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Marcos Medina, periodista desterrado por la dictadura de Daniel Ortega. ARCHIVO

Marcos Medina: “La entrevista a Dante Mossi fue la gota que derramó el vaso”

El periodista desterrado relata cómo se descompuso su situación laboral y sus nuevos planes en otro país. “Si me toca hacer de limpieza en un medio de comunicación, por ahí voy a empezar”, dice.

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El pasado 24 de julio se suponía que Marcos Medina regresaría a Nicaragua con su familia después un viaje por asuntos médicos, pero no fue así. Ese mismo día, en Miami, cuando se disponía a abordar el vuelo de regreso a Managua, la aerolínea le informó que el régimen de Daniel Ortega le había negado la entrada a su propio país.

Desde entonces se encuentra desterrado en Estados Unidos, tratando de reinventarse y definir qué va a hacer con su vida. De lo único que está seguro en este momento, dice, es que quiere continuar haciendo periodismo. “Aunque sea de limpieza en algún medio de comunicación, pero una vez dentro voy a demostrar las capacidades que tengo”, menciona.

Marcos Medina tiene 29 años y los últimos 10 los ha dedicado a la profesión que estudió en la universidad American College. Ha trabajado para Canal 12, Radio Corporación, LA PRENSA, y fundó la plataforma informativa Fuentes Confiables desde donde él mismo confirmó que había sido desterrado de Nicaragua.

En esta entrevista nos habla sobre sus planes a futuro y sobre lo difícil que fue hacer periodismo en Nicaragua en los últimos meses. También las razones por las que renunció a Canal 12, del cual dijo que había un cambio en su línea editorial por presiones del régimen de Daniel Ortega. En ese canal, Medina empezó desde abajo en el periodismo y ahora está dispuesto a hacerlo nuevamente desde su exilio forzado.

Marcos Medina ha trabajado en Canal 12, Radio Corporación y LA PRENSA. ARCHIVO

¿Cómo se encuentra usted y su familia a pesar del destierro?

Estamos bien. Estamos aceptando esta situación como una nueva etapa de nuestras vidas y replanteándonos también todo nuestro futuro y nuestra nueva vida acá en el destierro.

Cuando salió de Nicaragua, ¿previó que el régimen no lo dejara regresar?

Yo salí en un viaje por asuntos médicos de la familia que ya habíamos aplazado dos veces y que ya no daba para seguir atrasando más. Entonces salimos para atender esos asuntos familiares y se pensaba que no iba a pasar nada, particularmente con mi familia. Lo que no nosotros no previmos es que el régimen se fuera contra mi esposa y mi hija.

¿Nunca pensó salir de Nicaragua por seguridad?

Muchas organizaciones me lo propusieron e incluso mi familia, pero yo siempre me apegué a mis principios profesionales, al amor a mi trabajo en Nicaragua y no había decidido salir del país, exiliarme ni nada por el estilo.

¿Había recibido amenazas?

Sí, desde 2018. Eso incluye la amenaza que me hizo Wilfredo Navarro que me retó a los golpes. Tuve patrullas en mi casa, tuve a los CPC que andaban preguntando por mí con una foto mía a los vecinos, tuve amenazas por parte de propagandistas políticos del régimen. Desde el 2021 yo no podía volver al barrio donde nací por esta situación de amenazas y tuve varias amenazas por correo electrónico incluso.

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¿Cómo vivió aquel episodio con Wilfredo Navarro en 2019?

Me sorprendió porque la verdad yo nunca lo busqué a él como fuente. Yo buscaba a la asesora de salud que era Sonia Castro y justo le consultaba sobre las denuncias de que en el hospital de Masaya no se estaba brindando consulta a los opositores. En eso me interrumpe Wilfredo y comienza como a intentar provocarme, me amenaza y todo. En otro momento, quizás yo lo habría enfrentado a él, pero yo entendía que, si yo hacía eso, al día siguiente yo podía estar detenido o sufrir alguna represalia, entonces yo mejor decidí junto a mi camarógrafo en ese momento que mejor nos retiráramos.

¿Se encontró con Navarro en algún momento posterior a ese hecho?

No, nunca. Se nos prohibió la entrada a la Asamblea Nacional y no me lo volví a encontrar. La verdad es que nunca fue mi fuente Wilfredo Navarro. Sí había otros colegas del canal que lo entrevistaban, pero a partir de que hizo eso en mi contra se decidió por solidaridad no volverlo a entrevistar.

¿Desde hace cuánto se dedica al periodismo?

Yo inicié chavalo. Tengo ya más de 10 años haciendo periodismo.

¿Cómo fueron sus inicios?

Fue bastante duro. A mí la universidad me mandó a Canal 8 a hacer pasantías y en ese entonces estaba empezando a ser administrado por Juan Carlos Ortega y yo siempre tuve una postura crítica hacia el poder, entonces me sacaron rápido del canal. Cumplí mi periodo de pasantías y no me contrataron. Luego fui a pedir una oportunidad en Canal 12, todavía estaba viva doña Nanda Valle que era directora de prensa y estuve haciendo pasantías ahí por seis meses y después me contratan para hacer los generadores de caracteres. De ahí, le pedí la oportunidad a doña Nanda de hacer notas, reportajes semanales y poco a poco me fue dando la oportunidad hasta que me cambian de plaza y me dejan como periodista.

Luego me fui a LA PRENSA y ahí estuve cuatro años y me fui a Radio Corporación como administrador de redes sociales y después me dieron el puesto de director de noticias. En paralelo, regresé a trabajar a Canal 12 como periodista y escalé hasta ser jefe de prensa. En 2021 fundé la plataforma Fuentes Confiables para hacer un periodismo más de profundidad.

Marcos Medina en sus primeros años en el periodismo. ARCHIVO

¿Cómo se hacía periodismo en Nicaragua en el último año donde la censura se ha recrudecido?

Fue un desafío. Si uno quería hacer periodismo, uno tenía que estar consciente de las consecuencias que eso traía, y eso incluía el tema de los ciberdelitos o de las noticias falsas. A eso se suma el hecho de que no había fuentes. Cuando el régimen empezó a cerrar a las organizaciones y encarcelar a opositores, en Nicaragua prácticamente nos quedamos sin fuentes. No encontrábamos a quién consultar. No había sociólogos, no había analistas, no había nada y lo que hacíamos era estar pegados a las pocas fuentes que todavía eran públicas como el Cardenal Brenes, o defensores de los consumidores, o la misma gente que decía lo que pasaba en sus localidades.

Cuando salió de Canal 12, dijo que era por un cambio en la línea editorial del medio, ¿cómo fue ese cambio?

Fueron días bastante tensos. Yo no podía dormir de tanta presión que tenía sobre mí porque por un lado tenías a la gente que confía en vos o que esperaba que al menos denunciaras situaciones de arbitrariedad, y por otro lado, tenías a los dueños del canal diciéndote que no podías sacar nada de violaciones a los derechos humanos, nada de la Organización de Estados Americanos, nada que no fuera la política del gobierno. Yo dije que iba a seguir hasta donde pudiera, pero llegó un momento en que ya no podía, aunque yo luchara por sostener un periodismo objetivo en Canal 12, los dueños no me permitieron continuar haciéndolo así, si no que se plegaron a una sola versión.

¿Cuál fue la gota que derramó el vaso y que provocó su renuncia?

La entrevista que le hice a Dante Mossi, el presidente del BCIE. Yo le había hecho una entrevista como de 15 o 16 minutos, pregrabada, luego se trabajó e iba a salir casi íntegra. Ese era el compromiso que habíamos adquirido con el BCIE, pero cuando la ven los dueños del canal comienzan a decir que las violaciones a los derechos humanos no, que esa temática no iba, que no se iba a sacar, y yo dije: “hasta aquí llego”.

Si el BCIE aceptó responder las preguntas que se enviaron con anterioridad y que incluía el tema de derechos humanos, no veía el porqué censurarlo, si era su versión y era una versión oficial. Yo recuerdo que esa vez se me subió la presión y hasta se me inflamó la cara del estrés. Esa fue la gota que derramó el vaso y al día siguiente decidí salir del canal.

Ahora desde el exilio, ¿no puede seguir en la radio desde allá?

No, Radio Corporación decidió cesar mi contrato y no me permitieron continuar trabajando desde aquí. Incluso, ni me pagaron mi última quincena.

¿Qué se viene para Marcos Medina en este exilio forzado?

Yo voy a continuar haciendo periodismo desde donde estoy. Pienso profesionalizarme aquí con algún curso, alguna especialidad. Voy a tocar puertas con organizaciones para conseguir alguna beca y si toca empezar nuevamente desde abajo en algún medio de comunicación aquí, pues lo voy a hacer, aunque sea de limpieza en algún medio de comunicación, pero una vez dentro voy a demostrar las capacidades que tengo y mis habilidades también en el ámbito de la comunicación.

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