Era la madrugada del 27 de octubre de 2022 y en una de las calles vecinas a la Alcaldía de Managua se repetía un escenario que en los últimos meses se ha convertido una constante en Nicaragua: niños, jóvenes, adultos y familias enteras se despedían para abordar las “excursiones” que los llevarían a Guatemala, para luego enrumbarse hacia Estados Unidos.
“Se siente un ambiente demasiado triste. Aunque vos no querés llorar, vos mirás que todo el mundo está atacado (llorando) y abrazando”, comentó Steven (nombre ficticio para resguardar su identidad), un joven que salió ese día de Nicaragua.
En el punto de salida, ya aguardaba una caravana de seis “excursiones” —buses con alta demanda por la salida masiva de nicaragüenses— que llevarían al nuevo grupo de migrantes hacia el norte de Centroamérica. Cada bus llevaba unos 60 pasajeros.
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A medida que llegaba la hora de partir, la gente se amontonaba cerca de los buses. Querían aprovechar al máximo el último momento con sus familiares que saldrían del país. Steven calculó que eran más de 350 personas concentradas en ese pequeño espacio.
La experiencia de la “excursión”
Una vez que los buses están listos para partir, los pasajeros deben abordar rápidamente. Asientos cómodos, un baño y aire acondicionado hacen el largo camino menos tedioso, aseguró Steven, quien pagó 130 dólares para viajar en esa “excursión”, que brinda una agencia de transporte.
En esa ocasión, la caravana de buses salió al mismo tiempo, 2:00 de la madrugada, para dirigirse a la frontera Las Manos, con Honduras. Steven afirmó que el viaje “es directo y rápido”, y como a las 6:00 de la mañana ya se encontraban en la primera parada del largo viaje.
Según el ciudadano, el trámite en la frontera nicaragüense no demoró como en Honduras, donde primeramente se debe pasar por el registro sanitario y luego, el migratorio. “Ahí es por buses que atienden, no por persona; el bus que va llegando primero, va saliendo primero”, aclaró el joven.
Es decir, que si la persona viaja en una caravana de excursiones, en los puestos fronterizos deberá esperar a que los pasajeros de todos los buses hagan sus trámites para continuar con la trayectoria.
El éxodo que vive el país hace que en la frontera de Honduras haya un rezago en las atenciones. Steven partió de ese lugar junto con la caravana hasta las 5:00 de la tarde.
“Es una gran fila, horrible, para hacer los trámites”, manifestó Steven.
Costear su comida
Cuando las personas de toda la caravana realizan sus trámites migratorios, deben regresar a los buses para emprender el viaje por todo el país hondureño, hasta llegar a Guatemala. El chofer realiza una “parada técnica” en una gasolinera en San Pedro Sula para que los pasajeros se alimenten. Esto debe costearlo cada individuo, por lo que es recomendable que lleven provisión.
La caravana de buses retoma la ruta hasta llegar a Guatemala. “Llegamos como a las 8:00 de la mañana a ese país”, dice Steven. En ese puesto fronterizo fueron “los primeros en llegar”, por lo que el trámite fue rápido.
“Te dan un papelito de registro que solo respalda que vos entraste legal a Guatemala y eso lo debés enseñar a cada policía que te detiene”, expresa Steven.
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Para poder seguir la trayectoria por Guatemala y llegar a la terminal, en el puesto fronterizo los pasajeros cambian de buses, una estrategia propia de la agencia, y estos deben abordar transportes privados nacionales.
“Lo único malo fue que algunas personas no bajaron su maleta pensando que esos mismos buses nos llevarían a Guatemala, debieron avisar que ellos se regresaban y uno tenía que traer sus cosas. Unos perdieron ropa, provisión y hasta dinero”, confiesa Steven.
La parada final
La última parada que hacen los nicaragüenses es en la frontera guatemalteca, puesto que la ruta restante la hacen “sin parar”. “Nosotros nos movimos en el Transporte Litegua y ellos (los choferes) nos avisaron que ya no hacían paradas y que el viaje es de unas 10 horas”, cuenta Steven.
La mayoría de las agencias de “excursión” terminan la ruta en la zona 1 de Guatemala, lugar donde los pasajeros deben movilizarse por su propia cuenta hasta su destino.