Entre enero y abril de este año, Nicaragua desembolsó un total de 565.96 millones de dólares en concepto de importaciones de petróleo y sus derivados, cifra que resulta superior a lo contabilizado en los últimos cinco años, según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN).
El monto acumulado hasta abril es 69.05 por ciento mayor a la facturación del mismo periodo de 2021 (334.78 millones de dólares) y el saldo también ya rebasó los valores observados en 2020, 2019, 2018 y 2017, previo al estallido de la crisis sociopolítica. (Vea infografía)
Solo en abril estas importaciones sumaron 153.58 millones de dólares, frente a los 93.07 millones contabilizados en el mismo mes de 2021, lo que refleja un aumento del 65.01 por ciento. Los derivados incluyen gasolina súper, regular, diésel, fuel oil, gasolina para aviación, gas licuado de petróleo, entre otros.
¿En qué mes se pagó el petróleo más caro?
Las cifras del máximo emisor bancario muestran que entre enero y abril del corriente, solo en crudo se importaron un total de 227.97 millones de dólares en producto (110.27 millones en 2021) y en cuanto a volumen, se trajeron del exterior 2.1 millones de barriles, por encima de los 1.6 millones de barriles adquiridos en el mismo periodo del año pasado.
Los números indican que en abril el país pagó 121.9 dólares por cada barril de crudo, convirtiéndose en el segundo mes del año en presentar el monto más alto, siendo marzo el primero, cuando se facturó 128 dólares por barril. El mes con el precio más bajo correspondió a enero (92.1 dólares).
No obstante, lo pagado en abril es la cifra más alta si se compara con lo que pagó Nicaragua en el mismo mes de 2021 (68.7 dólares), 2020 (33.6 dólares), 2019 (75.5 dólares), 2018 (72.2 dólares), y 2017 (52.2 dólares).
El aumento del precio del oro negro en este año obedece a los efectos de la invasión de Rusia —el segundo mayor exportador del producto en el mundo— a Ucrania, lo que generó consecuencias económicas a nivel internacional y provocó que las cotizaciones del petróleo se dispararan y afectaran los precios de los combustibles en todo el mundo.
El barril de petróleo WTI, de referencia para Nicaragua, cerró este lunes con un incremento de 0.65 por ciento en pleno arranque de semana y se ubicó en 110.27 dólares para entrega en julio en la bolsa de Nueva York.
La Administración de Información Energética de Estados Unidos (EIA, por sus siglas en inglés), pronosticó el pasado 17 de junio una mayor producción de combustibles líquidos en Brasil, Canadá y China en este año y el próximo, “lo que contribuirá al crecimiento de la producción total de petróleo fuera de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)”.
“Pronosticamos que la producción de petróleo en los países no miembros de la OPEP combinados, excluyendo a Estados Unidos y Rusia, aumentará un 3 por ciento (0.9 millones de barriles por día) en 2022 y un 2 por ciento (0.8 millones de barriles por día) en 2023, en comparación con un aumento de menos del 1 por ciento (0.2 millones de barriles por día) en 2021”, agregaron.
Esto desembolsó Nicaragua por la compra de combustibles
Los datos del Banco Central indican que el total pagado por la importación de combustibles reflejó un aumento del 51.7 por ciento, puesto que hasta abril la compra de estos productos se contabilizó en 288.25 millones de dólares, monto superior a los 189.98 millones registrados en igual lapso de 2021.
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Específicamente, de esos 288.25 millones de dólares, 174.40 millones corresponden solo a la compra de diésel, gasolina súper y regular, productos muy demandados en el territorio nacional.
Por ejemplo, en el primer cuatrimestre, por la compra del carburante de mayor consumo en el país, el diésel, la factura ascendió a 93.62 millones de dólares, superior a los 71.70 millones de 2021. La diferencia equivale al 30.5 por ciento.
En paralelo, hasta abril el gasto referente a la gasolina súper se situó en 66.85 millones de dólares, un 32.4 por ciento más que en 2021, cuando se facturó 50.49 millones.
En el caso de la gasolina regular, esta registró un incremento equivalente al 32.3 por ciento, debido a que hasta abril de 2021 el monto totalizó 10.52 millones de dólares, frente a los 13.92 millones de dólares de este año.
Es importante mencionar que fue en abril, precisamente el 8, cuando se comenzó a implementar el subsidio a los carburantes que impuso el régimen de Daniel Ortega, con el fin de enfrentar los altos precios de los carburantes.
En detalle, el régimen de Daniel Ortega —con recursos provenientes de los impuestos de los nicaragüenses— lleva diez semanas consecutivas implementando un subsidio general para los carburantes que, hasta el momento, rondaría los 40 millones de dólares. Hasta ahora el Ejecutivo no ha explicado cómo se asumirá ese gasto, pero ya mostró interés por pedir un préstamo al Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), que anunció un bolsón de 800 millones de dólares para ayudar a los gobiernos de la región a afrontar el alza de los combustibles.
Sin embargo, a pesar del subsidio, el Instituto Nicaragüense de Energía (INE) indica que en las estaciones de servicio de Managua estos productos se mantienen con precios históricos: 48.97 córdobas por litro para la gasolina súper; 47.81 córdobas por litro para la gasolina regular, y 43.21 córdobas por litro para el diésel. Además, en el interior del país los precios se incrementan porque se les aplica el costo del transporte hasta el lugar donde se distribuye.
De hecho, como consecuencia de la tendencia alcista de estos productos, entre enero y marzo —última actualización disponible en el BCN— no se consumió tanto combustible, en comparación con lo observado en el mismo lapso de 2021.
Por ejemplo, el consumo nacional de gasolina (súper y regular) experimentó apenas un ligero crecimiento del 0.1 por ciento, al pasar de 789,800 barriles en los primeros tres meses de 2021 a 791,100 barriles en el mismo periodo de este año.
Y en el caso del diésel —el carburante de mayor consumo en el país— se reflejó una ligera disminución equivalente al 0.8 por ciento, mientras que el gas licuado (utilizado en la mayoría de los hogares nicaragüenses para cocinar) también registró una caída del 4.8 por ciento en su consumo.