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Un 8 de marzo en honor a las ucranianas y las nicaragüenses desnacionalizadas

El Día Internacional de la Mujer que se conmemora el 8 de marzo es una celebración mundial por su propia naturaleza y lo indica su denominación de origen. Pero al mismo tiempo es un homenaje a las mujeres de cada país, en nuestro caso las de Nicaragua.

La celebración del Día Internacional de la Mujer se originó por resolución de una conferencia mundial de mujeres socialistas, reunida en 1910 en Copenhague, Dinamarca. Tenía el doble propósito de honrar la memoria de unas mujeres trabajadoras de Estados Unidos que murieron en el incendio de una fábrica textil, en 1908, durante una huelga en demanda de la jornada laboral de 8 horas y un salario igual que el de los varones por el mismo trabajo, y la prohibición del trabajo infantil.

Después de muchos años de celebración no oficial del Día Internacional de la Mujer, en 1972 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó 1975 como Año Internacional de la Mujer. Y en 1977 instituyó el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer que ahora se celebra en la mayor parte de los países del mundo.

Siendo el Día Internacional de la Mujer una celebración global, las Naciones Unidas dispusieron para la de este año, 2023, el lema “Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género”. El propósito, dice la ONU, es apoyar a las activistas y organizaciones femeninas “que luchan por una tecnología y educación transformadoras para mujeres y niñas… para poner de relieve la importancia de proteger sus derechos en los espacios digitales y abordar la violencia de género en línea”.

Eso es acorde con el signo de los tiempos y la revolución tecnológica que está cambiando la vida en todo el mundo. Sin embargo, no significa que se deba omitir la situación de las mujeres en los demás campos de su vida y trabajo, de sus aspiraciones legítimas y su lucha por hacerlas realidad.

En este orden, nos parece que en la dimensión internacional se debe rendir homenaje a las mujeres ucranianas, que soportan el peso humano principal, el más sensible, de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania.

También merecen ser homenajeadas las mujeres rusas que luchan contra la guerra, en la cual sus padres, hermanos, esposos y otros familiares varones son llevados al matadero de la ofensiva y mueren por decenas de miles en el campo de batalla.

A pesar de la represión putinista muchas mujeres rusas luchan valerosamente contra la guerra. Más de cuarenta grupos de ellas  crearon el movimiento Resistencia Feminista contra la Guerra, una fuerza activa del pacifismo ruso que es blanco de la represión. Muchas mujeres rusas están en la cárcel por eso, otras han debido irse al exilio, pero tanto adentro como afuera ellas sostienen su justa lucha pacifista.

En el plano nacional, merecen un reconocimiento especial las mujeres exprisioneras políticas, que después de largo tiempo en la cárcel fueron desterradas y despojadas de su nacionalidad nicaragüense. Y lo mismo hay que decir de las otras 26 mujeres compatriotas, que sin haber sido presas políticas porque casi todas se fueron al exilio, también han sufrido el  despojo de su nacionalidad y la confiscación de sus bienes.

Todas ellas son acreedoras al cariño, el respeto y la solidaridad de los nicaragüenses bien nacidos, hombres y mujeres. Y deben ocupar hoy el lugar central en la conmemoración del Día Internacional (y nacional) de la Mujer.

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