La gente admira a Shohei Ohtani porque ciertamente es admirable. Hace tantas cosas y las hace tan bien que eso lo sitúa en una dimensión muy singular, muy distante de las grandes figuras del juego que impactan increíblemente, pero solo lo hacen en un ámbito del beisbol. Lo que él está haciendo y casi rutinariamente es increíble.
El viernes lanzó una blanqueada ante los Tigres de Detroit en el primero de un doble juego y luego disparó dos jonrones en el segundo desafío para mostrar en toda su magnitud todo lo que es capaz de hacer, junto con lo cual solo se puede comparar con Babe Ruth. Las demás estrellas se quedan en desventaja al ser contrastadas.
“Vladimir Guerrero tuvo un gran año (con .311. 48 jonrones y 111 impulsadas en 2021), pero todavía no lo he visto lanzar”, dijo Mike Trout, de los Angelinos, tratando de situar todo en la dimensión correcta. Era justo cuando se debatía quién debía ganar el título de Más Valioso, que naturalmente fue a la cuenta del japonés.
En esta temporada, Ohtani va rumbo a otro año de Más Valioso con .301, 39 jonrones y 81 empujadas antes de los juegos del sábado, mientras ostenta 9-5 y 3.43 con 156 ponches en 120.2 innings como lanzador. Por donde se vea, es impresionante lo que hace. Y todo en un mismo jugador que además parece una magnífica persona.
¿Y si les digo que Pedro Ramos, guardando la distancia, hizo justo lo que realizó Ohtani el jueves? El cubano, que tiene años de residir en nuestro país, se lució el 30 de mayo de 1962 desde la colina de Cleveland contra los Orioles en Baltimore. Les lanzó una blanqueada y les pegó dos jonrones en el mismo partido, no en dos.
En aquella ocasión, Ramos subió a la colina del Memorial Stadium y derrotó a los Orioles 7-0. Lanzó los nueve innings de tres hits, con dos bases y un ponche contra una alineación que era encabezada por Brooks Robinson, Jim Gentile, Jackie Brandt y Ronnie Hansen, el mismo que jugó en la Profesional nica, entre otros.
Y como bateador, Ramos disparó jonrón en el tercer episodio con las bases limpias para dar ventaja a su equipo 1-0. Su compañero Al Luplow se llevó la cerca también y amplió a 3-0 en el mismo inning, pero el cubano volvió a tronar, ahora con las bases llenas en el sexto y selló el definitivo 7-0 con que se llevó la victoria.
Fue curioso, pero en el sexto, los Orioles le dieron base a Ken Aspromonte, el octavo, para lanzarle a Ramos, el pitcher, pero el antillano, quien disparó 15 jonrones en su carrera en las Grandes Ligas, respondió con un bombazo a las tribunas para cerrar con una lechada, dos jonrones y cinco empujadas en un mismo juego.
Los dos jonrones de Ramos fueron contra el californiano Chuck Estrada, quien cargó con la derrota. Ramos terminó su carrera con 117-160 con 545 salvados y 4.08 en 2,355.2 innings, la mayoría de ellos lanzados con equipos muy discretos y hasta de último lugar como los Senadores de Washington, Minnesota, Cleveland y Pittsburgh.
Esta hazaña: blanqueada y dos jonrones el mismo día sólo ha sido hecha por Rick Wise en 1971, Sonny Siebert ese mismo año, Pedro Ramos en 1962, Milt Papas en 1961 y ahora un señor que se llama Shohei Ohtani y que parece decidido a reescribir todas las páginas en la historia del beisbol porque hace de todo y lo hace bien.