La muerte se encargó de adelantarle la salida de la prisión a un femicida chinandegano de doble identidad.
Carlos José Amaya o Juan Carlos Rojas cumplía condena de 30 años de prisión por el femicidio perpetrado contra su pareja Norma Ordóñez Granados, de 46 años.
El reo de oficio triciclero murió la mañana de este viernes en el hospital de Chinandega. Extraoficialmente se supo que el hombre de 27 años falleció a consecuencia de insuficiencia renal crónica.
El hombre, de doble identidad, a consecuencia de la insuficiencia renal crónica que le aquejaba sufrió un paro cardiorrespiratorio, según un dictamen médico.
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El femicida ingresó al penal de Chinandega hace 26 meses, después que en el Juzgado Especializado en Violencia de esa ciudad le fue dictada la prisión preventiva en la audiencia preliminar.
Le faltaban más de 27 años
Al momento del deceso, al femicida le faltaban 27 años y 10 meses para cumplir su condena de 30 años.
Las tres décadas de encierro en la cárcel a los que en su momento fue sentenciado Rojas era la pena máxima en Nicaragua por ese delito.
Actualmente los femicidas si cometen el crimen con saña son condenados a cadena perpetua, es decir a permanecer de por vida en la cárcel.
Mató en el Día de las Madres
Los hechos por los cuales el triciclero chinandegano cumplía condena en el Sistema Penitenciario Nacional (SPN) acontecieron la noche del 30 de mayo de 2020, fecha en que se festeja a la madre nicaragüense.
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Esa noche el femicida discutió con su pareja, Norma Ordóñez Granados. En medio de la discusión marital, Carlos Amaya o Juan Carlos Rojas, valiéndose de su superioridad física, propinó varios puñetazos a la víctima hasta derribarla, según la acusación que presentó la Fiscalía el 3 de junio de 2020.
A eso de las 6:00 de la tarde, empezaron a discutir, y el hombre llamaba “zorra” a la víctima, luego se le abalanzó y le comenzó a dar puñetazos en varias partes del cuerpo, después la tomó del cabello y la arrastró hacia el interior de la vivienda y “mientras la arrastraba, le daba puñetazos en el rostro”, mencionaba la acusación de la Fiscalía.
Dentro de la casa, Juan Carlos Rojas siguió golpeando con sus puños y también le dio patadas a Norma Ordóñez. Luego, la tiró a un colchón y “después de tomar una sábana, hacerla moño y ponérsela en el rostro de la víctima, tratando de asfixiarla, le golpeaba la cabeza contra el suelo”, agregó el Ministerio Público.
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Además, la golpeó varias veces con una botella de licor en la cabeza. La mujer murió debido a la golpiza recibida.
El femicidio que conmovió a los chinandeganos ocurrió en la casa que habitaba la pareja, en el reparto Rubén Darío, en Chinandega.