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CONTENIDO EXCLUSIVO.Mientras el mundo trata de volver a la normalidad, tras dos años de batallar contra el covid-19, casi 15 millones de muertes y muchos más contagios; desarrollar vacunas y aplicar medicamentos específicos; y cuando organismos especializados advierten que la covid podría convertirse en una enfermedad endémica; en Nicaragua, el Ministerio de Salud (Minsa) acelera sus compras de emergencia, “para atender la crisis sanitaria”, algo que no hizo durante los picos de contagios y mortandad en el país.
Solo en enero de este año, el Minsa invirtió 37.96 millones de dólares en medicamentos, equipos, ropa de hospital, insumos de laboratorio y material de reposición periódica. Esa cifra duplica lo invertido en todo el 2020 y es superior a la destinada para esos insumos el año pasado. Ninguno de los reportes incluye las vacunas contra la covid-19.
Además de los grandes volúmenes de artículos, todas estas compras se han realizado mediante el Procedimiento de Adquisición de Emergencia, lo que a criterio de los especialistas no es precisamente porque el Minsa esté preocupado por la pandemia, sino que ha convertido un mecanismo específico para atender una emergencia, en un bolsón que permite evadir los pocos controles que existen. Usando este mecanismo obtiene la discrecionalidad que necesita para beneficiar a los proveedores cercanos al régimen.
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¿Sobredemanda de medicinas?
El incremento de las compras, además, coincide con un crecimiento en la importación de medicamentos, que según el Banco Central de Nicaragua (BCN) creció en 79 por ciento en los primeros dos meses del 2022, con respecto al mismo periodo del año pasado.
Según información divulgada en el portal oficial Nicaragua Compra, “en el marco de la transparencia, publicidad, igualdad, libre competencia, debido proceso e integridad”, abrieron una nueva sección en la que publican los contratos otorgados por el Ministerio de Salud (Minsa) para atender los eventos o situaciones relacionados a la prevención y atención de la pandemia de covid-19.
En dicha sección, están publicados todos los contratos de las compras que ha realizado el Minsa para “prevenir y atender” la pandemia; los primeros datan de junio de 2020, cuando tras el primer brote de la pandemia el Minsa adjudicó 10 contratos. Con ellos se abasteció de material de reposición periódica e insumos de laboratorio, incluidos los hisopos para hacer las pruebas de detección de la covid-19. En total pagó por todos los productos adquiridos, 1.32 millones de dólares, recursos que reporta como procedentes del Tesoro Nacional.
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Enero 2022: compras duplican las de 2020 y son mayores a las de 2021
En el resto del 2020, a través de otros 14 contratos por un monto total de 9.43 millones de dólares del Tesoro Nacional, el Minsa adquirió medicamentos, ropa hospitalaria, maletas quirúrgicas y equipos médicos: entre ellos 400 equipos de succión de secreciones y 110 ventiladores, entre pediátricos y de adulto.
Eso significa que en todo el 2020, mediante el Procedimiento de Compras de Emergencia, el Minsa adjudicó 24 contratos; y en total invirtió 10.75 millones de dólares para enfrentar la emergencia sanitaria generada por la pandemia. Hay que recordar que esta fue la etapa más aguda de la crisis ese años. En ella se registraron cientos de entierros exprés y los hospitales colapsaron ante la gran cantidad de contagiados.
En 2021, aunque durante casi todo el año el Minsa reportó únicamente una muerte por semana provocada por la covid-19, las compras crecieron. Siempre bajo el Procedimiento de Adquisición de Emergencia, el Minsa adjudicó un total de 45 contratos. A través de ellos adquirió material de reposición periódica, medicamentos, equipos, material reactivo e insumos de laboratorios. Por todos estos insumos pagó un total de 30.07 millones de dólares, cifra que triplica lo invertido en el primer año de la pandemia.
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¿Compras de emergencia para enfrentar la pandemia?
Pero ahora, cuando el Estado de Nicaragua mantiene que en dos años de pandemia solamente 14,395 personas se han contagiado y 235 han muerto – cifra que además de ser la más baja del continente dista mucho de los 32,174 casos y 5,994 fallecidos que reporta el Observatorio Ciudadano en su conteo paralelo – el Minsa metió el acelerador a las compras “de emergencia”.
Al cierre de abril ese portal solo ha publicado los contratos adjudicados por el Minsa en enero del 2022. En total, en el primer mes del año el Ministerio de Salud otorgó 62 contratos con los que realizó compras por 37.96 millones de dólares. Es decir, que compró en un mes más del triple de todo lo adquirido durante el primer año de la pandemia; y más de 7 millones de dólares adicionales a lo invertido en todo el año pasado.
Cabe destacar que entre 2020 y 2021 Nicaragua recibió varios préstamos para enfrentar la pandemia. Sin embargo, de los 62 contratos otorgados por el Minsa en enero de este año, solo dos dicen que se pagaron con recursos provenientes de un préstamo otorgado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). El monto de esos dos contratos ronda los 2 millones de dólares. Los otros 60 contratos superan los 35 millones de dólares y dicen que se pagaron con recursos provenientes del Tesoro Nacional.
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¿Qué incluyen esas compras de emergencia?
Los 62 contratos de compra se adjudicaron bajo la figura de compras de emergencia para prevenir y atender la pandemia, pero en realidad a través de ellos se adquirió todo tipo de medicamentos.
A través de las licitaciones el Minsa se abasteció de:
- Medicamentos de programación Regular para Abastecimiento de las Unidades de Salud a Nivel Nacional para la Atención de Pacientes, nncluidos los de covid-19.
- Medicamentos para la atención de pacientes en las Especialidades de: cardiocirugía, oncología, oftalmología, dermatología e insumos de alto costo para el manejo de pacientes Covid-19.
- Materiales de Reposición Periódica, jeringas desechables para aplicación de vacuna contra la covid-19.
- Equipos de Protección Personal para prevención y contención de la covid-19.
- Medicamentos controlados: estupefacientes y psicotrópicos, para abastecimiento de las Unidades de Salud a nivel Nacional para la Atención de Pacientes, incluidos los pacientes críticos con covid-19.
- Reactivos y materiales de patología para el Abastecimiento de las Unidades de Salud a nivel Nacional.
- Insumos para procedimientos de colangiopancreatografía Retrógrada Endoscópica (CPRE) de Emergencia a Pacientes con bloqueo Biliares o Pancreáticos.
- Insumos para la Atención a Pacientes Oftalmológicos e Intervenciones Quirúrgicas.
- Reactivos y Materiales de Reposición Periódica de Laboratorio para el abastecimiento regular de las Unidades de Salud a Nivel Nacional y atencion covid-19.
Además de las compras realizadas en enero, actualmente hay cuatro licitaciones abiertas bajo el mismo mecanismo de compras de emergencia. Una de ellas detalla que la compra se realizará como parte de un proyecto del Fondo Monetario Internacional (FMI); otra con préstamo otorgado por el Banco Mundial. En estas licitaciones se solicita: gases medicinales (oxígeno), material reactivo para laboratorio, sillas de rueda para adultos y niños, sillones ergonómicos, porta sueros, equipos e insumo médicos.
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Abusan del mecanismo para favorecer a empresarios aliados del régimen
Al revisar la lista de compras se confirma que han adquirido algunos medicamentos y otros insumos para seguir enfrentando la pandemia, pero también todos los medicamentos, materiales y equipos de uso constante en los centros de salud y hospitales.
“Lo que están haciendo es, de manera arbitraria, metiendo todo en un bolsón que debería ser exclusivo para atender la situación de emergencia generada por la pandemia -emergencia que en Nicaragua nunca se declaró-. Y es de manera arbitraria, porque la discrecionalidad en cierta medida es permitida, pero tiene sus límites. Pero la arbitrariedad es el abuso de una facultad que tienen los funcionarios públicos, en este caso al utilizar un procedimiento que debe ser exclusivo para una emergencia”, dice un especialista en contrataciones públicas quien por temor a represalias solicita anonimato.
La voz especialista explica que la figura de contratación simplificada permite procedimientos más expeditos, para atender situaciones de emergencia; pero sacrifica condiciones de publicidad y transparencia.
“Además, al utilizarla es muy fácil encubrir la posibilidad de generar competencia. Entonces el uso de esta figura puede estar encubriendo situaciones de arbitrariedad; por ejemplo no generando competencia más que la que yo quiero que se genere para un proveedor en específico”, dice la voz especialista. Añade que el objetivo de este “abuso” es encubrir el interés de beneficiar a unos proveedores y dejar fuera de competencia a otros.