El dictador Daniel Ortega agradeció este lunes la cooperación de “países sancionadores”, pero a la vez mencionó que Canadá “tienen una gran rabieta” contra su gobierno y no aceptan ni invitaciones de cortesía, en alusión a que invitan a este país a eventos oficiales y este responde negativamente.
Aunque Ortega se ensañó contra Canadá, sí hizo un largo agradecimiento a los países cooperantes que critican su política dictatorial. Estados Unidos, Canadá y países de la Unión Europea cooperan con programas sociales, sin embargo, Ortega con frecuencia los ataca en sus discursos, asegurando que son agresores del país.
“Agradecemos indiscutiblemente la cooperación que brindan organismos internacionales, donde participan muchos países aportando y donde independientemente de las posiciones ideológicas que puedan existir, eso no hace barrera para que puedan aportar para la merienda escolar, que el Estado nicaragüense con sus propios recurso nos garantiza, pero siempre hace falta completar y agradecemos la cooperación que tenemos en diferentes ámbitos de países, de naciones que no teniendo sintonía con nuestra ideología, con nuestro pensamiento, con lo que es nuestra verdad histórica y siendo críticos y sancionadores de Nicaragua trascienden, porque saben, porque entienden, que la cooperación que puedan brindar directamente o indirectamente va en beneficio del pueblo y lo agradecemos, lo agradecemos, claro que lo agradecemos”, manifestó Ortega en la sesión Inaugural de una nueva Legislatura de la Asamblea Nacional, realizada este lunes en el centro de convenciones Olof Palme, en Managua.
Taiwán, país con el que Nicaragua rompió relaciones para establecerlas con China, es uno de los países que realizaba un aporte significativo para el programa de la merienda escolar, destinando 8 millones de dólares en la última década.
“La rabieta” de Canadá, según Ortega
“Nosotros invitamos al cuerpo diplomático, a los que nos respetan y a los que nos odian, pero hay unos que tienen tal rabieta que (dicen): -No vamos hasta que hagan lo que nosotros queremos-. (Eso) nos dijo por ejemplo el representante del Gobierno de Canadá”, manifestó Ortega.
En 2021, Canadá impuso sanciones individuales contra 15 funcionarios de alto rango del régimen de Daniel Ortega, incluyendo a su hija, Camila Antonia Ortega Murillo, en respuesta a las violaciones de derechos humanos que se cometen en Nicaragua desde 2018. Este grupo de sancionados se sumó a otras nueve sanciones impuestas por Canadá en 2019, entre las que resultó afectada la primera dama y vicepresidenta, Rosario Murillo.
Según la página oficial del Gobierno de Canadá, dada la actual situación política de Nicaragua, este país norteamericano no proporciona ayuda financiera bilateral al Gobierno de Nicaragua. Los proyectos son ejecutados a través de organizaciones no gubernamentales canadienses e internacionales, con experiencia y con la participación de entidades internacionales de la ONU. Pero aún así, Canadá aporta ayuda humanitaria para responder a catástrofes naturales (tales como huracanes) y a situaciones de inseguridad alimentaria y de hambre.
Como lo ha dicho en otras ocasiones, el dictador también dijo que Canadá se debería de ocupar de los “crímenes de niños indígenas” que han ocurrido en su país, lo que usa para contrarrestar la demanda de elecciones libres y justas que hace este país a Nicaragua.
Ortega insiste en el “intento de golpe de Estado” de 2018
En otra parte de su alocución, Ortega dijo que en 2018 la Policía y los policías voluntarios se enfrentaron al “intento de golpe de Estado”, y mencionó que el Ejército participó “resguardando los lugares estratégicos”.
También mencionó los casos de “golpes de estado” en Bolivia y Perú, y el reciente intento de golpe de estado en Brasil, repitiendo que los organismos de derechos humanos no se pronuncian sobre esos casos, porque esos países no son afines a Estados Unidos.
Por otra parte, el dictador recordó cuando el entonces ministro del gobierno de Violeta Barrios de Chamorro, Antonio Lacayo, le quiso entregar la Presidencia de Nicaragua, porque no podían superar las violentas asonadas de extrabajadores sandinistas, incitados por Ortega que se había visto obligado a bajar del poder, pero prometió “gobernar desde abajo”.
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Ortega dijo que no la aceptó, porque, según él, ellos respetaron el Gobierno de Barrios de Chamorro y no iba a dar un golpe de Estado, porque siempre apuestan al diálogo. No obstante, desde que Ortega perdió el poder en las votaciones de 1990, dirigió cruentas protestas que intentaban desestabilizar al gobierno de Barrios de Chamorro, Arnoldo Alemán y Enrique Bolaños, hasta que pudo regresar al poder en 2007.
“Un día llega el ingeniero Lacayo a la reunión y me dice: -Daniel, aquí te entrego las llaves de la presidencia, dice doña Violeta que ella no puede seguir gobernando de esta manera-. Yo le dije no, nosotros no nos vamos a tomar la presidencia. la presidencia la tiene ella y ella tiene que buscar como resolver este problema”, relató Ortega.
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En el evento de la Asamblea Nacional pariciparon como invitados comandantes del Ejército, alto jefes de la Policía, el canciller Denis Moncada; el ministro de Energía y Minas, Salvador Mansell; el ministro de Transporte e Infraestructura, Oscar Mojica, también su hijo y asesor Laureano Ortega, y otros ministros y funcionarios públicos.