Los colombianos tendrán que elegir el próximo 19 de junio entre Gustavo Petro y Rodolfo Hernández para sucesor del presidente Iván Duque. Después de haber previsto un empate en la intención de votos una nueva encuesta del Centro Nacional de Consultoría para la revista colombiana Semana arroja que Petro obtendría el 44.9 por ciento y Hernández un 41 por ciento de los votos en la segunda vuelta. La gran interrogante es ¿qué representaría el gobierno de ambos para la región, pero particularmente para Nicaragua?
Petro, candidato de izquierda del Pacto Histórico, fue el más votado en la primera vuelta con 8,527,768 papeletas, equivalentes al 40.32 por ciento, y tendrá que definir la Presidencia con Hernández, de la Liga de Gobernantes Anticorrupción, que recibió 5,953,209 votos, equivalentes a 28.15 por ciento. Esta ocasión sería el tercer intento de Petro para llegar a la Presidencia, quien se define como un líder de izquierda “progresista” en un país altamente tradicional y de derecha.
Le puede interesar: ¿Salida de Duque del gobierno en Colombia reducirá los ataques de Ortega?
El estudio se realizó entre el 31 de mayo y el 2 de junio. En total, se hicieron 2,172 entrevistas presenciales en 50 municipios de todas las regiones del país. El margen de error del estudio es del 2.1 por ciento.
¿Qué ha dicho Petro y Hernández sobre la crisis en Nicaragua?
Petro, el candidato de izquierda, en los meses más álgidos de la crisis sociopolítica de Nicaragua en 2018, se pronunció en su cuenta de Twitter sobre la violación de derechos humanos en el país. El 26 de junio, dijo que “en Venezuela como en Nicaragua no hay un socialismo, lo que hay es el uso de una retórica de izquierda del siglo XX para encubrir una oligarquía que se roba el Estado, una minoría que gobierna para sí misma y viola los derechos de la mayoría”.
En otra de las ocasiones que Petro se refirió a la crisis nicaragüense fue tras el resultado de las polémicas elecciones presidenciales de noviembre pasado, cuando aseguró que no reconocería el resultado electoral.
“Cuando un candidato, que al mismo tiempo es presidente y ya hemos tenido ese caso en Colombia, pone presos a sus opositores y persigue a sus opositores y los ‘chuza’, pues eso no es democracia. Yo no las reconocería (las elecciones en Nicaragua), porque al igual que yo critiqué el que a mí, por ejemplo, en el gobierno Uribe se me hubiera perseguido, por la misma razón que acaba de suceder en Nicaragua, pues no puedo aceptar lo que pasó“, apuntó.
El 21 de abril pasado, tras el falló a favor de Nicaragua dictado por la Corte Internacional de Justicia de La Haya en el tercer caso contra Colombia, denominado “Presuntas Violaciones de Derechos Soberanos y Espacios Marítimos en el Mar Caribe“, Petro se pronunció en su cuenta de Twitter.
“La Corte de La Haya prohíbe la actividad pesquera de los raizales en el mar que ya fue excluido de nuestra Nación. Y nos prohíbe toda actividad como país en ese mar que era nuestro. El uribismo le hizo perder de soberanía a Colombia”, indicó Petro en ese momento.
En ese mismo hilo del tuit, Petro dejó entrever que él apuesta por un acuerdo bilateral con Nicaragua para, según él, “recuperar los derechos de pesca de la comunidad de San Andrés”.
Por su parte, Hernández se ha referido a Nicaragua en solo una ocasión y fue tras el fallo de La Haya. En su cuenta de Twitter dejó entrever una postura similar a Petro.
“Se debería llegar a un acuerdo con Nicaragua si el fallo de La Haya sigue siendo negativo para la vida de los pescadores y la comunidad raizal, porque se les debe facilitar posibilidades para que no se vean afectadas sus necesidades de trabajo, de sostenimiento”, indicó.
¿Qué representaría para la región?
Guillermo Rodríguez, abogado y columnista colombiano, considera que ninguno de los gobiernos, sea el de Petro o Hernández, podría favorecer al gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua debido a que, según indica, “es una dictadura que no respeta las libertades públicas, y los derechos civiles para América Latina. Además, porque Ortega es aliado de la dictadura de Nicolás Maduro, y por lo tanto ningún gobierno de talante democrático tendría interés de apoyar a un régimen”.
Con lo anterior coincidió Vicente Torrijos, profesor de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales en Colombia, quien considera que en el caso de Hernández “en el poder no sería una simple expresión más de la derecha colombiana, sino que desarrollaría una agenda muy particular basada en asuntos estratégicos fundamentales que se puede resumir bajo el concepto de reformismo estructural y eso significaría a nivel de relaciones internacionales un fortalecimiento de todos los aparatos de seguridad y defensa una unidad muy pragmática con los EE. UU.”.
Frente a Nicaragua, prevé que “supondría una reafirmación del interés nacional colombiano, eso sí, trataría de impulsar a mi juicio una negociación con Nicaragua en términos de cooperación más no en materia de concesiones territoriales o compromisos, mucho menos si La Haya secundara la pretensión nicaragüense de la plataforma continental extendida por lo cual se esperaría un reforzamiento militar en el área”.
Sobre Petro, opina que sin duda podría ser mal interpretado sobre todo por el gobierno sandinista “basándose tan solo en afinidades ideológicas, porque claro es muy cierto que a lo largo de su recorrido y biografía ha habido una aproximación natural entre lo que ha sido el sandinismo, el chavismo y el castrismo, pero eso no significa que vaya a ceder en nada que tenga que ver con el interés nacional, en ese sentido, es básicamente lo que ha sucedido en Nicaragua frente a las limitaciones limítrofes con Colombia que no importa la ideología del Gobierno sobre el interés nacional”.
Torrijos valora que “Petro, por supuesto que podría tratar de reiniciar las negociaciones congeladas con la cúpula del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que ahora está albergada en La Habana, amparada por un régimen que se niega a extraditar esa cúpula a Colombia, pero eso no puede confundirse para nada. Lo que sí es posible que haya incremento en asuntos cooperativos muchos más, con base a lo que podría esperarse con Hernández”.
Un experto en relaciones internacionales, bajo la condición de anonimato por temor a represalias, aseguró que “Colombia, como muchos países del hemisferio y del mundo, tiene entre otros retos pendientes fortalecer su economía y, además, afianzar cada día más su proceso de paz, ejercer liderazgo en todo el continente y es de esperar que su política hacia Nicaragua no variará en función de quién gane el 19 de junio”.
Le invitamos a leer: Corte Internacional de La Haya falla a favor de Nicaragua en demanda contra Colombia
Agregó que, a su lectura “cualquier afinidad o diferencia ideológica que se pueda percibir en un candidato, suele mermarse cuando se asumen funciones de Estado, porque entonces se habla y se actúa no en función de un partido sino de una nación”.
Torrijos finalmente manifestó que se debe tener presente que “Petro es consciente que la izquierda en América Latina, no obstante los esfuerzos de Grupo de Puebla y Sao Paulo, es una izquierda acéfala, desnutrida, y que requiere una inyección de energía intelectual y programática, debido a esa claridad mental él se considera llamado a refundar la izquierda en América Latina”.
Rodríguez, por su parte, cree que contrario a favorecer al régimen de Nicaragua, Hernández sería el candidato que podría favorecer a los nicaragüenses. Para, según dice, “librarse de ese terrible, tenebroso y oscuro régimen claramente sería el de Rodolfo Hernández; el Gobierno que favorecería más debería ser el de Hernández”.
¿Quiénes son los rivales?
Gustavo Petro es exalcalde de Bogotá, exsenador de la República y exguerrillero del M-19. En las pasadas elecciones, Petro fue derrotado por Iván Duque, pero alcanzó una votación de 8,029,080 votos, lo que representó un 42 por ciento de la votación total. Su fórmula vicepresidencial es Francia Márquez, una líder afrocolombiana que ha trabajado por las comunidades menos favorecidas y que ha impulsado la defensa de los derechos de las comunidades indígenas, negras y desplazadas por la violencia, exigiendo del gobierno justicia distributiva.
Rodolfo Hernández es un ingeniero civil y empresario del sector de la construcción que fue alcalde de Bucaramanga, estado de Santander, con una campaña austera que ganó tras proponer medidas drásticas para acabar con la corrupción de la ciudad. Fue polémica su Administración, pero tuvo logros importantes que lo impulsaron a recoger más de un millón de firmas para aspirar a la Presidencia de Colombia.