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La madre de uno de los jóvenes asesinados en las protestas durante la marcha del 30 de mayo de 2018. LA PRENSA/Óscar Navarrete

Galería: la masacre del 30 de mayo en fotos

Dos fotógrafos de LA PRENSA captaron los momentos en que las fuerzas represivas de Daniel Ortega perpetraron la masacre en contra de “La madre de todas las marchas”. Te presentamos el relato de los dos fotógrafos y una selección de sus mejores imágenes de ese día.

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El 30 de mayo de 2018 Nicaragua celebraba el día de las madres y la principal demanda de los manifestantes de una marcha convocada para la dos de la tarde  marcha que hubiese justicia por los asesinados, que para entonces sumaban más de 60 personas, incluidos menores de edad.

La marcha inició casi a las 2:30 de la tarde y Antonio, el fotógrafo de LA PRENSA del cual omitimos su nombre por seguridad, relata que ese día había muchas más personas de lo habitual. “Era un mar de gente. Esa marcha no se sabía dónde comenzaba ni donde terminaba”, comenta.

Una buena parte de la marcha transcurrió sin grandes problemas, pero cuando ya estaba llegando por Metrocentro, a eso de las cuatro de la tarde, Antonio escuchó el primer disparo y en un momento vio a un montón de personas regresando y corriendo. “Yo me moví de la rotonda, hacia donde era CARUNA y después giré al lago buscando el estadio porque de ahí estaban saliendo los heridos. Ahí escuché como carga cerrada toda la balacera”, comenta.

Relata que un buen número de personas corrió por la calle universitaria con dirección al estadio para tratar de hacerle frente con piedras y morteros a los paramilitares y policías que tenían fusiles de alto calibre. Una parte de los policías salió por la calle que va hacia el Centro Cultural Norteamericano Nicaragüense (CCNN) y otra parte salió del residencial Villa Tiscapa, comenta.

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Vio cómo algunos heridos eran trasladados en motocicletas hacia el sector de la Universidad Centroamérica (UCA), así que comenzó a hacer fotos de las víctimas, siguió avanzando un poco más y escuchó a los manifestantes decir que había un francotirador en el estadio de beisbol. Él tomó una foto al Estadio y luego, la analizó con detenimiento y encontró un bulto que se asemeja a una persona con un fusil.

Como las ráfagas se intensificaban, Antonio decidió irse a la UCA y mientras avanzaba, no dejaba de hacer fotos. Entró al recinto de la universidad cerca de las seis de la tarde y caminó hacia la parte de atrás para que un conductor de LA PRENSA lo pasara recogiendo. Cuando llegó a su casa por la noche abrazó a su esposa y sus hijos y antes de dormir, dio gracias a Dios por seguir con vida.

Las vacaciones de Óscar

Ese día, Óscar Navarrete estaba de vacaciones, pero sentía que tenía que ir a aquella marcha y hacer algunas fotos. Su madre, cuando lo vio alistándose para ir a la actividad, lo regañó.

— ¡Qué barbaridad Óscar! Hoy es el día de las madres. Deberías estar conmigo. Es peligroso que vayas – le dijo

— No mama, no me va a pasar nada. No se preocupe

Tomó un taxi desde su casa y se integró a la marcha en la rotonda Centroamérica a eso de las una de la tarde. Lo primero que vio Óscar fueron los rostros de las madres que habían perdido a sus hijos en las protestas. “Las madres eran el centro de la marcha prácticamente. Era doloroso ver las lágrimas en sus rostros”, comenta.

Óscar no pensó que esa marcha sería atacada, sobre todo por ser día de las madres, pero escuchó una ráfaga que confundió con morterazos de los manifestantes.

–¡Oí! Está alegre eso. Deberíamos de ir a asomarnos – le dijo a un amigo

–Ya no puedo, tengo que ir a dejar estas fotos.

Los morterazos que escuchaban eran en realidad las ráfagas que soltaban policías y paramilitares contra los manifestantes opositores y de las que su colega Antonio trataba de protegerse, mientras tomaba fotos.

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A los pocos minutos, Óscar se fue a su casa y se encontró con que su madre estaba preocupada escuchando la radio y siguiendo las noticias por la televisión. Hasta ese momento se dio cuenta de la masacre.

Él llevaba varias fotos de la marcha, y aunque estaba de vacaciones, las editó y las envió al periódico. Una de sus fotos fue utilizada como cubierta de la portada impresa de LA PRENSA del día siguiente con el titular: Orteguismo masacra en el día de la madre.

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