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Zetes y Calais, los hijos gemelos del viento boreal

Zetes y Calais eran hijos gemelos de Bóreas, el dios del viento boreal, y de Oritía, hija de Erecteo, legendario rey de Atenas.

 Los gemelos heredaron de su madre una gran hermosura y de su padre una furia incontenible, y un par de alas cada uno, que les nacieron cuando llegaron a la pubertad.

 Zetes se destacaba por la gran velocidad con la que corría por la cual ganaba fácilmente las competencias. La más famosa fue la de los juegos fúnebres que se hicieron en honor del rey de Yolco, Pelias, quien había sido un semidiós por ser hijo de Poseidón.

Los gemelos Zetes y Calais tenían una hermana llamada Cleopatra, quien se casó con Fineo, rey de Tracia y le dio varios hijos. Pero el veleidoso Fineo se aburrió de Cleopatra, la repudió y tomó por esposa a una princesa escita llamada Idea.

Como suele suceder desde aquellos antiguos tiempos, Idea no quería a los hijos de Fineo con Cleopatra y los acusó ante su marido de que habían querido ultrajarla sexualmente. Creyendo la pérfida mentira y enfurecido con sus hijos, Fineo ordenó que los encerraran en un foso y los azotaran continuamente. Y a Cleopatra, su anterior esposa repudiada, la mandó a encerrar en un calabozo.

 Los gemelos Zetes y Calais liberaron a sus sobrinos del suplicio al que los había condenado su propio padre. Después lucharon contra los tracios con la decisiva ayuda de Herakles (Hércules) quien mató a Fineo. Y así, Cleopatra fue liberada y ocupó el trono de Yolcos, mientras que Idea volvió a su patria, Escitia.

Zetes y Calais, lo mismo que los hijos de Fineo que fueron liberados por sus tíos gemelos,  participaron en la expedición de los argonautas, como se le llamó al grupo de héroes griegos que a bordo de la nave Argos fueron hasta la Cólquide, donde ahora es el Cáucaso, en busca del mechón de oro del carnero mágico Crisómalo.

  Cuando los argonautas se detuvieron en una isla deshabitada para descansar y aprovisionarse, enviaron a Hilas, hijo de Tiodamante quien era el rey del pueblo de los dríopes, para que fuera a buscar agua potable. Pero Hilas no regresó.

Los argonautas lo buscaron durante toda la noche, y al día siguiente, pero no lo encontraron porque había sido seducido por unas hermosas ninfas que lo tenían con ellas en una cueva del fondo de un lago.

Los argonautas abandonaron la búsqueda creyendo que alguna fiera habría devorado a su compañero. Menos Herakles, su mejor amigo, y Polifemo, otro argonauta que llevaba el mismo nombre del gigante cíclope que tenía un solo ojos y cuya historia es narrada por Homero en La Odisea.

 Al amanecer, Jasón que comandaba a los argonautas ordenó continuar el viaje, lo que significaba dejar a Herakles y Hilas abandonados en la isla. Zarpó la nave, pero cuando ya iba en altamar los argonautas discutieron fuertemente porque algunos no estuvieron de acuerdo en que sus dos compañeros fueran abandonados. En el motín algunos intentaron cambiar el rumbo de navegación del Argos, pero Zetes y Calais se encargaron de poner orden en la nave.

Herakles supo de esto, juró vengarse y algún tiempo después mató a los gemelos en la isla de Tenos, a donde había llegado milagrosamente y los argonautas se detuvieron allí para aprovisionarse de agua y alimentos.

Sin embargo, el mismo Herakles erigió allí un santuario fúnebre en memoria de Zete y Calais, los que fueron transformados en vientos porque eran hijos de Bóreas, el dios del viento del norte o boreal.

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