Los gobiernos de Canadá y Estados Unidos acordaron el viernes pasado cerrar la frontera común para frenar la migración irregular que empezaba a alcanzar números récord en suelo canadiense. El principal punto no autorizado que usaban los migrantes es la carretera rural Roxham Road, en Nueva York.
Un reportaje de la BBC Mundo indicó el pasado 20 de marzo —días antes de que el primer ministro Justin Trudeau y el presidente Joe Biden acordaron cerrar el paso— que cerca de 150 migrantes llegaban cada día hasta Roxham Road, con la intención de poner un pie en Canadá. “Muchos comenzaron su viaje en lugares tan lejanos como Brasil, y esta carretera en el estado de Nueva York es la recta final”, indicó el medio internacional.
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La medida ha sorprendido a cientos de migrantes que según reportes de medios canadienses se han encontrado en la frontera Roxham Road el rótulo en inglés y francés que dice: “Stop. No cruce. Es ilegal entrar en Canadá desde aquí. Será detenido y podrá ser devuelto a Estados Unidos
“.
Además de expulsar a quienes crucen de forma ilegal la frontera, Canadá acordó aceptar a 15 mil migrantes del hemisferio occidental a través de canales oficiales. La forma cómo funcionará el programa aún no se ha hecho pública.
Los cruces masivos se vieron reflejados en 2022, cuando cerca de 40 mil migrantes cruzaron para buscar asilo en Canadá. Y entre enero y febrero de 2021 el número alcanzó casi las 10 mil personas.
Los cruces implican que los migrantes primero lleguen a Estados Unidos, ya sea por vía legal o de forma irregular. Esta última es la que tomaron 217,091 nicaragüenses en 2022, cifra que representa las detenciones realizadas por la Patrulla Fronteriza estadounidense a nicas en todo el año pasado.
La situación de los nicaragüenses
La brutal represión estatal iniciada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en abril de 2018 empujó a miles de nicaragüenses a huir de su país en busca de seguridad. La mayoría encontró refugio en Costa Rica, otros se atrevieron a emprender la travesía centroamericana para alcanzar el “sueño americano” en Estados Unidos, y otros un poco más allá llegaron hasta Canadá.
El 2022 fue el año en que más nicas presentaron su solicitud de refugio en ese país: 411, un incremento de 369.9 por ciento respecto al 2021, cuando solo 90 connacionales presentaron su solicitud.
Los datos demuestran que las solicitudes de refugio han sido consecuencia de la crisis sociopolítica, económica y de derechos humanos en Nicaragua, ya que entre 2013 y 2017 Canadá no recibió ninguna solicitud de este tipo por parte de nicas.
Diez países con más solicitud de refugio
Entre 2017 y 2022 las principales personas que solicitan protección en Canadá provenían de 10 países:
1- Haití: 81,418:
2- Nigeria: 17,568
3- Colombia: 6,278
4- Turquía: 4,814
5- Pakistán: 3,123
6- República Democrática del Congo: 2,711
7- Angola: 1,945
8- Sudán: 1,929
9- Yemen; 1,444
10- Venezuela: 1,419
Eunice Valenzuela, especialista en refugiados en el Centro Multicultural Kitchener, en Ontario, Canadá, explicó a LA PRENSA que el hecho de que Nicaragua no aparezca en esa lista no significa que no sea un país donde exista la persecución.
De hecho Canadá conoce de cerca la situación de crisis sociopolítica que agobia a los nicaragüenses y ha sancionado a 35 funcionarios del régimen orteguista, entre ellos la cogobernadora Rosario Murillo y sus hijos Laureano y Camila. También el gobierno de Trudeau ha condenado la violación de los derechos humanos y demandado el restablecimiento de la democracia en el territorio nicaragüense.
Migración no se detendrá
La especialista en refugiados Valenzuela indicó que las nuevas reglas en lugar de detener la migración empujarán a las personas a pasar a la clandestinidad y asumir riesgos al intentar cruzar la frontera de Canadá, de casi 9 mil kilómetros.
“Estas medidas no van a parar que la gente busque un lugar seguro donde vivir, la gente va a buscar la forma para entrar y se van a exponer a más peligro y a gente inescrupulosa que les va a cobrar mucho dinero”, expresó Valenzuela.
Valenzuela reconoce que la decisión de cerrar la frontera se da en primera instancia como una manera de evitar el tráfico ilegal de personas y para parar la inmigración irregular de latinoamericanos. Sin embargo remarcó que “la gente sale de sus países tratando de salvar sus vidas, pero exponen sus vidas en las fronteras, porque no tienen otra opción”.