“Bones and all”: Una perturbadora historia de amor

Taylor Russell (izquierda) como Maren y Timothée Chalamet (derecha) como Lee en BONES AND ALL, dirigida por Luca Guadagnino, una película de Metro Goldwyn Mayer Pictures. Credit: Yannis Drakoulidis / Metro Goldwyn Mayer Pictures © 2022 Metro-Goldwyn-Mayer Pictures Inc. All Rights Reserved.

Luca Guadagnino nos presenta un romance sanguinario entre dos personas con un oscuro secreto.

Luego de lo que sería una de sus películas más criticadas por ambas partes, la crítica y el público, el director italiano regresó este año a las salas de cine con lo que podría ser su cinta más visceral dentro de su filmografía, pero que no deja de tener su sello a medida que avanza el metraje.

Para ello, el director vuelve a reunirse con su super estrella Timotee Chalamet y su siempre confiable Michael Stuhlbarg​, que unen fuerzas con el maravilloso Mark Rylance y nuestra nueva protagonista Taylor Russell. Todo ellos elevando el nivel actoral de la película a su máximo esplendor.

La trama de “Bones And All” (“Hasta Los Huesos”) está basada en la novela de Camille DeAngelis del mismo nombre, cuya historia definitivamente no fue escrita para todas las audiencias, siendo de hecho difícil de digerir a primera instancia.

Nos ubica en la época de los 80 y nos cuenta sobre Maren Yearly, una jóven que emprende un viaje solitario debido a una perturbante condición que tiene desde que era muy pequeña: el canibalismo.

Durante dicho viaje se topa con diferentes personas que, al igual que ella, también eran caníbales y vagaban por el mundo, sobreviviendo a como pueden y alimentándose cuando lo necesitan.

Uno de ellos es Lee, con quien Maren encuentra una conexión y comienza a entablar la relación que últimamente será el compuesto principal de la cinta, que guía el resto de la historia a través de sus vivencias y los retos que presenta ser lo que ellos son.

La cinta no pierde tiempo en dejarle claro a la audiencia la manera en la que se quiere abordar esta temática, alejándose del ‘gore’ o el espectáctulo sangriento que muchas películas hollywoodenses sobreutilizan en sus producciones, y acercándose más al caso de estudio de sus personajes y la búsqueda de la humanidad en los rincones más oscruros del ser humano.

Guadagnino, que ganó el León de Plata a Mejor Dirección en el Festival de Cine de Berlín, es el que logra a la perfección, exponer su historia desde el punto de vista contemplativo, en donde el público se une a ese viaje introspectivo y de supervivencia que viven los protagonistas.

Esto lo hace a través de la presentación visual y semiótica de los personajes que se va encontrando Maren durante su camino. Por ejemplo, uno de los “devoradores” – a cómo se le conocen en la historia –, el solitario y peculiar Sully, quien le comparte algunos “trucos” de cacería y búsqueda de alimentación. Un personaje que goza de la tremenda actuación de Mark Rylance, que ayuda a reforzar su incómoda y sospechosa personalidad.

O la manera en que Guadagnino contrarresta esos escenarios oscuros con las escenas en donde Maren y Lee se sienten más cercanos a la normalidad y más lejanos a su cruda realidad, aferrándose el uno al otro, sabiendo que son las únicas personas en la faz de la tierra capaz de entenderse y aceptarse tal y como son. Para poder sentir lo que no han podido en toda su vida: amor.

Y si bien la cinta no escatima con la cantidad de minutos que tiene para contar la historia, es precisamente lo que pasa dentro de cuadro lo que ayuda que se sienta menos pesada y más intrigante.

Una película que hace un caso de estudio muy detallado sobre una realidad de la que siempre seremos ajenos, pero que no deja de calar en nuestro ser y hacernos reflexionar sobre los rincones más oscuros y excluídos de la sociedad.

Porque a pesar de la maravillosa química y el amor incondicional que se desarrolla entre Maren y Lee, en ningún momento aplaudimos lo que hacen; porque sabemos lo que son. Pero el film nos hace analizar sin justificar, observar más que entender, porque jamás vamos a hacerlo y somos concientes de ello. Tanto, que sabemos que ese final feliz al que ansían llegar nuestros protagonistas, quizá nunca llegue, por mucho que lo intenten.

“Bones and All” fue una grata sorpresa para mi, porque me encontré en el cine con una obra metódica y muy bien cuidada, que explora terrenos perturbadores del ser humano desde un punto de vista existencialista y romántico, a través de una gran realización cinematográfica y un excelente trabajo actoral.

Es una lástima que la película haya estado poco tiempo en cartelera, porque a pesar de que la primicia no suena apetitiva, podés encontrarte con un plato que querrás devorar hasta los huesos.

Bones and All (2022)

★★★½

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