Nadie ha podido con el Diriangén en la Liga Primera. Ha jugado a sus anchas a lo largo del Clausura, que ni en la final encontró la oposición que se esperaba del Ferretti para contenerlo. El equipo Cacique está un escalón arriba del resto en futbol y confianza. Este domingo por la noche, el día de su cumpleaños 105, se paseó con aplomo por el Estadio Nacional, donde borró en la primera parte al Ferretti, que entró dormido y recibió dos estocadas en menos de media y ganó 0-2 para acariciar su primer tricampeonato en 39 años.
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Tyrone Leiva, el técnico del Diriangén, sentó a dos jugadores habituales: el juvenil Justing Cano y el brasileño Robinson Luiz por Josué Arias y Jonathan Zapata. La apuesta por la primera variante resultó decisiva al ser protagonista en las dos anotaciones. Arias, un zurdo desequilibrante en el uno contra uno, se movió por la banda derecha con la picardía de un veterano. Con el balón en los pies tuvo atrevimiento y tomó buenas decisiones. Entró tan enfocado que en la primera oportunidad sacó un centro-disparo que pegó en el travesaño y Moreno (7) cazó el rechace para abrir el 0-1. No tardó en quedar nuevamente mano a mano y centró al segundo poste. Moreno (27) le ganó la espalda al central Maykel Reyes, se tiró en plancha y con el talón derecho cambió la dirección del balón al segundo palo: 0-2.
El Ferretti encontró luz verde por la banda izquierda. A Jeffrey Chávez, el lateral izquierdo del Diriangén, le ganaron cinco veces veces consecutivas la espalda Henry Gámez o el mexicano Taufic Guarch. El lateral derecho del Ferretti entró solo al minuto 28 y Justo Lorente rechazó su disparo. El volante azteca centró desde la derecha y Hayder Calero (38) tiró encima del travesaño el remate.
La segunda parte se convirtió en un idea y vuelta. El Ferretti salió agresivo desde el principio, tomó los hilos del juego generando tres llegadas de peligro en los primeros dos minutos. El Diriangén se metió atrás y aguantó como pudo. También contó con la suerte de la poca puntería del colombiano Francisco Pungo, quien había sido efectivo en la semifinal y ahora no llegaba a tiempo. El Diriangén se agrupó esperando un contragolpe para liquidar. Lo pudo hacer Robinson Luiz (68), pero su remate encontró las manos salvadoras de Denis Espinoza.
El control del juego resultaba estéril para el Ferretti. Arrinconó una y otra vez al Diriangén, sin embargo no pudo hacerle daño y viaja el próximo sábado a Diriamba con una tarea que parece cuesta arriba: remontarle al equipo más compacto de la Liga Primera, que con una ventaja de dos goles palpita su primer tricampeonato en 39 años.