Cuando la súper rotación de abridores que tenían los Astros con Gerrit Cole, Zack Greinke y Justin Verlander comenzó a desgranarse, Framber Valdez emergió y asumió el liderazgo. Armado de una impresionante habilidad para hacer girar la bola en distintas direcciones, el zurdo de Palenque, República Dominicana, se volvió el “as”.
Su punto culminante lo consiguió el año pasado cuando alcanzó un registro de 17-6 y 2.82 en 201.1 innings con 194 ponches, mientras imponía una marca para las Grandes Ligas de 25 aperturas de calidad consecutivas y mejor aún, conseguía balance de 4-0 y 1.61 en la postemporada, llevando a los Astros a ganar la Serie Mundial.
Este año la fortuna no ha estado tan cercana a este zurdo de 29 años, de cabellera extendida, palabra fácil y conocido por sus compañeros como “La Grasa”. Su balance no impresiona, pero sus cifras adyacentes que son sólidas. Tiene 7-6, pero con 2.76 en 117.2 innings con 129 ponches y 1.07 de whip. De sus 18 aperturas, 14 son de calidad.
“A veces las cosas no salen como tu quisieras, pero se trata de seguir trabajando duro para ver si cambian en la siguiente salida”, señala sin molestia el carabinero en el clubhouse de los Astros. Valdez viene de quedar sin decisión ante los Angelinos a pesar de propinar 13 ponches en 6.1 innings, en un partido de agitada ofensiva.
Firmado por los Astros a sus 21 años por 10 mil dólares en 2015, Valdez creció rápido por la Ligas Menores y debutó en las Grandes Ligas en 2018. Y desde su inicio se ha elogiado su habilidad para lanzar, para mezclar disparos y alterar velocidades, pero este año su recta ha llegado a 98 millas y su dominio se ha acentuado.
“El pitcheo no es solo tirar duro, sino hacerlo con sabiduría. Por eso es fundamental estar enfocado en tu trabajo, tratando siempre de desajustar a tu rival y dominarlo. A través de mi carrera mi arma ha sido mi curva, pero con el tiempo he agregado más pitcheos y mi sinker, slider y cutter han sido muy útiles”, explica el carabinero.
Sin embargo, uno de los rasgos más visibles ahora en el arsenal de Valdez es su velocidad. Antes de 2023 su recta promediaba 95.5 millas, pero en lo que va de este año muestra 97.7 y con disparos que han superado la barrera de las 98 millas con frecuencia. Así que a la gran habilidad que tiene, le ha añadido fortaleza.
“El gimnasio ayuda y todo el trabajo que hacés para ponerte más fuerte. La velocidad es una consecuencia de ese trabajo, pero como dije antes, lo esencial es saber usar esa fuerza para dominar. De nada sirve tirar duro si no puedes controlar esos pitcheos. Entonces, la clave para salir adelante es tener comando”, explica.
A Valdez, como al resto de abridores de los Astros los ha afectado la falta de productividad de un equipo que ha perdido a varios de sus principales artilleros como Yordan Álvarez y José Altuve, ausentes por lesiones, pero el zurdo sigue subiendo a la colina con la esperanza de hacer su mejor trabajo posible y buscar la victoria.
“Eso es lo que nos queda, trabajar duro y subir al box con el deseo de ganar. Aquí nosotros esperamos regresar con más fuerza en la segunda mitad de la temporada, ojalá estemos completos y saludables para poder competir y ganar”, señala Valdez, quien está en su segundo año de arbitraje y podrá ser agente libre hasta 2025.
Cuando se le firmó a sus 21 años, una edad en la que usualmente están descartados los jóvenes en su país, Valdez se propuso trabajar duro para aprovechar la oportunidad y en una muestra de agradecimiento hizo una donación de aproximadamente 100 mil dólares para la construcción de una iglesia en su ciudad natal en Dominicana.
Sin estridencias, Valdez se ha convertido en uno de los mejores lanzadores de la Liga Americana. Su nombre está entre los tres más efectivos y aparece en la mayoría de las categorías de las principales categorías del pitcheo como innings lanzados, whip, porcentaje de ponches y mejor balance de bases por “abanicados”.
Solo necesita más respaldo ofensivo.