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Nicaragüenses y miembros de la comunidad LGBTIQ hicieron una manifestación en San José, Costa Rica, para demandar justicia por el crimen de odio en contra de Genaro Vega. Carlos Herrera/CORTESÍA

Migrantes nicaragüenses LGBT se enfrentan a mayores vulneraciones de sus derechos

Activistas de derechos humanos mencionan las consecuencias del desplazamiento forzado a los que se enfrenta la comunidad LGBT.

Defensores de derechos humanos de la diversidad sexual denuncian que la falta de un Estado de derecho en Nicaragua ha obligado a activistas de la diversidad sexual a exiliarse. Pero los riesgos y las consecuencias de la migración de las personas de la comunidad LGBTQ son mayores debido a las estructuras violentas de la sociedad, exponen.

En el marco del Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, conmemorado el 17 de mayo, el Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más realizó un foro virtual para visibilizar las afectaciones y las causas del desplazamiento forzado de las personas de la comunidad LGBTQ nicaragüenses en la región.

Victoria Obando, activista LGBT, mujer transgénero y excarcelada política del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se encuentra exiliada en Guatemala luego de vivir inseguridad y acoso en Nicaragua, debido al contexto sociopolítico. Señaló que enfrentarse al régimen represivo siendo una mujer transgénero tiene mayores costos, como “tener que cargar con los traumas carcelarios, que los seguimos experimentando en la actualidad. Un claro ejemplo de eso es mi ojo derecho que tiene sangre por la tensión de haberme desplazado y sentir que perdés tus derechos humanos”.

Agregó que ella se vio obligada a salir de Nicaragua por temor de volver a ser apresada por motivos políticos, ya que sufrió represión y asedio por su labor de defensoría. Explica que su desplazamiento es diferenciado por ser una mujer transgénero.

Además, Obando señala que dentro de las consecuencias por la defensa del reconocimiento de la identidad de género, las personas trans pueden sufrir incluso amenazas o ataques de muerte. “Es preocupante la situación en Centroamérica, pero particularmente en Nicaragua tenemos un grave retroceso de los derechos humanos y el reconocimiento de los derechos de las personas diversas, que reclamamos igual respeto, iguales condiciones”, aseveró la excarcelada.

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Braulio Abarca, integrante del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca +, explicó que entre un dos y diez por ciento de los casos de denuncias que reciben son personas de la comunidad LGBT. “Desde el colectivo documentamos casos de violencia estatal, que además de sufrir discriminación política, es decir por ser personas opositoras que han participado en marchas, que no están de acuerdo y denuncian la represión en Nicaragua, sufren más discriminación y amenazas por ser personas sexualmente diversas que no siguen un patrón hetero normado y que evidentemente genera un comportamiento más represivo, homofóbico en contra de las personas LGBT”.

Acompañamiento psicosocial

Los registros de nicaragüenses que se han desplazado a Costa Rica alcanzan cifras de más de 150 mil, al igual que otras personas de diferentes nacionalidades que se han visto forzadas a dejar sus países por diferentes motivos, así que colectivos de derechos humanos como Centro por los Derechos Sociales del Migrante (Cenderos), han desarrollado programas de acompañamiento psicosocial a migrantes que durante el desplazamiento forzado fueron víctimas de violencia sexual y violencia basada en género.

La defensora de derechos humanos Natalia Caro, coordinadora del Programa Espacios Seguros de Cenderos, explicó que las personas de la comunidad LGBT al desplazarse sufren violencia, por lo que les obliga a tratar de pasar inadvertidos. “Por ejemplo, chicas trans que durante el desplazamiento forzado cambian su vestimenta, su identidad, su forma de expresarse para poder salir adelante. Tienen que cambiar su autonomía y toma de decisión para poder migrar de una manera menos insegura”.

Otras de las afectaciones que sufren es que muchas personas de la comunidad LGBT desde temprana edad padecen enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión a consecuencia de la somatización de todas las violencias vividas. “Les va afectando en mediano y corto plazo en su calidad de vida… muchas veces generan situaciones traumáticas, afectaciones psicológicas y a veces hasta psiquiátricas”, expone Caro.

Caro explicó que desde Cenderos acompañan en procesos de denuncia y de visibilización de las vulneraciones que viven las personas de la diversidad sexual, pero que además, tienen procesos de formación sobre prevención de violencia, talleres sobre género, masculinidades y demás.

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