México. Nace en las montañas de San Juan, en el suroeste de Colorado, fluye por el sur y cruza todo el estado de Nuevo México hasta formar una frontera natural entre Texas y cuatro estados mexicanos: Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, y finalmente desembocar en el Golfo de México.
Éxodo y muerte. En 2022, año en que unos 328,000 nicaragüenses decidieron salir del país, al menos 42 murieron intentando cruzar el río Bravo, de acuerdo con un recuento realizado por el diario LA PRENSA. Entre las víctimas estuvieron los hermanitos López, el mayor de 3 años y el menor de tres meses de edad, fallecidos en agosto de ese año, cuando la corriente los arrancó de los brazos de su tío Dervin López. También se conoció el caso de un niño de 8 años, quien murió por asfixia por sumersión. En 2023 la frecuencia de los ahogamientos bajó considerablemente, pero también hubo víctimas.
Mortal. Miles de inmigrantes de distintas nacionalidades han fallecido en los últimos años intentando cruzar el traicionero río. 2022 fue un año especialmente trágico. Los cruces en el río Bravo fueron una de las principales las razones por las que ese año unos 900 inmigrantes murieron en el intento de cruzar sin documentos hacia Estados Unidos, según organizaciones mexicanas.
Crecida repentina. Las aguas del río Bravo pueden elevarse hasta 90 centímetros de manera repentina. Esto sucede muy a menudo y en diferentes temporadas del año, cuando la presa La Amistad es abierta para irrigar 850 mil hectáreas de cultivos o generar energía eléctrica para las zonas cercanas. Esta presa se encuentra entre los límites de Texas, Estados Unidos, y Coahuila, México. En invierno también se abre con frecuencia, a fin de liberar el caudal acumulado. Las súbitas crecidas del río disuelven fácilmente las cadenas humanas que los inmigrantes forman para cruzar.
Engañoso. Otra de las razones por las que el río Bravo es tan peligroso es la falsa seguridad que ofrece a los inmigrantes desesperados por cruzarlo. Se le ve aparentemente calmo, pero esconde fuertes corrientes profundas y remolinos que succionan a las personas hacia el fondo. El río está plagado de maleza y de neumáticos, flotadores y restos de balsas usados por otros migrantes al cruzar, objetos que pueden desestabilizar a las personas o atraparlas en el agua. Por si fuera poco, aunque normalmente tiene una profundidad que apenas llega a la cintura del adulto promedio, hay zonas en que súbitamente alcanza 2.5 metros de hondo.
Cocodrilos. Entre las algas del río, suele haber cocodrilos y caimanes. Hasta el momento no se ha reportado la muerte de inmigrantes a causa de estos reptiles, pero son un peligro latente que no se puede ignorar. “(Los inmigrantes) navegan por las corrientes, navegan por el río y, además, están los cocodrilos”, declaró Bryan Kemmett, un veterano con 24 años de servicio en la Patrulla Fronteriza, entrevistado en 2019 por El New York Times. “Un cocodrilo no va a distinguir entre un niño y un pollo, o cualquier otro animal pequeño”.
La ruta más corta. Estados Unidos y México comparten una frontera de unos 3,100 kilómetros, pero una tercera parte de ella está resguardada por algún tipo de muro o valla metálica, principalmente en zonas urbanas, explica la BBC Mundo. Sin embargo, desde la ciudad de El Paso, Texas, la división entre ambos países está marcada por el río Bravo, que ocupa casi la mitad de la frontera. Desde el centro de México, la ruta más corta hacia la frontera estadounidense es el por sur de Texas, desde las ciudades mexicanas de Matamoros, Reynosa, Laredo o Piedras Negras. Las otras rutas implican enfrentar desiertos, vallas y mar, con rodeos de muchos kilómetros.
Más barata. Además de ser más corta, la del río Bravo también es menos cara que la ruta a través del mar, que se hace bordeando las costas del estado de California para burlar el muro fronterizo y el patrullaje de Estados Unidos. El cruce por el río puede costar de 7 mil a 8 mil dólares. En cambio, hay inmigrantes que han pagado entre 15 mil y 18 mil dólares para ser llevados por mar.
Muro flotante. A principios de julio de 2023 el estado de Texas instaló un “muro flotante” antiinmigrantes, con el supuesto propósito de disminuir las muertes por ahogamiento en el río fronterizo. Eran unas grandes boyas esféricas de color naranja rodeadas de alambre de púas. Las desplegaron a lo largo de 350 metros frente a la ciudad texana de Eagle Pass, que colinda con Piedras Negras, Coahuila. Para el diario español El País, “la medida resultó más peligrosa”. En las siguientes semanas se reportaron casos de inmigrantes heridos por las púas y dos cuerpos aparecieron flotando cerca de las boyas. La administración del presidente Joe Biden demandó al gobierno de Texas por la medida poco humanitaria y en septiembre un juez ordenó que se retirara el muro flotante.
Migración. Unas 50 balsas intentan cruzar cada noche en diversos puntos del río, de acuerdo con la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Este organismo tiene la tarea de prevenir el ingreso de inmigrantes ilegales al país; sin embargo, debido al aumento del éxodo y las incidencias en el río, se han visto en la obligación de rescatar a los inmigrantes para luego presentarlos en los campamentos de refugiados y comenzar el proceso legal para su eventual deportación o asilo. Otras personas se entregan voluntariamente a Migración, para ser llevados a esos refugios.