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CONTENIDO EXCLUSIVO.El empleo en el Estado parece no gozar de estabilidad este año, aunque los números siguen siendo elevados comparados con las más de 120,000 plazas que no ha podido recuperar el sector privado. En medio de un fuerte crecimiento en los ingresos públicos, los números del Banco Central de Nicaragua muestran que en los últimos cinco meses la planilla estatal ha perdido más de 1,000 plazas.
La mitad de esas contrataciones se destruyeron en los primeros tres meses de este año, cuando el Gobierno central cerró marzo con 112,994 plazas, por debajo de las 113,550 observadas en diciembre pasado, además un poco más lejos de las 114,078 en octubre del mismo año, un mes antes de las elecciones presidenciales en Nicaragua.
Eso sí, el empleo gubernamental es mayor en 2,737 plazas, comparado con marzo del 2018 (110,257), lo que contrasta con las dificultades del sector privado de recuperar a 120,358 trabajadores que desde ese año fueron despedidos por tres años de recesión económica.
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El Gobierno en los tres años de recesión (2018-2020) resaltó que durante ese periodo ha garantizado el empleo a sus trabajadores, aunque durante ese periodo también decidió congelar los ajustes que cada año recibían, lo que deterioró el poder adquisitivo de estos.
Desde que Ortega llegó al poder, la planilla estatal ha pasado de 39,140 a 112,994 trabajadores, lo que significa un aumento de 189 por ciento. Cabe mencionar que junio del 2007, el Gobierno decidió incorporar a la nómina fiscal a los docentes de los colegios autónomos, lo que ocasionó que la planilla entonces subiera a 60,702.
Es decir que desde se incorporó a los maestros a la planilla, el Estado ha contratado a 52,292 trabajadores, en un periodo de 15 años, lo que implica emplanillar cada año a un promedio de 3,486 personas.
El clientelismo había garantizado el empleo estatal
Un economista y consultor externo, quien prefirió el anonimato por temor a represalias, compartió a LA PRENSA que el expresidente Enrique Bolaños “dejó un Gobierno con un sector público bien ajustado, pero vino este Gobierno, acabó con eso y convirtió todo el proceso de desarrollo del Estado creando como una Hacienda Pública para el partido”.
A su criterio, el hecho de que la planilla del Estado se ha mantenido e incrementado durante estos años obedece, principalmente, al clientelismo político. “Hay un clientelismo de generación de plazas para fines políticos, porque productividad no hay de parte del Gobierno”.
¿Cómo se mide la productividad del Gobierno? El economista indicó que se mide a través de las políticas económicas, sectoriales, de inversión del sector público en la educación, en la infraestructura, entre otras. “En todos los elementos rectores de la economía, ahí es donde se mide si la política pública del Gobierno es eficiente o no”, precisó.
“En Nicaragua lo que hay es un clientelismo enorme y mucha gente que alarga todos los procesos administrativos y obstaculiza más los procesos de gestión de la empresa privada y el sector privado. Además, el Estado crea organizaciones e instancias por todos lados, pero tiene un criterio exclusivamente partidarista, no tiene una lógica productiva, de crecimiento y de ayuda al sector privado y a los sectores más necesitados”, sostuvo.
Siguiendo esta línea, agregó que el Estado tiene una ineficiencia “horrorosa y se están adueñando de todo lo que hay. Este Gobierno lleva un camino similar al enfoque de Gobierno cubano y venezolano, llenar las plazas y trata de ganar elecciones con empleados públicos”, concluyó.
Sectores que no han logrado levantar cabeza
Los sectores que engloban la planilla del Estado son dirección, servicios administrativos, técnico-científico, docencia, servicios generales, producción y salud. Cabe recalcar que, aunque el sector policial no aparece en la lista que publica el Banco Central, estos van incluidos y gozan del salario estatal.
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Los datos del máximo emisor bancario revelan que entre marzo de 2018 y marzo de 2022 en todos los sectores se ha reportado crecimiento, a excepción de docencia y producción. Pero este año, de estos sectores, solo el cargo de dirección es el que más ha crecido, el resto acumula pérdidas de empleos de enero a marzo comparado con diciembre del 2021.
Por ejemplo, en marzo de 2018, antes que iniciara la crisis sociopolítica, había 52,967 docentes y hasta marzo de este año el número se redujo a 52,107, es decir, 860 empleados menos. Si se compara con lo contabilizado en marzo de 2021, la brecha es mayor, arrojando una disminución de 1,072 empleos.
Economistas consultados han coincidido en que la reducción de trabajadores en este sector representa un gran problema, puesto que al disminuir el sistema educativo puede incrementar el analfabetismo y a la vez puede ser un tropiezo para la formación de capital humano, es decir, el desarrollo humano y productivo del país se ve afectado.
Y si bien en marzo la contratación de docentes mejoró respecto a enero, lo cierto es que los 52,107 reportados, es el mismo número que se observó en diciembre del año pasado. Es decir que solo se recuperaron plazas que fueron destruidas en enero y febrero de este año.
El sector de producción tampoco ha logrado aumentar plazas en el periodo de referencia. En marzo de 2018 contaba con 865 puestos activos, frente a los 826 que se reflejan en este año. En marzo de 2021 se contabilizaban 852 empleos en este sector.
No obstante, si las plazas a marzo de este año se comparan con diciembre del año pasado, hay una reducción de 6 empleos en tres meses.
Sectores con más personal
Uno de los sectores que más aumentó sus plazas fue técnico-científico, puesto que hasta el periodo antes mencionado de 2018 habían 9,968 empleados y este año la cifra se ubicó en 11,158. La diferencia equivale al 11.9 por ciento. Solo en el último año este sector ganó 425 trabajadores.
En los primeros tres meses de este año, no obstante, el Estado ha despedido a 11 trabajadores técnico–científicos, según muestran cifras oficiales.
Las estadísticas también indican que el sector dirección creció un 11.7 por ciento, al pasar de 4,303 asalariados en 2018 a 4,807 empleados este año. Con relación a marzo de 2021, se registra el incremento de 66 empleos.
Solo este año han contratado a 327 más, comparado con lo que se tenía hasta diciembre de ese año y fue lo que ayudó a amortiguar la pérdida fuerte que experimentaron otras áreas del Estado.
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En paralelo, las contrataciones en servicios administrativos han aumentado un 7.6 por ciento. En marzo de 2018 el sector contaba con 9,738 empleados, número que hasta el mismo mes de 2022 ascendió a 10,486, es decir, 748 empleos más. Solo en el último año este sector ganó 105 trabajadores.
Es en los servicios administrativos donde más despidos han habido en los primeros tres meses de este año. En diciembre habían 10,913 trabajadores, pero hasta marzo de este año se ha prescindido de 427 trabajadores, el grueso de los más de 500 que han perdido su empleo.
En el caso de servicios generales, estos han reflejado un crecimiento del 5.2 por ciento. En marzo del corriente se registraban 12,842 puestos activos, frente a los 12,206 contabilizados en marzo de 2018. Sin embargo, en comparación con lo observado en marzo de 2021, este año se reportan 204 trabajadores menos.
También este último grupo de trabajadores ha sufrido recorte en los primeros tres meses de este año. Entre enero y marzo de este año, el Estado ha despedido a 305 trabajadores, comparado con los 13,147 observados en diciembre pasado.
El BCN señaló que el sector salud ha incrementado su personal en un 2.7 por ciento. En marzo de 2018 existían 20,210 plazas y en el segundo mes de este año la cifra ascendió a 20,768 plazas. En marzo de 2021 esta cifra se ubicó en 20,572.
No obstante, el sector salud sigue perdiendo personal. En los primeros tres meses de este año un total de 134 plazas fueron destruidas, según muestran cifras oficiales.