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Inicios de 1990, varias personas observan en una tienda de electrodomésticos las distintas marcas de televisores, grabadoras y betamax (video caseteras). Después del fin de la guerra de los años ochenta las ofertas de artículos de línea blanca, ropa y alimentos empezó a llenar el comercio del país que tras 10 años de retroceso económico resurgía nuevamente. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.

Galería: Despertar de la economía después del sandinismo

La guerra fría en Centroamérica causó mucho luto y dolor, pero la gente no solo sufría por la guerra, también padecía de hambruna como el caso de Nicaragua donde faltaban artículos de aseo personal, alimentos básicos para la nutrición y solo se usaba tecnología cubana o de los llamados países socialistas.

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En la época más dura de la guerra de los años ochenta en Nicaragua sobraban las armas y las balas, la muerte pululaba en las montañas del norte del país. En las ciudades, los alimentos escaseaban y el hambre apretaba, los granos básicos como el arroz, el maíz y los frijoles eran prácticamente alimentos de contrabando como si fuera tráfico de drogas por el férreo control que ejercía el Ministerio de Comercio Interior (MICOIN).

Los campesinos que viajaban del norte del país para comercializar sus granos eran bajados en los retenes de los agentes de MICOIN junto a la Policía Sandinista. Los ciudadanos particulares corrían la misma suerte. Los alimentos se distribuían con una libreta de control a través de comisariatos en las empresas y puestos de MICOIN en todos los barrios y ciudades del país.

En los supermercados los estantes permanecían vacíos, viejos y oxidados, algunos productos alimenticios eran distribuidos con la famosa tarjeta de alimentos o si eran de compra libre se tenía derecho a una lata o dos. Estos alimentos enlatados provenían de los países del bloque socialista, por ejemplo, las sardinas en aceite de olivo eran rusas, mientras que el estofado, el pollo a la jardinera o pollos enteros provenían de Bulgaria.

El país languidecía lentamente por la guerra y la escasez de alimentos. No se contaba con infraestructuras modernas o nuevas y aún se veían varios edificios que no fueron demolidos o tumbados por el terremoto de 1972. En medio de toda esa calamidad el tiempo había congelado a Nicaragua. La tecnología era obsoleta y mala, los televisores que existían eran de la marca Caribe y los radios eran de marca Siboney, ambos de la isla de Cuba que también mandaban juguetes y alimentos como unos frijoles de enorme tamaño que se les llamaban “biterras”.

Con la llegada al poder de la presidenta Violeta Barrios de Chamorro, llegó también el resurgimiento económico. Los supermercados empezaron a verse totalmente abarrotados, así como tiendas de alimentos, ropa y electrodomésticos. El país empezó a tener un auge de crecimiento en la construcción de nuevos hoteles, edificios comerciales, salas de cine, centro de comida rápida. Algunos bancos privados empezaron a funcionar y Nicaragua empezó una transformación al final del conflicto bélico, que llegó con vientos de cambios para una naciente democracia, paz y un mejor estilo de vida para sus ciudadanos.

Las marcas internacionales se hacían presentes con sus productos alimenticios. En esta imagen se oferta salsa de tomate que en el país se dejó de producir por falta de materia prima y se convirtió en un producto de lujo para los consumidores nicaragüenses. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Una mujer camina entre los pasillos de un supermercado en medio de sus estantes llenos de productos que se ofertan libremente, sin tarjeta de racionamiento, sin filas, sin afiliación política a como era en el pasado sandinista cuando sometieron al país a una profunda crisis económica y a una hiperinflación que fue la más grande de Latinoamérica y el mundo. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Un local comercial luce totalmente abarrotado de productos alimenticios, artículos del hogar y ropa. La naciente democracia con la llegada al poder de la presidenta Violeta Barrios de Chamorro trajo consigo una economía de libre mercado que logró satisfacer la necesidad que desde hace una década sufrían los nicaragüenses. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Una tienda comercial ofrece calzado, ropa y juguetes en la posguerra de una Nicaragua que resurgía en una crisis económica muy profunda pero que logró recuperarse y estabilizarse tras dos guerras civiles de final de los años 1970 y toda la década de 1980. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Consumidores de artículos electrodomésticos en una tienda de Managua a mediados de 1990, estos artículos desaparecieron por completo de los hogares nicaragüenses y fueron sustituidos por unos grandes cajones de madera que eran los famosos televisores Caribe que procedían de Cuba. También venían unos grandes y pesados radios de marca Siboney. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Enrique Zamora (d) actualmente presidente del grupo LAFISE durante la inauguración del BANCENTRO, uno de los bancos privados que nacieron a inicio de los noventa. Le acompaña Monseñor Eddy Montenegro y Eduardo Montealegre. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Una panorámica de la construcción de Plaza Inter que fue el primer centro comercial en el país. A la par se ve el inicio de la construcción de la Plaza Maya y del centro de convenciones. En este terreno funcionó el famoso teatro carpa Rubén Darío después del terremoto de 1972 donde desfilaron artistas internacionales de la época. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Las escaleras eléctricas de Plaza Inter fueron todo un suceso nacional e internacional porque el país no tenía este sistema desde el terremoto que destruyó la capital en 1972. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
El empresario nicaragüense Carlos Reynaldo Lacayo del grupo CALSA durante la inauguración del edificio Bellsouth que fue la primera empresa de telefonía celular, luego albergó a otras compañías telefónicas. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Fachada del hotel Holiday Inn sobre la pista Juan Pablo II, en la imagen se observa casi finalizado el edificio, ultimando detalles de la construcción. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Construcción del hotel Princess ubicado en carretera a Masaya. A mediados de los años noventa hubo un desarrollo en la construcción de edificios que en su mayoría eran para hoteles de franquicias internacionales. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Construcción del Hotel Intercontinental Metrocentro y a la par del centro comercial del mismo nombre. En este auge de la construcción se edificaron cuatro edificios para los hoteles Seminole, Princess y Holiday Inn. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
El hotel Intercontinental Metrocentro casi terminado en su totalidad y dando los últimos detalles en los interiores. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Ampliación y construcción del centro comercial Metrocentro que antes era un pequeño centro de una sola planta, convirtiéndolo en un edificio amplio y de tres plantas, ajustándose a una modernidad en la construcción. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
Fred DeLuca cofundador de la cadena de comida rápida Subway en una fotografía del 7 de enero de 1999 en Managua cuando inauguró el primer establecimiento de ese restaurante en el país. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.
FOTO16: Los nuevos centros comerciales también trajeron nuevas y modernas salas de cine. En esta imagen del 23 de diciembre de 1998 con la inauguración de Plaza Inter se inauguró ese día los Cinemas Inter. Foto por: Archivo personal de Óscar Navarrete.

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