Este 9 de febrero de 2023 ha de quedar inscrito en la historia de la cultura literaria universal por la incorporación de Mario Vargas Llosa a la Academia Francesa. Esta es la institución cultural que cultiva y protege la lengua francesa, una de las principales entre las que se ha escrito y se sigue escribiendo la mejor literatura del mundo.
La Academia Francesa fue fundada en el año 1635 por el cardenal Richelieu, durante el reinado de Luis XIII y ahora es la primera vez que incorpora como uno de sus miembros a alguien que no escribe en la lengua francesa. Sin embargo, el caso de Vargas Llosa no sienta un precedente, se dice en el acuerdo para su incorporación
De esta manera Vargas Llosa pasa a ser un “inmortal”, como se les llama a los miembros de la Academia Francesa desde su fundación porque en su sello fue inscrito el lema A la inmortalidad, pues según Richelieu la misión de sus miembros es “ser portadores de la lengua francesa, que es inmortal”.
Mario Vargas Llosa, ciudadano peruano por nacimiento y español por nacionalización, es el más conspicuo representante vivo de la literatura hispanoamericana. Pero el honor académico que le concede Francia impregna a toda América Latina y España. Como también a gran parte de Estados Unidos, donde el español es el segundo idioma que lo hablan unos 60 millones de personas.
Mario Vargas Llosa, quien obtuvo en 2010 el Premio Nobel de Literatura, desde su juventud se vinculó cultural y literariamente con Nicaragua. En 1958, cuando apenas tenía 22 años Vargas Llosa presentó su tesis de Bachillerato en Humanidades de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, titulada Bases para una interpretación de Rubén Darío, la cual fue publicada en 2001 por dicha Universidad en ocasión de otorgarle el Doctorado Honoris Causa.
Fue por ese mérito, y como justo reconocimiento a su gloria literaria hispanoamericana y universal, que en enero de 2006 Mario Vargas Llosa fue honrado por la República de Nicaragua con la Orden Nacional Rubén Darío en el grado de Gran Cruz. La cual le fue otorgada en una solemne ceremonia oficial por el entonces presidente democrático nicaragüense, Enrique Bolaños Geyer.
Vargas Llosa dijo en aquella memorable ocasión que en América Latina “hay una historia muy rica para los escritores, porque está llena de personajes fascinantes y a veces personajes horrendos, terribles, que son muy atractivos para un escritor”. Él conoce muy bien la historia de Nicaragua y por su genio intelectual podía advertir, en aquel entonces, lo que podría ocurrir no mucho tiempo después en el infortunado país cuna de Rubén Darío.
Mario Vargas Llosa cumplirá 87 años de edad el próximo 28 de marzo. Pero sigue admirablemente activo y con la mente fecunda para seguir produciendo excelente literatura, lo mismo que muy buenas ideas y propuestas de libertad.
En una América Latina que sufre una profunda crisis de valores, entre ellos y principalmente los democráticos, es causa de mucho orgullo y aliento que un escritor como Mario Vargas Llosa sea consagrado a la inmortalidad literaria universal, por una institución de tanto prestigio como es la Academia Francesa.