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Danny Ramírez-Ayérdiz y la opositora presa, Ana Margarita Vijil Gurdián. Cortesía

La historia del joven abogado que salió del Reparto Schick y ahora busca una condena por crímenes de lesa humanidad contra Ortega

Danny Ramírez-Ayérdiz dice que no es exiliado, porque está en Buenos Aires, Argentina, por trabajo, pero sabe que no puede regresar a Nicaragua.  

Danny Ramírez-Ayérdiz se dio a conocer por encabezar la demanda judicial contra Daniel Ortega y su círculo de poder ante un juzgado criminal de Argentina, donde ha residido los últimos ocho años. Sin embargo, su historia comenzó en las calles polvosas del Reparto Schick de Managua, lugar que está en su lista de nostalgias de Nicaragua.

Lea además: La nueva acusación contra Ortega y Murillo (y varios de sus cómplices) por crímenes de lesa humanidad ante la justicia argentina

Ramírez-Ayérdiz tiene 32 años. Es abogado y secretario ejecutivo del Centro de Asistencia Legal Interamericano en Derechos Humanos (Calidh), una iniciativa de él y otros abogados de diferentes nacionalidades.

Ramírez practica la religión cristiana, inculcada por su madre, quien además le fomentó la búsqueda y defensa de la justicia, que lo llevó a estudiar Derecho.

“Mi madre siempre ha sido una mujer muy ponderada, muy justa, entonces la noción de justicia la recibí de la mano de mi madre y también, como ella es una matriarca, entonces recibí mis primeras lecciones de feminismo con ella”, dice.

Mientras que su padre, de oficio carpintero, Ramírez lo recuerda viendo el programa de Danilo Lacayo, que pasaban por el Canal 2, lo que cree que cultivó su interés en la política.

Aunque es cristiano protestante, de la iglesia Adventista del Séptimo Día, asegura que tiene una “fe crítica”, no se considera fanático y para él las Purísimas son una tradición nicaragüense que también disfruta.

De izquierda y sandinista

Ramírez-Ayérdiz se declara de izquierda y sandinista, pero reconoce las críticas dirigidas hacia ambas corrientes.

“Hay una izquierda con una vocación autoritaria y una izquierda con una vocación democrática. Yo me ubico en una izquierda muy democrática, muy progresista y creo que desde el progresismo se han hecho diferentes aportes a la sociedad contemporánea y a la lucha de los derechos humanos”, valoró.

Lea además: Abogado que denunció a Ortega en Argentina recibe amenazas de simpatizantes sandinistas

También defendió los ideales sandinistas, porque para él “el general Sandino enseñó que el camino para la libertad es la lucha y la palabra”.

“Él desempeñó un rol importantísimo al enfrentarse a la invasión norteamericana que vivía el país. Yo creo que esos son valores universales, el derecho a luchar por la soberanía”, agrega.

Aún así, Ramírez recibe bien las críticas que apuntan a Sandino como un personaje que también cometió violaciones de derechos humanos.

“Yo creo que el sandinismo como conjunto de ideas, tiene ideas liberadoras, funcionó en la revolución (de los ochenta) en alguna medida, pero una cosa son las ideas y después es la práctica de las ideas, por eso vino gente que hizo de las ideales sandinistas lo que quiso. Yo estoy muy seguro que si Sandino viviera no estaría de acuerdo con el proceso acelerado de restricción de los derechos humanos”, agregó.

Ana Margarita Vijil fue su mentora

Ramírez-Ayérdiz estudió en la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli) y se niega de llamarla de otra forma, luego de que el régimen de Daniel Ortega se la tomara y le cambiara el nombre. Allí conoció a la opositora y presa política actualmente, Ana Margarita Vijil, quien fue su maestra y mentora, y también al entonces decano de la Facultad de Derecho, Oscar Castillo, quienes fomentaron más su defensa por los derechos humanos.

Danny Ramírez-Ayérdiz (sentado al centro) con compañeros y estudiantes en la Upoli. Cortesía

En 2011, Ramírez-Ayérdiz y otro estudiante de derecho ganaron un reconocimiento en el Concurso Interamericano de Derechos Humanos, que se celebra en Washington todos los años.

Tras ganar ese concurso, fue elegido para trabajar en el Instituto Centroamericano de Estudios Jurídicos y Políticos de la Facultad de Derecho de la Upoli, que dirigía Vijil.

Ramírez explicó que no es exiliado, porque en Argentina está por su trabajo en el Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), sin embargo, sabe que tras las amenazas que ha recibido de los simpatizantes de Ortega, no puede regresar a Nicaragua.

Estudió una maestría en Derecho con una beca en la Universidad de San Martín de Argentina.

Hizo estudios doctorales en Derechos Humanos en la Universidad Nacional de la Lanús de Argentina.

Actualmente está estudiando un doctorado en Ciencias Sociales en la Universida de Buenos Aires.

Danny Ramírez-Ayérdiz con una luz al centro. Cortesía

Política Nicaragua archivo

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