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CONTENIDO EXCLUSIVO.Manuel Salvador García
Es párroco de la iglesia Jesús de Nazareno de Nandaime. Fue capturado el 1 de junio de 2022 por la Policía, después de que los medios de comunicación oficiales emprendieran una campaña de difamación en su contra.
A través de un video, los medios oficialistas aseguraron que el sacerdote agredió a una mujer y al ser interpelado por unos sujetos, reaccionó con violencia y les mostró un machete mientras los retaba a que entraran al templo.
La agredida era Martha Candelaria Rivas Hernández quien fue presentada con moretones en ambos ojos. Ella manifestó ser “amiga íntima” del sacerdote y dijo que supuestamente habían tomado licor una noche.
La mujer también dijo que el sacerdote la golpeó con el candado de forma accidental mientras caminaban en dirección al portón de la iglesia. “En eso hizo así (mueve la mano) y fue que me dio, con la mano izquierda que llevaba el candado y fue que me reventó allí (se toca el pómulo del ojo derecho)”.
Rivas y su hija de 15 años fueron llevadas a una audiencia de anticipo de pruebas contra el sacerdote, pero ella se negó a firmar la denuncia en contra del cura porque consideró que el golpe que él le dio fue un “accidente” y dijo que no se sentía agredida. Al finalizar la audiencia, la mujer fue detenida y posteriormente procesada por “falso testimonio”.
El miércoles 22 de junio, el juez Local Único de Nandaime, Jaime Aguilar, condenó al padre García a dos años de prisión y 200 días multa por supuestamente cometer el delito de amenaza con arma en contra de cinco personas.
El padre García tiene 57 años, padece diabetes y neuropatía crónica, para la cual toma varios medicamentos.
José Leonardo Urbina
Tiene 51 años y es párroco de la iglesia Perpetuo Socorro de Boaco. Fue condenado a 30 años de cárcel por el delito de abuso sexual contra una menor de 14 años.
Según testigos, Urbina fue detenido a eso de las siete y media de la mañana del 13 de julio. Una patrulla llegó a traerlo a la parroquia por una supuesta denuncia en su contra por el delito de abuso sexual. Por la tarde, fue presentado en los juzgados de Managua.
Después de conocerse la noticia en Boaco, un grupo de feligreses realizó una manifestación en las afueras del templo. “¡Viva Cristo Rey! ¡Viva nuestro sacerdote! ¡Viva la Iglesia católica!”, gritaban unas mujeres acompañadas de niños y hombres que reclamaban por la detención de Urbina, y hasta pedían que se cancelaran las fiestas patronales de la ciudad. “¿Dónde está el papa y los obispos?”, cuestionaba una de las protestantes.
El juez Edén Enrique Aguilar Castro, del Juzgado Tercero Especializado en Violencia contra la Mujer, fue quien lo declaró culpable el 26 de agosto en un juicio secreto que duró dos días.
Durante la audiencia inicial, los medios oficialistas mostraron el rostro de la madre de la menor y la identificaron por su nombre, lo que permitiría identificar a la adolescente y revictimizarla, contraviniendo lo estipulado en el Código de la Niñez y Adolescencia para estos casos.
María Eloísa Rodríguez de 78 años, madre de Urbina, dijo al medio de comunicación digital Confidencial que su hijo es inocente. “No conozco a quienes lo señalan, solo los he oído mentar en Boaco. Como madre, yo me encuentro triste. Vivo bien enferma, estoy peor de la tristeza, soy una viejita”, dijo Rodríguez.
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Desde 2018, monseñor Urbina pedía en sus homilías por la liberación de los presos políticos, oraba por una Nicaragua en libertad y se solidarizaba con los ciudadanos que protestaban contra Daniel Ortega.
Óscar Danilo Benavidez
Tiene 50 años y es párroco de la iglesia Espíritu Santo de Mulukukú, en el Caribe Norte de Nicaragua y fue detenido a eso de las cinco y media de la tarde del domingo 14 de agosto, por agentes de la Policía.
Benavidez fue interceptado por tres patrullas, bajado de su vehículo y subido a una patrulla policial después de oficiar una misa en la parroquia La Asunción, según relataron testigos a medios de comunicación.
En octubre, el sacerdote fue acusado de supuestamente cometer los delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas.
Enrique Martínez Gamboa
Fue capellán del colegio La Salle y oficiaba misas en la parroquia Santa Martha del reparto San Juan, en Managua. El 30 de mayo de 2018, el día de la masacre orteguista contra la marcha del Día de las Madres, el sacerdote Martínez subió a una tarima frente a la Universidad Centroamericana (UCA) para demandar el cese de la represión policial.
“Los nicaragüenses somos mayoría y tenemos el corazón limpio, y no las manos manchadas de sangre”, dijo en esa ocasión el sacerdote de 65 años, quien fue detenido la tarde del 13 de octubre de este año en casa de sus familiares en Managua, aunque él pertenece a la Diócesis de León.
Este sacerdote es diabético, hipertenso y tiene afectaciones en un riñón, además de problemas circulatorios por el cual tuvo una complicación médica hace unos años que lo mantuvo hospitalizado.
Rolando Álvarez Lagos
Es el primer obispo que Daniel Ortega ha convertido en su preso político y ha sido una de las voces más críticas entre la jerarquía católica, al lado del obispo exiliado Silvio José Báez.
Tiene 55 años y es originario de Managua. En los ochenta, estuvo exiliado en Guatemala porque se negaba a cumplir el Servicio Militar. En 1994, a sus 28 años, fue ordenado sacerdote en la catedral de Managua y el 2 de abril de 2011 asumió como obispo de la diócesis de Matagalpa.
Desde entonces, Álvarez se ha mostrado como un obispo cercano con su pueblo, recorriendo comunidades a caballo, metiéndose en el lodo con botas de hule y de vez en cuando bailando en fiestas patronales.
Cuando estallaron las protestas de abril de 2018 en contra del régimen de Ortega, Álvarez se mostró solidario con las víctimas de la represión y con las madres de los que perdieron a sus hijos en las revueltas.
Álvarez primero estuvo retenido en la Curia Episcopal de Matagalpa desde el 3 de agosto junto a otras 12 personas, entre religiosos y laicos. El día siguiente, trató de salir hacia la Catedral para celebrar una misa con la imagen de Jesús Sacramentado en sus manos. Salió a la calle a encarar a los policías que lo mantenían sitiado. “Esta es una batalla entre el bien y el mal”, les dijo.
La Policía emitió un comunicado en que justificó la retención de los religiosos y decía que se investigaba a monseñor Álvarez por supuestamente “organizar grupos violentos” que atentarían contra el régimen de Daniel Ortega y cercó con retenes las calles aledañas a la Curia y no permitía ni la salida ni entrada de nadie, a excepción de dos músicos y un camarógrafo que pudieron salir del lugar.
La madrugada del 19 de agosto, tras 16 días de permanecer sitiados, la Policía rompió las puertas de la Curia y se llevó detenido a monseñor Álvarez junto a los religiosos que se encontraban con él. Después del operativo solo quedó el vicario general de la Diócesis, monseñor Oscar Escoto.
La Policía anunció que Escoto quedaba sin ninguna restricción policial, pero allegados a la Diócesis confirmaron a LA PRENSA que a Escoto le permiten salir a algunas actividades, pero es seguido por motorizados. En el caso del músico de nacionalidad salvadoreña Henry Corvera, quien también se encontraba en la Curia, fue deportado hacia El Salvador junto a su familia.
La audiencia preliminar en contra de los religiosos se realizó el 22 de septiembre y fueron acusados de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas a través de tecnologías de la información y la comunicación, en perjuicio de la sociedad y Estado de Nicaragua.
En el caso de Álvarez, la audiencia preliminar fue hecha el pasado 13 de diciembre y el juicio está programado para el próximo 10 de enero. Mientras él permanece bajo “resguardo policial” en casa de sus familiares en Managua, el resto de religiosos permanece detenidos en el nuevo Chipote.
Los siguientes siete nombres son de los religiosos y el laico que fueron detenidos junto a monseñor Álvarez el pasado 19 de agosto.
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Darwin Leiva Mendoza
Es seminarista de la Diócesis de Matagalpa. A sus 19 años, es el más joven de los religiosos encerrados por Daniel Ortega. Es originario de Sébaco y mientras estaba en la Curia junto a los demás sacerdotes, dirigió varios de los rezos del rosario que realizaron los religiosos que permanecieron retenidos por 16 días.
Antes de ser arrestado, estaba concluyendo su segundo año en el Seminario Mayor de Filosofía San Luis Gonzaga, en Matagalpa. También fue excelencia académica en la secundaria y era uno de los asistentes más visibles durante las misas de monseñor Rolando Álvarez.
En su cuenta de Facebook solamente publicaba mensajes religiosos y la mayoría de páginas que sigue son relacionadas a la religión católica y a la Diócesis de Matagalpa.
“Es mi ahijado de confirma y también está secuestrado por el sistema de Nicaragua. Tan solo había superado sus 18 años con toda la ilusión de ser un sacerdote y lo han apresado”, publicó el padre Erick García el pasado 26 de noviembre sobre el joven seminarista.
Raúl Antonio Vega González
Tiene 27 años y días antes de su detención fue ordenado como diácono por monseñor Rolando Álvarez. La ceremonia se llevó a cabo el miércoles 29 de junio en una misa en la catedral de Matagalpa. Cuatro días después, la Policía no lo dejó salir de la catedral y permaneció ahí junto a los demás religiosos hasta que fue llevado a El Chipote el 19 de agosto.
Melkin Antonio Centeno Sequeira
Es seminarista y tiene 23 años. Es el mayor de cinco hermanos y proviene de una familia católica de la comunidad Las Posas, municipio de Sébaco. Sus padres son campesinos dedicados a la agricultura.
A los 14 años fue invitado a un retiro católico de dos días y según contó él mismo en 2021 en una entrevista a un programa de la Diócesis de Matagalpa, ese fue su primer acercamiento con la vocación sacerdotal. Años más tarde, le pidió a su padre que le comprara una biblia y empezó a trabajar en la parroquia de su comunidad en una pastoral juvenil.
En 2016 se decidió por la vida sacerdotal, pero tuvo que esperar hasta 2018 porque debía tener aprobado el tercer año de secundaria. Una vez que lo terminó, dejó la vida del campo para dedicarse por completo al seminario.
Ramiro Reynaldo Tijerino Chávez
Fue ordenado sacerdote por el entonces obispo de Matagalpa, Leopoldo Brenes el ocho de marzo de 2003. Era rector de la Universidad Juan Pablo II en la sede matagalpina, y estaba como encargado de la parroquia San Juan Bautista de esa ciudad.
Es sobrino de la exjefa de la Policía Sandinista, la comandante Doris Tijerino, e hijo de Ramiro Tijerino Haslam, un hombre que compartió celda con Daniel Ortega en 1967 y a quien le dio de su almuerzo porque la familia del hoy dictador todavía no sabía que estaba detenido y no le habían llevado comida.
Tijerino Haslam también es primo de Pedro Haslam, el secretario político del Frente Sandinista en Matagalpa y ni él, ni su hermana Doris han podido interceder por la liberación de su hijo sacerdote.
En 2018, un nieto de Tijerino Haslam y sobrino del padre Ramiro de nombre Manuel Picado Tijerino fue detenido por la Policía después de participar en manifestaciones contra la dictadura de Ortega. En esa ocasión, los familiares sandinistas tampoco ayudaron para su liberación.
Sadiel Antonio Eugarrios Cano
Es originario de Matiguás y fue ordenado sacerdote en 2018, y en 2019 pasó a ser el primer vicario de la catedral de Matagalpa, además de colaborar con la administración del Seminario Mayor de Filosofía San Luis Gonzaga y servir en la parroquia Nuestra Señora de Fátima en Rancho Grande.
En 2018, durante la operación limpieza ejecutada por paramilitares y policías en Matagalpa, salió con varios seminaristas y pidió un alto al fuego sobre la carretera mientras le llovían piedras, humo, gases lacrimógenos, y se escuchaban los disparos de bala.
Antes de que fuera encarcelado por la dictadura, estaba previsto que el sacerdote Eugarrios viajara en agosto a Roma, Italia, para estudiar una especialización llamada Historia de la Iglesia. Sus estudios empezarían el mes de septiembre, pero en ese mes ya había sido convertido en preso político de la dictadura.
“Lo primero fue darle gracias a Dios, que el Señor, a través de mi obispo, me haya permitido ir a estudiar una especialización a Roma, voy a estudiar Historia de la Iglesia, es por tres años, siempre dije cuando me ordenaron sacerdote: “voy a cumplir la voluntad de Dios”, ahora me toca profundizar en los estudios”, dijo el sacerdote a TV Merced el nueve de junio, dos meses antes de ser detenido.
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José Luis Díaz Cruz
Tiene 33 años. Estudió en el Seminario Nacional Nuestra Señora de Fátima, y fue ordenado sacerdote el 23 de noviembre de 2019. Es el segundo vicario de la catedral de Matagalpa.
Es originario de la comunidad Antonio de Padúa de Matagalpa y estaba previsto que asumiera como primer vicario de la catedral cuando el padre Sadiel Eugarrios se fuera a estudiar a Italia.
El sacerdote Díaz también era el responsable de los medios de comunicación de la Diócesis de Matagalpa. En 2020, criticó al régimen de Ortega por el atentado contra la imagen de la Sangre de Cristo en la Catedral de Managua.
Sergio José Cárdenas Flores
El próximo 2 de enero cumplirá 33 años. Trabajaba como camarógrafo de TV Merced, un canal de televisión administrado por la Diócesis de Matagalpa. En sus redes sociales compartía mensajes católicos, fotografías de su hija de un año junto a su esposa, e información sobre el Covid-19.
El 6 de mayo de 2020 publicó: “La información pública es un derecho de la población”, haciendo referencia a la censura que impone la dictadura de Ortega contra los medios de comunicación independientes.
Su detención se llevó a cabo la madrugada del 19 de agosto junto a los religiosos que acompañaban a monseñor Rolando Álvarez en la Curia Episcopal de Matagalpa. El 23 de agosto, sus familiares interpusieron un recurso de exhibición personal, pero la dictadura no atendió la petición.
Ahora, Cárdenas Flores está acusado por supuestamente cometer los delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas, los mismos delitos que le imputan al obispo Álvarez y los demás religiosos que estaban en la Curia.