Un portero de 18 años, César Salandía, fue titular en un torneo internacional por primera vez en la historia del Real Estelí, un plantel que históricamente apuesta por la experiencia de sus integrantes sobre todo en partidos importantes. Su alineación ante el Real España de Honduras en la Liga Concacaf el pasado jueves sorprendió porque pasó por encima de Douglas Forvis, un guardameta de más de 200 partidos en la primera división de Costa Rica. Los minutos iniciales fueron de escepticismo por la calidad individual del rival, pero cuando llegó el momento de mayor exigencia (minutos 82 y 89) respondió con sus atajadas porqué le habían dado la titularidad, permitiéndole al Tren del Norte llegar con oportunidades al partido de vuelta este jueves (6:00 p.m.,) en San Pedro Sula.
Su papá es uno de los extranjeros más goleadores en la historia del futbol nicaragüense, su tío mayor jugó de extremo y el menor de central en el CD Ocotal, pero César Salandía decidió ser portero. “Es algo que nadie entendió al principio”, confesó el muchacho de 18 años nacido en Managua y criado hasta los 13 años en Honduras, donde se enamoró de la portería. “Tenía ocho años cuando miraba jugar a mi primo José Salinas en el Estrella Roja de la segunda división y me gustaba como atajaba, cuando volaba por el balón, era el capitán del equipo”, señala ahora el guardameta titular del Real Estelí.
No sabe cómo explicar su conexión con la portería este muchacho de 1.85 metros. Desde niño en Honduras juega en esa posición y cuando regresó a Nicaragua no cambió. Siempre supo que su papá, del que heredó el nombre, marcó 87 goles en la Liga Primera con el Ferretti, Diriangén, San Marcos, entre otros, sin embargo él quería evitar que los delanteros los celebraran. “Al principio me preguntaba porque no era delantero como él, pero yo le decía que me cuadraba ser portero y que era el mismo deporte, que solo cambiaban las posiciones y él solo se ponía a reír”, indicó el portero, quien ha sido parte de los procesos de la Azul y Blanco en la sub-17 y Sub-20.
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El extremo Sandro Herrera militó en el desaparecido Parmalat y el central Andy Paz es actual jugador del CD Ocotal en la Liga Primera. Ambos son tíos de Salandía, hermanos de su mamá Claudia Paz, quien descubrió hasta los 13 años que su hijo jugaba de portero y no en el campo como el resto de la familia. “Nunca le dije de que jugaba, solo pedía permiso para ir al campo. Un día llegó temprano del trabajo, me miró jugar y dejó de darme permiso, pero me le escapaba aunque después me pegara. En la familia de mi mamá han sido defensores o atacantes y quería que fuera como mi tío Sandro o que jugara de otra cosa menos de portero”, explica.
Claudia cambió su percepción cuando estaba por cumplir 15 años. Ella le compró su primer par de guantes y en ese momento lo empezó a llevar a los entrenamientos con el Juventus sub-17 desde donde el Real Estelí lo reclutó en 2020. “Mi madre es la que siempre ha estado conmigo, es lo más sagrado que tengo”, dice César, quien se describe como una persona callada, no comparte nada en redes sociales, habla poco en público, menos le gusta dar entrevistas. Si no está jugando o entrenando pasa jugando Call of Duty o futbol en el celular. “No me gusta estudiar, en el Real Estelí me compran todo, pero solo iba a clase un día y después no. Siempre me han regañado los profes (técnicos) por eso, llaman a mí mamá y ella habla conmigo y los maestros, sin embargo no hago caso. Sé que estoy chavalo, que es importante estudiar y trataré de sacar al menos el bachillerato”, asegura el portero que tiene aprobado el tercer año de secundaria.
Fish, como lo llaman los compañeros de su generación por ser oriundo de Masachapa, será otra vez el portero titular este jueves (6:00 p.m.,) contra el Real España de Honduras en el partido de vuelta de la Liga Concacaf. Este desafío será más exigente al anterior porque estará de visitante asumiendo la responsabilidad de tapar todo con dirección a gol de uno de los equipos más importantes en el país donde se enamoró de la portería.