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Cardenal Leopoldo Brenes se despide de su “mamacita”, doña Lilliam Solórzano

Familiares y cuerpo católico se reunieron en la Catedral de Managua para acompañar al cardenal en las honras fúnebres de su madre. Sus restos descansarán en Ticuantepe

El cuerpo episcopal de Nicaragua, junto con los seminaristas, diáconos, sacerdotes, religiosas, laicos y familiares de doña Lilliam Solórzano de Brenes, madre del cardenal y arzobispo metropolitano de Managua, Leopoldo Brenes Solórzano, le dieron el último adiós en una santa eucaristía de cuerpo presente realizada la mañana de este viernes en la Catedral de Managua.

En el acto solemne, que duró unas dos horas, se recordó a doña Lilliam como una mujer de fe y entregada al catolicismo. La misa fue presidida por el cardenal Brenes.

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Durante la misa también se leyó el mensaje que le envió el papa Francisco al cardenal Brenes: “Querido hermano, en este momento de dolor y tristeza, te aseguro mi cercanía y mi oración. Rezo por tu mamá, por vos, por tus familiares, por favor no dejes de hacerlo por mí, que Jesús te bendiga y la Virgen santa te cuide”.

El cardenal Brenes agradeció las palabras del santo padre y aprovechó para recordar un momento especial que se dio entre ellos y su mamá, cuando fue creado cardenal y doña Lilliam “se ganó el cariño” del papa, al llamarlo “Panchito”.

“Los sentimientos del papa Francisco para con mi mamá fueron muy especiales desde el momento que fui creado cardenal, y él nos dio la oportunidad, como familia, de saludarlo y agradecerle”, expresó.

“Mi mamá se ganó el cariño de él cuando, en vez de decirle santo padre, le dijo ‘Panchito, yo quería conocerte y abrazarte’. Creo que ese encuentro fue único y desde ese momento, siempre, él ha estado pendiente de ella, mandándole saludos”, agregó.

Los últimos minutos a lado de doña Lilliam

Brenes agradeció el apoyo y palabras de solidaridad del pueblo católico y relató los últimos minutos que vivió con su mamá, al señalar que como a las 7:20 de la mañana de este jueves, su madre dejó de respirar, y “por mi parte, comencé a besarle la frente”.

“Me sentía triste y muchas lágrimas me salieron, pero en ese momento recordé algo que le había pedido hace un año al Señor y a la Virgen, mientras estaba hospitalizado del covid, ‘Señor y Madre mía, permíteme salir con salud del hospital para acompañar a mi mamacita hasta el último momento de su vida’; y ese momento, mientras yo besaba la frente de mi mamá, mientras he participado sintiendo su último respiro, pude escuchar y sentir el sentimiento del Señor que me decía: ‘Mi compromiso está cumplido'”, compartió el cardenal.

El cardenal continuó relatando que su ausencia al consistorio, que presidió el papa Francisco el pasado 27 de agosto, fue por petición del santo padre, quien sabiendo que doña Lilliam estaba delicada de salud en ese momento le manifestó a Brenes: “Recuerda el cuarto mandamiento de la ley de Dios, amar a padre y madre, tienes que quedarte a lado de ella”.

“Gracias a Dios y gracias a ustedes por acompañarme en este momento hermoso, triste y doloroso, pero donde también sentimos el cariño de nuestro buen Dios”, concluyó el cardenal.

Luego de la misma, los presentes se dirigieron a Ticuantepe, donde con mariachis, cantos y recuerdos dieron el descanso eterno a los restos de doña Lilliam Solórzano de Brenes.

Nacionales cardenal Leopoldo Brenes Nicaragua archivo

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