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En la hemeroteca de LA PRENSA, los periódicos estaban empastados por mes y guardados en anaqueles. LA PRENSA/ CORTESÍA

Un espacio sagrado llamado “La hemeroteca de LA PRENSA”

Hace dos años, el régimen Ortega Murillo se tomó las instalaciones del diario más antiguo del país y con ello destrozó 96 años de historia del país recogidos en la hemeroteca del diario

Hoy 13 de agosto se cumplen dos años de la toma arbitraria de La Prensa, que inició el proceso de robo de los edificios, maquinaria y equipos. Para no abandonar en el olvido esta fecha aciaga, La Prensa ha puesto en acceso libre este reportaje. Apoyá nuestro periodismo. Suscribite aquí

Desde que LA PRENSA se publicó por primera vez, el 2 de marzo de 1926, se empezó a formar la hemeroteca del periódico, un espacio en el que se fue almacenando cada edición impresa hasta completar una colección de diarios que daban fe de la vida del país durante 96 años de historia.

En cada uno de los tres edificios en los que se hospedó el periódico, había un espacio sagrado para conservar los ejemplares que se iban editando y en el último, que fue confiscado por el actual régimen Ortega Murillo hace dos años, el 13 de agosto de 2021, la hemeroteca se encontraba al fondo del mismo.

Ahí estaba esa primera edición del 2 de marzo de 1926. Hasta la última, que circuló ese fatídico día en que los policías del régimen llegaron, desarmaron a los vigilantes, cerraron los portones, secuestraron a los trabajadores y quedaron en posesión del edificio. El régimen se robó el inmueble con todo lo que había dentro, incluida la preciada hemeroteca.

En esa hemeroteca, los dueños del periódico, la familia Chamorro Cardenal, no solo tenían archivados cada edición de LA PRENSA, sino que también se ocuparon de resguardar otros diarios, algunos de los cuales circularon hace mucho tiempo, a finales de los años 1800, como los publicados en la primera etapa del diario El Nicaragüense.

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Otros fueron publicados a inicios de los años 1900, como el diario El Comercio. Y había otros que databan de fechas más recientes, como las colecciones de los diarios Novedades, propiedad de la familia Somoza y Barricada, creado por los sandinistas cuando derrocaron a Anastasio Somoza Debayle, en 1979, y que circuló hasta 1995.

La primera portada del Diario LA PRENSA, del 2 de marzo de 1926. LA PRENSA/ ARCHIVO/ ÓSCAR NAVARRETE

Dicen que los periódicos mueren desde el momento en que salen a la calle y la gente los lee, pero en la hemeroteca de LA PRENSA los periódicos más viejos cobraban vida con cada persona que los llegaba a consultar.

La hemeroteca de LA PRENSA tiene un valor incalculable. Cuando los periódicos fueron publicados, valían centavos de córdobas. Hoy, por el contenido histórico que tienen, su precio se ha multiplicado a valores indefinibles.

Sin embargo, los dueños del periódico desconocen qué ha pasado con todo ese material. Se presume que Rosario Murillo, la consorte del dictador Daniel Ortega, pudo haber tomado para sí todas esas joyas históricas, pues ya lo ha hecho con otros materiales de esa misma índole, como los que había en los museos de la casa paterna de Sandino en Niquinohomo, Masaya, y en la casa que fue de su esposa Blanca Araúz, en San Rafael del Norte, Jinotega.

Cuidados extremos

En la hemeroteca de LA PRENSA no solo había periódicos, sino también otros documentos preciosos sobre la historia del país, como revistas, fotografías y libros. Todo ese material necesitaba de un cuido especial y esmerado.

La familia Chamorro Cardenal tuvo el cuidado de no solo almacenar las ediciones de su periódico sino también otros, además de los ya mencionados, como La Flecha, La Noticia (la que existió en los años 40 y también la que circuló en los años 90), La Tribuna, El Nuevo Diario, La Crónica y El Semanario. Se conservaban ahí casi todos los periódicos que existieron en el país, explica un funcionario del periódico que pide el anonimato.

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Había revistas como Nicarahuac, El Pez y la Serpiente, la Revista Conservadora, de la cual se guardaban todas sus ediciones, y que después se llamó Revista del Pensamiento Centroamericano. Todo estaba debidamente encuadernado.

Estaban además la colección Somoza, que eran tomos de historia, así como todos los libros que había editado Carlos Molina Argüello, historiador nicaragüense que vivió por muchos años en España y laboró en el Archivo de Indias. De sus obras se conservaba un libro famoso en años anteriores que se llama El gobernador de Nicaragua en el siglo XVI.

Se encontraba también toda la colección de los libros del Banic, que eran de historia, así como libros de los cronistas de Indias y de don Enrique Guzmán. Todos muy importantes, refiere el funcionario del periódico.

Algunos de los periódicos más antiguos que se conservaban en la hemeroteca de LA PRENSA. LA PRENSA/ CORTESÍA

Además, se coleccionaba La Prensa Literaria Centroamericana, que salía mensualmente, que era de todos los escritores y poetas de todo Centroamérica, material importante de consulta, así como La Prensa Literaria que publicaba LA PRENSA periódicamente.

Igualmente, estaba completa la colección de la revista Magazine que desde 2004 publica LA PRENSA, dedicada a la historia del país, pero también a contar historias interesantes en la vida de los nicaragüenses. Sin duda, con un valor histórico también invaluable.

Otros documentos históricos de gran valor en la hemeroteca de LA PRENSA son una colección de diarios oficiales La Gaceta, imágenes que los fotógrafos del periódico han tomado desde los años setenta del siglo pasado, y otras colecciones de fotografías.

Los directivos del Diario comentan que don Jaime Chamorro Cardenal, fallecido en julio de 2021, adquirió unos microfilmes de las ediciones de LA PRENSA entre 1956 y 1986, así como un álbum como de 300 fotografías de la familia Somoza, tanto de eventos íntimos como públicos, además de que ahí está otra colección de imágenes de la familia Chamorro, los dueños del periódico.

Los trabajadores de LA PRENSA que laboraban en la hemeroteca llegaban cada día muy temprano para garantizar que todo ese material se mantuviera en un ambiente adecuado y regulaban el aire acondicionado y la iluminación.

Los periódicos están hechos de pulpa de madera y tienen grandes niveles de acidez. Expuestos al aire o la luz, suelen quebrarse fácilmente. Para preservar bien un periódico y evitar que se rompa, hay una serie de medidas mínimas que deben tomarse.

Había un espacio para almacenar los periódicos con luces apagadas, porque la luz dañaba el periódico antiguo. El cuido especial consistía en una iluminación ideal, un ambiente climatizado, y la revisión constante para que los diarios no se llenaran de polillas.

Esa zona de resguardo debe estar limpia, seca y debe ser un lugar fresco y oscuro. Además, los periódicos deben ser protegidos de roedores, hongos y polilla. No deben estar expuestos a una manipulación inadecuada, especialmente aquellos que tienen más tiempo de haber sido impresos.

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Si encontraban que un periódico estaba con polillas, inmediatamente se le apartaba y se le fumigaba. No había polillas en la hemeroteca, no se permitía. Los periódicos se deterioraban por el por el uso, el tiempo o por el mal manejo de los usuarios, pero no por polilla.

Darle mantenimiento a los periódicos, especialmente a los más viejos, era esencial y para ello se compraban cintas adhesivas especiales para restaurar las páginas de los periódicos que se estaban despegando o rompiendo. Un día a la semana lo ocupaban para restaurar los periódicos.

Algunos de esos empleados de LA PRENSA aprendieron a restaurar periódicos antiguos cuando una agencia española llegó al Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA), en la UCA, a brindar capacitaciones, para que restauraran los periódicos de manera profesional. La cinta adhesiva especial no arruina los periódicos, como si lo hace la normal.

Digitalización

Un recurso muy importante que quedó en manos de la dictadura, cuando confiscaron el edificio de LA PRENSA, es un programa que se llama Tark, en el cual está digitalizado casi todo el periódico, desde las primeras ediciones de 1926 hasta las últimas de 2021.

Como parte de su modernización, el periódico adquirió ese programa en el que están archivadas o indexadas todas las noticias publicadas en el diario según el título, el periodista que las escribió, el tema, se elaboraban descriptores de las diferentes notas y también se encuentran las fotografías publicadas, así como los PDF de los periódicos publicados en los últimos años.

Llegó una persona a Nicaragua, desde Costa Rica, de nombre Rita, especialmente a capacitar a los trabajadores del diario para el buen manejo de ese programa Tark.

Exposición de portadas de LA PRENSA en el noventa aniversario del periódico. LA PRENSA/ ARCHIVO

LA PRENSA no logró hacer una digitalización en imagen de todas sus ediciones, un proceso muy costoso económicamente, pero sí se pudo almacenar en Tark los textos y las fotografías.

El funcionario del periódico indicó que en el terremoto de 1931 se perdieron muchos ejemplares de los años 20, principalmente de los años 1928 y 1929. Por ese motivo, la colección de LA PRENSA nunca estuvo completa al ciento por ciento, porque en esos años tampoco había personas adecuadas para cuidar las ediciones. Sin embargo, se conservaban la mayor parte de las publicaciones del periódico. La primera edición de 1926, la del 2 de marzo, se salvó de ser destruida durante ese terremoto.

Más que una hemeroteca

El trabajo que se realizaba en la hemeroteca de LA PRENSA no se limitaba a almacenar periódicos y otros archivos, sino que ahí se producía material histórico importante.

Un funcionario del diario explicó que ahí se producían libros con toda la información almacenada en la hemeroteca. Por ejemplo, se elaboraban memorias en los aniversarios del periódico que recogían los principales eventos ocurridos en el país.

Portadas de algunos de los libros publicados por LA PRENSA con información existente en la hemeroteca. LA PRENSA/ ARTE/ LUIS GONZÁLEZ

Así, se elaboraron libros que incluyeron obras de Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, el director de LA PRENSA que fue asesinado en enero de 1978, crimen que se considera detonante para que cayera la dictadura somocista, y quien por muchos años tuvo como su secretaria a la hoy dictadora Rosario Murillo.

El último libro que se publicó fue 90 protagonistas de la historia de Nicaragua, para el 90 aniversario del Diario LA PRENSA.

Un cierre perjudicial

Ese 13 de agosto de 2021, hace dos años, cuando el régimen Ortega Murillo se tomó LA PRENSA de manera ilegal, la historia del país sufrió un gran daño, pues la hemeroteca del periódico, recipiente de grandes tesoros históricos del país, quedó secuestrada y desde entonces se desconoce qué pasó con todo lo que había dentro.

A la hemeroteca llegaban estudiantes tantos de secundario como universitarios, a curiosear entre los anaqueles con todas las ediciones impresas de LA PRENSA.

También llegaban historiadores importantes como Mario Alfaro Alvarado, Jorge Eduardo Arellano, Nicolás Bolaños Geyer, Francisco Arellano Oviedo, Roberto Sánchez Ramírez, Pablo Antonio Cuadra y hasta el dueño del periódico, Jaime Chamorro Cardenal. “Muchísimos investigadores llegaban, incluidos periodistas”, explicó un trabajador del periódico.

La hemeroteca de LA PRENSA era visitada hasta por historiadores extranjeros, especialmente franceses, aseveró uno de los directivos del periódico, quien explicó que, entre los historiadores, la fuente primaria para sus investigaciones “son los periódicos, valor histórico”, manifestó.

A los periódicos se les fumigaba periódicamente para evitar la polilla. LA PRENSA/ CORTESÍA

En un editorial, LA PRENSA indicó: “En la escritura de la buena historia, como en la del buen periodismo, la verdad debe buscarse, revelarse y decirse por encima de todo. Pero no siempre es así. La historia también puede ser manipulada. A veces se distorsiona para favorecer determinados intereses, para poner a los villanos como héroes, y al revés. De allí que se diga que en general la historia la escriben los vencedores, en detrimento de los vencidos. Sin embargo, si se conservan las fuentes primarias como son los periódicos, y se acude a las hemerotecas, se puede desenmascarar a los falsificadores y hacer que resplandezca la verdad histórica”.

Otras colecciones

Afortunadamente, todavía hay espacios donde se puede consultar las antiguas ediciones de LA PRENSA, aunque con muchas limitaciones.

Uno de esos lugares es la biblioteca del Congreso de los Estados Unidos, donde existe una colección de LA PRENSA.

En Nicaragua, se pueden consultar las ediciones de LA PRENSA en la Hemeroteca Nacional, en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) de la UCA, aunque esta última está bajo ataque del régimen, y en la biblioteca del Banco Central de Nicaragua (BCN).

Los inconveniente son que en la biblioteca del Banco Central el horario es muy limitado y en la Hemeroteca Nacional hay mucha burocracia, pues el acceso es muy restringido e inclusive hay que redactar cartas de solicitud.

A continuación, algunas portadas de LA PRENSA:

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COMENTARIOS

  1. Hace 9 meses

    Ojalá que la UCA si haya digitalizado todas las ediciones.

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