LA PRENSA publicó este martes 5 de julio una información sobre la situación de los presos políticos de Nicaragua y las Reglas Nelson Mandela, que son las “Reglas Mínimas de las Naciones Unidas para el Tratamiento a los Reclusos”.
El propósito de estas Reglas es “promover condiciones de encarcelamiento dignas, sensibilizar acerca del hecho de que los reclusos son parte integrante de la sociedad y valorar la labor del personal penitenciario como servicio social de particular importancia”.
Las reglas fueron aprobadas originalmente por las Naciones Unidas en 1955, e influyeron para la aplicación y desarrollo de leyes, políticas y prácticas penitenciarias en muchos países miembros de la ONU, que mejoraron el tratamiento carcelario.
En Nicaragua, el presidente Luis Somoza Debayle que sustituyó en el poder a su padre, el dictador Anastasio Somoza García, hizo construir en 1958 la Cárcel Modelo de Tipitapa, que mejoró notablemente las condiciones de los presos en el país.
En el año 2015, sesenta años después de que fueron aprobadas las reglas universales para el tratamiento a los presos, la Asamblea General de las Naciones Unidas las revisó —para mejorarlas— y las llamó Reglas Nelson Mandela, en homenaje al expresidente de Sudáfrica de ese mismo nombre. Mandela estuvo preso 27 años por su lucha abnegada en favor del respeto a “los derechos humanos, la libertad, la democracia, la justicia y la promoción de una cultura de paz a nivel mundial”.
Además, la ONU instituyó la celebración cada 18 de julio del Día Internacional de Nelson Mandela, quien nació ese día del año 1918. Mandela, quien murió en diciembre de 2013 a los 95 años de edad, fue el mejor presidente que ha tenido Sudáfrica y uno de los mejores en todo el mundo.
Mandela fue un gran humanista, amante de la libertad y demócrata consecuente. Y por su experiencia como preso político, durante 27 años, dijo que “nadie conoce realmente cómo es una nación hasta haber estado en una de sus cárceles. Una nación no debe juzgarse por cómo trata a sus ciudadanos con mejor posición, sino por cómo trata a los que tienen poco o nada”.
Son 122 las Reglas Nelson Mandela sobre el tratamiento que se debe dar a los presos. La primera, que enmarca a las demás, establece que “todos los reclusos serán tratados con el respeto que merecen su dignidad y valor intrínsecos en cuanto seres humanos. Ningún recluso será sometido a tortura ni a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes…”
Esto aplica para todos los prisioneros. Pero sobre todo para los presos políticos, que están encarcelados por haber ejercido sus derechos consagrados en las declaraciones internacionales de derechos humanos, incluso en la Constitución y las leyes de su propio país.
Estas personas, hombres y mujeres, no han cometido delito y por lo tanto no deberían estar presas. Merecen ser puestas en libertad, pero en todo caso, por lo menos ser tratadas de acuerdo con lo que mandan las Reglas Nelson Mandela.