En fotografías mostradas por un detective del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) de Costa Rica hace dos semanas, el nicaragüense Genaro Antonio Vega Pérez, de 35 años, logró reconocer a los tres sujetos que hace más de 14 meses lo desmayaron a golpes y después le prendieron fuego.
“A la casa vino un oficial del OIJ y me mostró en su teléfono celular las fotos de los tres hombres que me prendieron fuego”, asegura el hombre originario de León Viejo, agregando que logró reconocer a sus verdugos.
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Los hombres que atacaron por la espada al connacional, quien también es conocido como Anthony de la Vega, igualmente son nicaragüenses y se esconden en este país centroamericano, según lo comunicado por el OIJ a la víctima.
El brutal ataque contra Vega ocurrió en Playa Potrero, Guanacaste.
Solo de cara
Sobre si antes había visto a sus verdugos o si había tendido alguna desavenencia con ellos, Genaro Vega respondió: “Solo los había visto en la calle”.
“A esos hombres solo lo había visto de pasada y nunca tuve ningún cruce de palabra con ellos, ni nada que se le parezca”, afirma Vega en declaraciones vía telefónica a LA PRENSA.
No encuentra trabajo
Anthony de la Vega hasta antes del atentado criminal trabajaba como salonero (mesero) en un restaurante en playa Potrero, un pueblo costero del norte de Costa Rica, pero ahora depende de la caridad de su familia y la solidaridad de amigos.
“Había conseguido un trabajo, pero al mes me dieron de baja porque me falta la pierna izquierda que los médicos me amputaron porque las quemaduras fueron muy profundas”, relata.
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La ilusión del nuevo empleo solo dejó frustración y gastos a Vega, quien invirtió sus ahorros en el traslado a la casa de una amiga que lo alojó para que el trabajo le quedara cerca, la provisión que compró para su alimentación y hasta una silla que adquirió para hacer su trabajo de cajero, subraya el entrevistado.
Policías como ángeles
Anthony de la Vega, quien todavía sufre las secuelas de la brutal agresión, recuerda que los hechos sucedieron pasadas las 11:00 de la noche del 21 de enero de 2022, cuando regresaba de su trabajo y fue atacado por los tres sujetos.
“Yo sentía que me estaba quemando”, recuerda el hombre a quien dos policías la madrugada del 22 de enero de 2022 encontraron en estado agónico y llamaron a la Cruz Roja para trasladarlo a un hospital, donde le hicieron varios injertos para reconstruirle el 85 % del cuerpo.
Para quemarlo, sus atacantes lo rociaron con gasolina.
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