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Erasmo Ramírez tiene 32 años y ha jugado 11 temporadas en Grandes Ligas. LAPRENSA/ARCHIVO

La “locura” que hizo Erasmo Ramírez cuando recibió sus primeros cheques como jugador de Grandes Ligas

La infancia de Erasmo Ramírez no fue sencilla. Su mamá era contadora, pero había renunciado por el estrés generado por tanto trabajo en la Cruz Roja, su papá era albañil y bombero. “No teníamos plata”, admite el jugador de los Nacionales de Washington

La infancia de Erasmo Ramírez no fue sencilla. Su mamá era contadora, pero había renunciado por el estrés generado por tanto trabajo en la Cruz Roja; su papá era albañil y bombero. “No teníamos plata”, admite el jugador de los Nacionales de Washington. Cuando pequeño entendió que debía ser paciente, perseverar y entender que, en algún momento de la vida, la constancia vence al talento. Y así fue cómo tras varias puertas cerradas, recibió una oportunidad de firmar por la Academia deportiva FESA en El Salvador.

“Un señor llamado Moisés Santiago llegaba a regalar guantes y zapatos y tenía una liga en el barrio Gaspar. Mi mamá le insistía que me ayudara y me enseñara a jugar beisbol. Durante dos años no descansó. Pasado el tiempo me vio jugar y se impresionó conmigo y mi hermana que también jugaba. Habló con un scout de los Piratas y tuve el boleto para ir a El Salvador. Tenía 14-15 años y tiraba entre 84 y 86 millas. Hablé con mi familia y no dudé en tomar la oportunidad”, relata Ramírez, un poco nostálgico al remover su pasado.

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Ramírez se ha caracterizado por ser un jugador ejemplar, no solo por el hecho de haber llegado a Grandes Ligas, sino en su comportamiento. “La vida me enseñó todo. Yo quería salir y disfrutar y descubrir el mundo, pero mi mamá me jalaba para atrás, me recordaba que no tenía plata y no podía soñar con algo que no tenía al alcance, no podía gastar más de lo que tenía. Tuve cuidado de mis deseos”, explicó.

Una de las anécdotas en su carrera como jugador del máximo nivel en el beisbol fue cuando recibió su primer salario. “Abrí la cuenta tres veces porque creí que se habían equivocado de depósito. No creía. Mi primer salario era de 480,000 dólares. Me sentía millonario, ya iba a dejar el shampoo de un dólar por el Head and Shoulder”, ríe en tono de broma el lanzador rivense.

Al verse con tanto dinero, Erasmo no gastó como un loco comprando cosas inútiles, sin embargo, tuvo uno que otro gasto que hasta ahora se arrepiente. “No gasté el montón porque no tenía la ilusión de tener el montón de cosas. Ahí venía mi mamá y me decía que era primer año, que no sabía qué pasaría el otro año. Siempre ha sido la que me aconseja en finanzas y en cómo guardar el dinero, invertirlos para tener algo, si acaso pasaban cosas negativas. Los años pasaron y normal hice mis compras de carros y casas. No llegué a lo de Vicente Padilla de comprar un Lamborghini. Con ese ingreso Padilla podía hacerlo”, admite el pelotero.

No obstante, se abre y confiesa: “Yo me compré un carro Camaro del año para que al mes lo quisiera vender porque me estaba partiendo la espalda porque era bajito. No sé cómo entraba Padilla a su Lamborghini. Lo compré al contado. Dije que iba a ver los carros y salí con un carro y luego me dije: ‘¡Qué caballada hice, 43 mil dólares!’, saliendo de ahí ya valía 36 mil dólares”, relata.

 Si Erasmo ya tiene todo lo importante para ser feliz por qué continúa tratando de estar al máximo nivel. “Quiero crear un nombre, que vean la foto y que digan que fue de los buenos. Vos le preguntás aquí a cualquiera sobre Dennis y Padilla y rápidamente los recuerdan. Me gustaría crear una buena reputación”, concluyó.  

Deportes Erasmo Ramírez archivo

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